“Si alguien de la oposición intenta hablar con el gobierno lo tratan como a un traidor y si algún kirchnerista busca hablar con la oposición Néstor lo fusila. Eso es renunciar a la política”. Así se quejó Oscar Daniele, el líder local de las 62 Organizaciones peronistas, del conflictivo panorama de la política nacional. “Por un lado el gobierno le dice a la gente que estamos en riesgo institucional o con posibilidad de un golpe de Estado, sin la más mínima prueba, y del otro lado la oposición se rasga las vestiduras por todas y cada una de las medidas que toma el gobierno. A mí me parece que están tirando demasiado de la soga. Yo creo que tenemos que volver a la política donde se discute y se reconocen errores”, reflexionó el dirigente gremial. También sostuvo que si Kichner quiere enfrentar a Reutemann en una interna “se suicida” y que el Lole es “el mejor candidato del peronismo”.
—¿Hay soluciones dentro del peronismo para cambiar esta situación?
—Yo estoy de acuerdo en muchas cosas de lo que plantea el PJ disidente, pero lo peor que le puede pasar a este sector es que termine siendo llevado de las narices por Patricia Bullrich o Elisa Carrió. Eso sería imperdonable. Y ojo, porque el peronismo oficial también puede ser llevado a la locura por gente como (Luis) D’Elía, (Carlos) Kunkel o (Guillermo) Moreno. Acá tenemos tipos metiéndoles granadas todos los días a los puentes de la política, aunque tengo la esperanza de que en algún momento se encuentre espacios para el diálogo.
—¿Por dónde se puede encontrar?
—Yo creo que el Parlamento es un lugar adecuado, pero los gestos nacen desde el poder. El gobierno debe convocar sin pensar que eso es un gesto de debilidad. Yo creo que si lo hiciera muchas de las excusas de los que están en contra se caerían y pegaría un respingo del amesetamiento donde está. Desgraciadamente han perdido lo que es fundamental: la credibilidad.
—En ese marco, ¿cuáles son las opciones?
—Contestándote la pregunta voy a incurrir en una contradicción, porque al hablar de candidaturas surgen dificultades para lograr el consenso. Porque cuando están las candidaturas todos empiezan a querer sacar rédito a diestra y siniestra, pero a riesgo de esto lo que digo es que me llama la atención el posicionamiento de Julio Cobos. Me llama la atención, pero es irrefutable. Por otro lado, en el peronismo disidente está Carlos Reutemann, el único político de la República Argentina que si quisiera hoy es presidente. Con posibilidades superiores a Cobos en la medida que se allanara como dicen que se allanaría todo el resto del arco que compone el PJ disidente. Y por último el kirchnerismo, que no tiene quien pueda ganarle a Carlos Reutemann. Creo que el mejor candidato del peronismo es Carlos Reutemann. El mejor candidato del radicalismo es Julio Cobos, y la fracción que corresponde a Néstor Kirchner hoy no tiene candidato, porque en política nos volveremos locos pero creo que nadie se suicida, y un enfrentamiento de Kirchner contra Reutemann es un suicidio.
—¿Los cruces de Reutemann y Moyano complican su posible postulación?
—Moyano puede salir duro a decir cosas fuertes, pero conociéndolo al compañero, si el hombre del peronismo llega a ser Carlos Reutemann y ve que eso es bueno para la CGT, Moyano no va a titubear. Si en el hipotético caso esos elementos los puede congeniar con Reutemann, Moyano lo va a hacer. Hugo también ataca para defender al gobierno porque en términos objetivos la única gran e importante defensa que tiene el gobierno nacional es la CGT, como institución. Es en el lugar donde se defiende más la política del gobierno. Y bueno, sentirá como un deber contestarle a quienes atacan al gobierno y defender un modelo del que está convencido.
—¿Cómo ve la situación de la CGT local?
—Si bien desde que elegimos la conducción actual de la CGT en el 2005 hicimos esfuerzos por mantenernos fuera de la política, hoy estamos en una situación en la que no podemos definir una conducción en la CGT Rosario porque hay compañeros que dicen que piensan muy distinto. Pero en lo que piensan distinto es en lo político, no en lo gremial. Y la verdad es que lo político debería ser secundario. Nosotros tenemos que coincidir en Rosario con dos o tres objetivos que tengan incidencia directa en la vida de los trabajadores. Y bueno, no se puede. Intentamos hacer un congreso normalizador en noviembre, el compañero Moyano pidió que hiciéramos un cuarto intermedio y hoy estamos sin normalización, pero espero que en el corto plazo nos pongamos los pantalones largos y seamos capaces de poner una conducción decidida por los dirigentes gremiales de Rosario. Pese a todo, mi pronóstico es que va a haber unidad. Yo creo que hay 96 dirigentes gremiales que están en condiciones de conducir la CGT. Si son irreductibles las posiciones no hay que desechar una tercera posibilidad que allane el camino a la normalización.
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