Ciudad

“Antes pintaba mortadelas, ahora hago Bernis y Vanzos”

Oscar Prado y su hijo reproducen a escala en edificios obras de pintores rosarinos que hicieron historia.

Por: Santiago Baraldi

“Antes pintaba mortadelas, ahora pinto Bernis o Vanzos”, dice con ironía Oscar Prado, quien hace más de 30 años trabaja como letrista, carteleria y muralista. Convocados por el proyecto que encabeza Dante Taparelli, Arte a la Vista, Prado y su hijo Lisandro, colgados del andamio con sus tachos de pintura, están finalizando la obra número 15 en 1º de Mayo al 900, del artista local fallecido en febrero del año pasado Ambrosio Gatti. Según el propio Taparelli el proyecto cultural Arte a la Vista-Museo Urbano es un conjunto de reproducciones-murales que puede ser disfrutado por todos los que recorren las calles de Rosario. Pintores rosarinos consagrados “salen de los museos y se instalan en los espacios abiertos de la ciudad”. La idea consiste en pintar cuadros a gran escala, en paredes de edificios siempre y cuando estén a gran altura y puedan verse sin obstáculos. “Esto revaloriza el patrimonio urbanístico y cultural de Rosario y pone a sus plásticos al alcance del gran público”, agrega Taparelli.

Prado ha trabajado en todas las agencias de publicidad gráfica más reconocidas de la ciudad muestra la reproducción de Gatti marcada en cuadrículas: “Se trabaja en base a cálculos matemáticos para realizar la escala. Ahora con la calculadora es más sencillo”, agrega mientras asegura que cada obra lleva entre 15 días y un mes, ya que “depende del clima y el tipo de pared donde se trabaja”. Desde la Secretaría de Cultura confirmaron que a fines de febrero del año próximo continuará Museo Urbano con la realización de un tríptico de Leonidas Gambartes, en las tres torres ubicadas en 1º de Mayo al 1100.

—Una vez que se determina sobre qué pared se va a trabajar ¿cómo encara la obra?

—Se trabaja en base a cálculos matemáticos para realizar la escala: ahora con la calculadora es más sencillo, pero si no, es cuestión de sacar cuentas con el lápiz. Todo depende del tamaño de la pared a pintar: muchas veces en el mismo andamio estamos sacando cuentas para trazar la cuadrícula. Hay veces que estás todo el día trabajando en un sector y cuando termino, digo: ¿esto sólo hice? Hay días que uno cree que pintó un montón, y resulta que solo era la base. Pero cuando me meto en los detalles estoy horas en un mismo lugar. Siempre hay tiempo para corregir: nosotros bajamos a la calle, tomamos una distancia y comparamos con el retrato que tenemos cuadriculado y nos fijamos en los detalles. En cada metro cuadrado hay detalles que hay que plasamarlos como lo exige el original. En el caso de los rostros hay que estar bien atentos, un par de centímetros que no coinciden y les cambia la fisonomía.

—¿Con qué pintura trabaja? ¿Cómo logra los distintos colores?

—Usamos esmalte sintético. Los colores no son exactos, pero tratamos de aproximarnos al color a través de prueba y error para conseguir lo más parecido al original. A veces nos quedamos cortos, y otras nos pasamos con los tonos. Comenzamos con una base de color ocre para unificar todo, y luego se bosqueja la imagen, después entramos a pulir detalles, paso a paso como nos indica la grilla.

— ¿Llega a conocer la pintura original?

— A mí me gusta tener una relación previa con la obra, pregunto por el original y si está en el museo, en una casa de familia o lo tiene un coleccionista, por ejemplo. Entonces voy y me quedo contemplando un buen tiempo. También saco varias fotos.

—¿Cuánto perdura la obra estando a la intemperie?

—La vida útil depende cómo está orientada –el estado de la pared también influye– y qué tipo de colores tiene. Los colores más sufridos, que están expuestos a los rayos ultravioleta, son los rojos, violetas, magentas. Son los que con el tiempo pierden coloración. En este momento tenemos problemas con la obra que está en Mendoza entre Maipú y Laprida (retrato de Ester Vidal, de Luis Ouvrard) que es una pared muy lisa y le da todo el sol de la tarde. Nos convienen paredes rústicas porque tienen más vida y más adherencia: las paredes que están muy lisas tienden a reventar la pintura, se producen problemas de temperatura y dilatación. Cuando pintamos con negro y tocamos la pared, está hirviendo. Y si al lado usamos colores claros, la temperatura es más baja, por ejemplo.

— ¿Cuánto tiempo lleva hacer el trabajo?

— Todo depende, pueden ser 15 días o un mes. Siempre hay imprevistos con el clima, la lluvia retrasa. Cómo está la pared, también. Nos encontramos con muros que tienen entre los ladrillos claveles del aire, y hay que limpiarlos bien. Cuando me preguntan cuándo termino contesto siempre lo mismo: cuando termine. A nosotros lo que más nos molesta para trabajar es el viento y la lluvia. El viento nos ha tirado latas de pinturas, flamean las sogas, es bravo. Ahora terminamos con los Silos Davis y al lado del río hay que ver allá arriba cómo se mueven los andamios cuando hay viento. En invierno se nos congelan las manos, se hinchan. Y en verano nos insolamos. En Córdoba ya tenía terminado un mural inmenso de un publicidad de una cerveza, estaba con los últimos detalles con un soplete, y se me cayó un vaso lleno de pintura sobre la rodilla y se volcó todo sobre la pared. No terminaba de chorrear… Después fueron dos días más para tapar. Es decir que hasta que uno no desarmó y se fue, no terminó nada.

—¿Le hubiera gustado que los autores vieran su obra y le hagan la crítica?

— Sí, totalmente… Me gustaría que estuvieran vivos los autores para que nos den una opinión cuando terminamos. Conocimos a la madre de Baldemar mientras hacíamos La Anunciación de Cristo, en San Luis y Barón de Mauá.

— ¿Siempre trabajó en cartelería?

—Vengo del lado de la publicidad haciendo cartelería, como letrista y luego como muralista. He trabajado para De Ricco, King, El Litoral y Publicar, ahora estamos con Pintores de Rosario. Haciendo los carteles para Paladini pinté unas mortadelas enormes; ahora pinto Bernis y Vanzos (se ríe). Como letristas me parece que somos los últimos mohicanos, estamos más relegados por las nuevas tecnologías ligadas al rotulado o gigantografías con lonas… No sé si tiene futuro este trabajo.

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