El próximo 28 de julio se conmemorará, por segundo años consecutivo, el Día Mundial de la Lucha contra la Hepatitis y en el país siguen los reclamos en materia de reconocimiento de esta enfermedad respecto a medidas de prevención y acceso al tratamiento gratuito.
“Más allá de la conmemoración de la fecha se logró un reconocimiento mundial el año pasado, por primera vez se instituyó el día mundial y eso ayudó a que la enfermedad sea reconocida por las autoridades, aquí se necesita mayor apoyo a nivel institucional sobre el acceso al tratamiento gratuito, como ocurre con los enfermos de HIV”, señaló el doctor Hugo Tanno a El Ciudadano.
Según el endocrinólogo, se visualizó a nivel nacional un reconocimiento en cuanto a las enfermedades del hígado, sobre todo en hepatitis virales: “En el terreno de las hepatitis, la A azotó al país desde que la Argentina se llama así hasta la actualidad. Afortunadamente esta es una enfermedad en vías de extinción dado que se implementó el plan de vacunación obligatoria al año de nacimiento a todos los niños. Esto tuvo un impacto enorme en la disminución de casos de hepatits A en el país. Asimismo, no se registraron trasplantes de hígado a causa de la enfermedad, lo cual demuestra que le vamos ganando batallas tras batallas”.
Con respecto a la hepatitis B, el plan nacional de vacunación sigue dejando afuera el campo de los adolescentes como medida preventiva. “Se prevé la vacunación contra esta hepatitis al nacer el niño, pero la enfermedad se contrae por sangre o transmisión sexual. Claro que si hay que hacerle una transfusión al chico, hay que vacunarlo, pero el niño o niña no tendrá relaciones hasta (en el peor de los casos, y como vienen los adolescentes en situación de calle hoy en día) los once o doce años. Es recién ahí cuando debe ser vacunado, y no al nacer, porque para los 10 años el efecto desaparece”, sostuvo el titular de la sala de gastroenterología del Hospital Centenario.
Asignatura pendiente
Tanno calificó como una “asignatura pendiente” el avance en el tratamiento de las formas crónicas de la enfermedad. Porque hoy se dispone de antivirales para combatir la enfermedad, son altamente eficientes y caros, pero con ellos se reduce el avance de la hepatitis. El problema es que se necesita la sanción de una ley que brinde acceso absoluto a esta solución.
Según explicó el doctor, un tratamiento por hepatitis puede costar entre 1.500 y 1.800 pesos mensuales ante una duración de 5 a 8 años, según el caso. “En tanto, los pacientes de HIV tienen acceso gratuito al tratamiento (también altamente costoso), lo cual me parece perfecto, pero aquí tenemos una diferencia de que si un enfermo de sida contrae hepatitis B, recibe el tratamiento por la hepatitis gratuitamente. En cambio, si una persona sana contrae hepatitis, debe empeñar su vida para pagar el tratamiento. ¿a qué se debe estar diferencia? No tengo idea, no lo comprendo, el tratamiento debe ser accesible a todos, no estamos hablando de un capricho, hablamos de salud y eso es un derecho”, subrayó Tanno.
Paralelamente, ante su pedido, Tanno fue conciente de la época electoral que se atraviesa y dado el tiempo que lleva en vigencia este reclamo, reconoció que inclusive sería una buena oportunidad política para sumar el voto popular: “Se necesita una sensibilidad política para este cambio, a esta altura del partido no me interesa si se sanciona una ley para ganar votos, teniendo en cuenta la particularidad de este año. Mientras se sancione, los enfermos tendrán una mejor calidad de vida y eso es lo único que importa. Ya esperamos demasiado”, advirtió.
A su vez, reconoció que hoy las obras sociales no se ocupan de lleno de los tratamientos a menos que se presenten recursos de amparo o reclamos varios. “Es una situación difícil y muy sensible, pero si bien es una urgencia para los enfermos, yo puedo asegurar que, paulatinamente, se ha avanzado mucho en el ámbito de la salud”, declaró.
Por otra parte, el doctor adelantó que desde el equipo de investigación de la sala de gastroenterología del Centenario se está trabajando con cuatro moléculas que apoyarían y revolucionarían el tratamiento de la hepatitis C. Esta modalidad está en pleno desarrollo y recién presentaría resultados a fin de año.
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