Más de 15.000 chicos y jóvenes de escuelas primarias y secundarias de todo el país participan de orquestas y coros del Ministerio de Educación, una actividad que a muchos les sirvió para mejorar su rendimiento escolar y en otros actuó de incentivo para retomar los estudios. Son 70 orquestas y 60 coros en los que participan niños y adolescentes de barrios humildes que “se sienten atraídos por la música y la interpretación de un instrumento”, dijo Claudio Spector, director del Programa Nacional de Orquestas.
Spector, que es profesor de música, destacó que muchos “mejoran el rendimiento escolar porque incrementan su concentración, ya que cuando tocan tienen que estar atentos a una partitura y a las indicaciones que se les imparten”.
Los chicos ensayan en horario a contraturno en su propia escuela, donde también se juntan cuatro horas los sábados para avanzar en las prácticas musicales.
“Aprender a tocar un instumento hizo que muchos chicos que habían dejado la escuela vuelvan a retomar los estudios atraídos por ese incentivo, por lo que el programa funciona como una herramienta de inclusión educativa y social”, explicó el funcionario.
“Ese factor de incorporación y retención –apuntó– se nota más con los alumnos de la escuela media, nivel de enseñanza que sufre más el abandono y la deserción temprana”.
“Las orquestas se van conformando en las poblaciones con mayores necesidades. Una parte del programa consiste en la selección de los docentes de música en cada una de las provincias, quienes a lo largo del año reciben capacitaciones”, precisó el funcionario.
Spector destacó que “cada orquesta o coro pertenece a una escuela determinada y participan de encuentos regionales y, en algunas ocasiones, internacionales”.
“Siempre decimos que una escuela que tiene una orquesta es una mejor escuela, ya que en ese ámbito los chicos desarrollan hábitos y habilidades al estar siempre concentrados y atendiendo a lo que tocan sus compañeros y, a la vez, viendo a su instructor”, detalló.
El Programa Nacional de Orquestas y Coros comenzó a implementarse en 2008 y desde esa fecha se multiplicó la cantidad de chicos participantes, a quienes la cartera educativa apoya con la provisión de los instrumentos musicales.
“Un dato muy particular que tienen las orquestas es su gran heterogeneidad: pueden convivir niños de 7 años con otros de 14 en un mismo grupo y también puede integrarse un chico que recién se acopla a la orquesta con otro que está hace meses”, marcó Spector.
Esto, indicó, se logra “a través de arreglos musicales” que se organizan dentro de la orquesta para que todos puedan participar, más allá del nivel de conocimiento musical que tengan sus integrantes.
El director del programa destacó que se han conformado dos coros “que unen a los chicos de todo el país” y que periódicamente se reúnen en la Orquesta Juvenil e Infantil del Bicentenario y en el Coro Juvenil e Infantil del Bicentenario. Y algunas de las orquestas “luego empezaron a tocar en forma profesional en sus provincias”.
Spector subrayó también que “se ha conformado un Centro Nacional de Luthería para el arreglo de instrumentos de cuerda”, que “ofrece a los chicos una formación en este arte y, en consecuencia, también tienen una salida laboral”.
“Hay ejemplos muy conmovedores sobre los esfuerzos que realizan los chicos para aprender música, pero lo que hacemos nosotros es no considerar que pueden tener problemas familiares o estar cerca de la droga sólo por su condición humilde, eso sería estigmatizarlos. Ellos son iguales a todos los chicos y quieren aprender música”, concluyó el maestro de música.
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