Una serie de allanamientos en busca de un joven que se evadió de la Brigada Antidrogas de calle San Luis al 3200 durante la Navidad de 2021 dio en la mañana de este viernes con un singular hallazgo: un bolso azul de primera marca repleto de armas. El morador de la casa donde lo encontraron, un hombre de 64 años, explicó que se lo habían dejado la noche previa para que lo guardara. Lo había puesto dentro de un ropero, y lo entregó a la policía sin resistencia.
Los operativos fueron ordenados por el fiscal de la Agencia de Investigación de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos David Carizza. Fueron en el marco de la causa por la fuga de Maximiliano Fabían Pioli de la sección drogas bajo la órbita de la Agencia de Investigación Criminal, que funciona en la ex seccional 6ta. El muchacho, entonces de 22 años, había sido detenido el 23 de diciembre de 2021 con estupefacientes en su poder, y luego alojado en una celda del edificio de San Luis al 3200. No estuvo mucho allí: entre las 20 del 24 y las 2.40 de la madrugada de Navidad se escapó, hecho por el cual fue imputado un subinspector que tenía a cargo la guardia del lugar para esas fiestas.
Pioli, quien había dado una identidad falsa cuando lo apresaron, aún permanece fuera del alcance de la Justicia y de las fuerzas de seguridad. Pero la causa sigue, y en procura de hallar al evadido fue que se concretaron los tres allanamientos de este viernes.
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Dos de los procedimientos, uno de ellos a una vivienda donde estaba una hermana del fugado, de 14 años, no ofrecieron demasiados elementos excepto algunos teléfonos móviles que fueron secuestrados. En el tercero, aunque sin vinculación comprobada con lo que se investiga, hubo sorpresa.
Fue al ingresar a una vivienda en un pasillo situado unos 20 metros al sur de la intersección de calles Juan de Casal y Esapinosa, en barrio Avellaneda Oeste. Allí estaba Hugo René N., de 64 años. El hombre, de acuerdo a la información oficial, avisó sin que medie interrogatorio que en la noche de la víspera unas personas le dejaron armas para guardar. Agregó que las había dejado en la habitación. Allí estaban, en un ropero y dentro de un bolso de viaje azul de reconocida marca de elementos de cámping.
Se trata de una Pistola ametralladora UZI con el cargador vacío, una Bersa TPR calibre 9 milímetros en su caja y dos cargadores. Junto a esas armas, otra pistola marca Glock 17 del mismo calibre con tres cargadores para 17 proyectiles y uno para 31, también vacíos e igualmente en su caja de fábrica.
El bolso estaba lleno. Dentro había además una pistola Pietro Beretta 9 milímetros, otra Browning calibre 38, una Bersa Thunder calibre 22 y una Browning 9 milímetros, todas con sus cargadores y la mayoría en sus cajas originales, con el número de serie sin alterar.
A lo anterior se suman otros cargadores para pistola y municiones de varios calibres: 9 milímetros estándar, con puntas deformadas y encamisadas, 22, 32, 38 corto y 223.
El contenido se completa con un revólver Bagual calibre 22 con tambor para ocho proyectiles cargado y una bolsita plástica con una sustancia que en principio parece pólvora.
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El morador de la vivienda fue trasladado a una sede de la Agencia de Investigación Criminal la espera de las indicaciones judiciales.
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