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Acoso callejero: 9 de 10 mujeres y disidencias sufrió algún tipo de agresión en la calle

Una encuesta del Observatorio Mumalá reveló que el 83% de las personas encuestadas padeció silbidos o comentarios sobre su apariencia. La mayoría tenía en promedio 15 años. Exigen una línea telefónica gratuita de asesoramiento y contención


Un informe reveló que 9 de cada 10 mujeres y disidencias sufrió alguna forma de acoso sexual en la calle. El 83 por ciento padeció silbidos o comentarios sobre su apariencia. La mayoría tenía en promedio 15 años. Así lo señaló una encuesta del Observatorio Mumalá “Mujeres, Disidencias, Derechos” hecha a 1794 personas de todo el país entre octubre y noviembre de 2022. Desde la organización piden que el Estado nacional provea una línea telefónica gratuita y accesible junto con personal de seguridad especializado para acompañar y atender situaciones de acoso callejero, además de una plena implementación de la ley de Educación Sexual Integral (ESI) en escuelas.

En abril de 2019 se incorporó el acoso sexual callejero como un tipo y modalidad de violencia contra las mujeres en el espacio público a la ya sancionada ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra las mujeres. El acoso callejero es la violencia ejercida contra las mujeres o disidencias por una o más personas en lugares públicos o de acceso público, como medios de transporte o centros comerciales, a través de conductas, expresiones verbales o no verbales con connotación sexual que afectan o dañan la dignidad, integridad, libertad, libre circulación o permanencia, o generan un ambiente hostil u ofensivo.

“Son prácticas que llevan adelante uno o más varones en las que logran atemorizarnos con actitudes, gestos, situaciones de violencia física, silbidos, miradas, tocamiento, exposición de genitales, o seguimiento y nos obligan a estrategias para preservar nuestra seguridad”, dijo a El Ciudadano Gabriela Sosa, desde Mumalá.

Para la organización de género, creció en las mujeres y disidencias la sensación de inseguridad en el espacio público: “Casi el 95 por ciento se sintió insegura, con porcentajes altos donde les ha sucedido alguna situación concreta de acoso. A la violencia machista del espacio público se suman algunas otras dinámicas que convierten el espacio público en un lugar de mucho temor para las mujeres al transitarlo, en particular en la noche. Cada vez está más presente esa sensación de inseguridad en mujeres y disidencias y las situaciones de acoso son parte de los fundamentos de ese temor”.

En números

Según los datos del Observatorio Mumalá “Mujeres, Disidencias, Derechos”, el 94% de las 1794 personas encuestadas mencionó haber sufrido alguna forma de acoso sexual en la vía pública. El 83% padeció silbidos, comentarios sobre su apariencia o bocinazos; el 65% comentarios irrespetuosos por su género; el 58% insultos y gestos vulgares; el 56% comentarios sexualmente explícitos. La menor edad registrada que sufrió acoso callejero fue de 5 años y la edad promedio con mayor cantidad de situaciones fue de 15.

El 41% de las víctimas no pudo reaccionar, mientras el 37% de las personas encuestadas decidió irse del lugar.

En cuanto a las estrategias contra este tipo de situaciones, el 92% de las personas encuestadas evita transitar lugares oscuros, alejados o con poca circulación de gente; el 88% prefiere ir acompañada de un hombre; y el 87% cruza la calle.

Desde Mumalá exigieron la creación de una línea telefónica específica gratuita y accesible en forma articulada con las provincias para dar contención y asesoramiento en materia de prevención de la violencia contra las mujeres y asistencia a quienes la padecen. Además, piden la implementación efectiva de la ley de Educación Sexual Integral (ESI) que incluya en los contenidos el ejercicio de la tolerancia, el respeto y la libertad en las relaciones interpersonales, la igualdad entre los sexos. También piden que las fuerzas policiales y de seguridad actúen en la protección de las mujeres y disidencias víctimas de violencia de género cuando ocurre en el espacio público o de acceso público.

“Nos motiva apelar al Estado de las cosas pendientes. Tenemos una legislación, sin embargo algunos artículos no se cumplieron como contar con líneas telefónicas específicas gratuitas, accesibles y articuladas con provincias y municipios. Tampoco se avanzó en contar con personal de seguridad que pueda estar capacitado para acompañar a la víctima de acoso, y son pocas las localidades que sancionan el acoso callejero. El código de convivencia de Rosario lo incluye, pero hay que definir los montos de las multas”, concluyó Sosa.

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