Edición Impresa

¿Pagar a tiempo o esperar otra moratoria?

Por: Florencia Lendoiro

Echegaray y Boudou cuando anunciaron la nueva moratoria impositiva.
Echegaray y Boudou cuando anunciaron la nueva moratoria impositiva.

Mientras benefician y alivian a algunos contribuyentes que víctimas de malos momentos económicos no pudieron cumplir con sus obligaciones, desincentivan el pago regular de aquellos que se esforzaron por no ser deudores. Las moratorias suelen ser tan criticadas como aplaudidas y en los últimos años de dificultades de recaudación y necesidades financieras se han vuelto una medida recurrente.

La semana pasada, el titular de la Afip, Ricardo Echegaray, y el ministro de Economía, Amado Boudou, lanzaron una nueva moratoria impositiva. En rigor, se trata de un plan de facilidades de pago (ya que no implica una quita) de deudas impositivas, aduaneras y previsionales generadas en 2008 y hasta octubre de este año.

La alternativa es más que interesante. La tasa será de 9,6 por ciento anual en pesos y habrá planes de hasta 24 cuotas. Es decir que teniendo en cuenta que la inflación el próximo año será de alrededor del 20 por ciento, la tasa no representará ni la mitad de la suba de precios en 2010.

Además, pueden ingresar deudores que ya estén inscriptos en otros planes. Vale la pena hacer los cálculos ya que dependiendo de los impuestos pendientes los planes anteriores tienen tasas más altas (algunos duplican a los intereses de este nuevo plan) y plazos más cortos, incluso de seis meses. También se incluirán los anticipos del impuesto a las Ganancias que adeudados generan intereses y son ejecutables.

Para las deudas anteriores a 2008 ya se había lanzado el acuerdo fiscal, y aún está vigente la sección previsional, para blanquear trabajadores, hasta fin de año.

La decisión de continuar lanzando una seguidilla de planes de pago para contribuyentes irregulares es sencilla de tomar desde el gobierno. En el último caso, como no hay quita en la deuda no hace falta que el Congreso convalide el plan.

Por otro lado, ha sido en los últimos años una fuente de ingresos importante. Vale recordar que en el blanqueo de capitales y la moratoria impositiva incluidos en el acuerdo fiscal que venció en agosto de este año, la AFIP logró recaudar 32.000 millones de pesos y el año próximo comenzarán a cobrarse los impuestos generados de las inversiones realizadas o del dinero ingresado al país. También, aumentará en 2010 la recaudación por los aportes a la seguridad social generada ante los empleados formalizados.

Para la nueva moratoria lanzada, la Afip podría captar 8.400 millones de pesos que suman los impuestos impagos en el período comprendido.

Los fondos que se recaudarán no son pocos. Y de hecho, junto con los de moratorias anteriores que repercutirán en la recaudación de 2010, se consideran bastante importantes para cumplir con la meta incluida en el presupuesto.

Aún con los cuestionamientos que puede hacerse a la decisión de apelar a los planes de pago para contribuir con las necesidades de financiamiento para el año próximo, es cierto que principalmente las cámaras que nuclean a las pymes del país venían pidiendo una moratoria con esas características hace tiempo.

En el último año, las pequeñas compañías y comercios debieron soportar la crisis y la recesión doméstica con la disyuntiva de ajustar salarios y empleos o dejar de pagar impuestos, en algunos casos. Según un informe elaborado por el economista Nadin Argañaraz a pedido de la Cámara Argentina de Comercio, un comerciante debe soportar una carga fiscal conjunta del 3,1 por ciento sobre las ventas brutas netas de IVA, resultando de un 0,6 por ciento que corresponde a nivel municipal y de un 2,5 por ciento para el ámbito provincial.

Incluso hay zonas donde es todavía más alto mantenerse al día con el fisco. La jurisdicción con mayor carga tributaria sobre el comercio es Entre Ríos, con un indicador cercano al 5 por ciento sobre las ventas brutas netas de IVA. En Buenos Aires y Córdoba, la carga global promedio rondaría el 4 por ciento. Rosario, con 3,5 por ciento, se encuentra en la mitad del ranking de carga tributaria global.

Pero si bien hay comerciantes o pequeños empresarios con argumentos para requerir una moratoria, otros han aprovechado históricamente los beneficios de los planes de pago. Por eso, para quienes cumplen regularmente con los impuestos, el anuncio de otra moratoria indigna. ¿Para qué pago al día si en dos meses sacan una moratoria más conveniente todavía?, se preguntan miles de comerciantes y particulares del país.

Un dato clave: sólo 180.000 contribuyentes pagan el 95 por ciento del total recaudado por impuestos. El riesgo de las moratorias es, por eso, que se genere un desincentivo al pago de esos contribuyentes cumplidores que no suelen ser premiados.

En épocas de dificultades de financiamiento ése no es un problema menor.

Comentarios