Ciudad

“Saldamos una deuda”

Lifschitz firmó ayer el contrato para iniciar las obras de saneamiento y extensión de la red en los barrios Urquiza y Unión y Progreso. Se harán unas 900 conexiones domiciliarias, beneficiando a 3.600 vecinos.

“Estamos saldando una deuda con un sector importante de la población rosarina”, dijo el intendente Miguel Lifschitz ayer, al firmar, junto al secretario de Obras Públicas, Omar Saab, el contrato para las obras de tendido y saneamiento cloacal en los barrios Unión y Progreso y Justo José de Urquiza. Los trabajos se enmarcan en el “Programa solidario e integrador de desagües cloacales”, diseñado en 10 etapas y puesto en marcha en forma conjunta por la Municipalidad, el gobierno de la provincia, Aguas Santafesinas y el Banco Municipal de Rosario. El objetivo del plan es integrar a todos los barrios de la ciudad que hasta ahora no contaban con el servicio cloacal. La obra que se pondrá en marcha ahora estará lista en 15 meses. Es la segunda etapa, y consiste en unas 900 conexiones domiciliarias que beneficiarán a más de 3.600 personas que residen en el sector de la zona sudoeste delimitado por avenida Presidente Perón, Fraga, Deán Funes, Cullen, Calle 1825, pasaje Mauricio Casal, bulevar Seguí y Rouillón.

Durante el acto, que se desarrolló en el Salón Carrasco del Palacio de Los Leones, Lifschitz dijo estar “orgulloso” por llevar adelante un emprendimiento de tal magnitud: “Sentimos, sobre todo aquellos que llevamos muchos años en la gestión municipal, que estamos saldando una deuda con un sector importante, numeroso de la población rosarina, que durante varias décadas estuvo esperando la realización de estas obras”.

En esa línea el mandatario destacó la voluntad de los distintos bloques de Concejo Municipal, que pasaron por encima de sus diferentes alineamientos políticos para avanzar en el proyecto, que fue aprobado por unanimidad.

De hecho, en el acto, además de funcionarios municipales como el secretario de Gobierno, Fernando Asegurado; el coordinador de Gabinete, José León Garibay, y el presidente Concejo Municipal, Miguel Zamarini, y la concejala Clara García, todos enrolados en el socialismo, también estaba al edil y ex intendente Héctor Cavallero, alineado con el diputado nacional kirchnerista Agustín Rossi.

“Tal vez sea una política de Estado que compromete no sólo a las futuras autoridades municipales y provinciales sino también a la empresa Aguas Santafesinas. Vamos a poder completar estas 10 etapas que van a permitir que todos los rosarinos, independientemente de su condición social, de su lugar de residencia, puedan tener acceso a este servicio básico y esencial, ya que tiene que ver con la calidad de vida de los ciudadanos”, saludó Lifschitz.

A su turno, el secretario de Obras Públicas explicó el alcance de la obra, que abarca el barrio Unión y Progreso, más unas 9 cuadras del barrio Urquiza. En ese sector, de aproximadamente 38 hectáreas, se ejecutarán las 900 conexiones cloacales, que así se sumarán a la primera etapa del plan, ya ejecutada: ésta alcanzó los barrios Azcuénaga y Bella Vista.

En tanto, la segunda, además de Unión y Progreso y Urquiza, involucra a Empalme Graneros –que por su extensión también se hará por partes–, San Martín A, Las Flores Este y San Francisquito, en los sectores C y E.

Con todo, los funcionarios presentes también destacaron que el ambicioso plan que ahora se concreta viene de un pasado de sucesivos fracasos, con planes que no fueron concretados al no cumplirse las inversiones comprometidas desde que fuera privatizada la prestación del servicio sanitario (ver aparte) actualmente bajo la órbita del Estado provincial.

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