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“Westworld”, una oscura odisea sobre el despertar de la conciencia artificial

La rebelión de las máquinas pasa al siguiente nivel en la nueva temporada de “Westworld”, la aclamada serie de la cadena HBO cuyo primer y esperado capítulo se conocerá este domingo a las 22


Westworld, la aclamada serie de ciencia ficción de la señal premium HBO que sigue el despertar a la conciencia y consecuente rebelión de sofisticados robots de aspecto humano contra sus creadores, estrenará este domingo a las 22, en pleno auge de la cuarentena por la pandemia del Coronavirus, su desafiante tercera temporada.

Creada por Jonathan Nolan y Lisa Joy, la serie vuelve a poner en juego, según se adelanta, su narrativa no lineal y un complejo armazón ético-filosófico que apuesta por un espectador que esté activo y atento a cada uno de los detalles, mientras se despliegan las capas de una trama de thriller futurista en la que pocas cosas son lo que aparentan ser a primera vista.

Inspirada por la película homónima de Michael Crichton estrenada en 1973, la serie de HBO contuvo la trama de las dos primeras temporadas dentro de un parque de atracciones en un futuro no tan distante, ambientado como un pueblo del Lejano Oeste, en el que los ricos podían ir a saciar sus más bajos instintos.

Inmersos en una narrativa prediseñada con variaciones múltiples, cada visitante podía jugar a ser un pistolero o bandido y asesinar, violar y torturar a los androides; todo aparentemente sin ninguna consecuencia para los particulares “usuarios”.

Cada androide era “reseteado” al final del día, luego puesto en condiciones y reubicado nuevamente en su rol prefijado para ser usado el día siguiente.

Sin embargo, la sofisticación con la que habían sido creados, con la idea de que fueran cada vez más parecidos a los seres humanos y la experiencia del supuesto juego fuera más realista, condujo a algunos especímenes de aquellas máquinas a ganar conciencia.

De este modo, liderados por Dolores (Evan Rachel Wood), los antes sumisos anfitriones del parque de atracciones se rebelaron contra empleados y visitantes, desatando un baño de sangre.
Tanto Dolores como algunos otros pocos robots conseguían finalmente liberarse de sus ataduras y sobre el final de la segunda temporada lograban infiltrarse en el mundo real.

Según relataron a la revista Variety el hermano del reconocido cineasta Christopher Nolan y su compañera Lisa Joy, este punto de la trama es el que más ilusión les generaba desde hace siete años, cuando la cadena HBO aceptó desarrollar el proyecto llamado a ocupar el gigantesco vacío que dejaría (y sin lugar a dudas dejó) en su grilla la popular Game of Thrones con varias temporadas en su haber.

“Cuando Lisa y yo estábamos hablando acerca del piloto del programa, una de las cosas más excitantes para nosotros era que, luego de aprender las reglas de estas criaturas y su mundo, pudiesen salir de allí”, dijo Nolan, y agregó que, tal como a los androides, hasta el momento, al público se le mantuvo oculto lo que había fuera del parque de Westworld, algo que se presume será una de las claves de la nueva temporada que se pone en marcha este domingo.

Lo que viene

Los ocho episodios de la nueva entrega de la serie volverán a poner de relieve a Dolores, ahora en plena misión por encontrar qué y quién maneja los hilos en el mundo real, con la intención declarada de tomar el control y erigir a la inteligencia artificial como el nuevo amo del planeta.

Junto con ella volverán a verse a varios viejos conocidos, también prófugos del mundo de Westworld, como Maeve (Thandie Newton), El Hombre de Negro (Ed Harris), Bernard (Jeffrey Wright), Charlotte Hale (Tessa Thompson) y Stubbs (Luke Hemsworth).

Además, en esta tercera temporada se suman Aaron Paul, el recordado Jesse Pinkman de Breaking Bad, como el humano Caleb, y el talentoso actor francés Vincent Cassel como Serac.

La impresionante Ciudad de las Ciencias y las Artes diseñada por Santiago Calatrava en Valencia, España, y la arquitectura de Singapur fueron las locaciones perfectas para la creación de una nueva y desconocida ciudad de Los Ángeles, de impronta futurista, en la que la oscura odisea sobre el despertar de la conciencia artificial y el nacimiento de una nueva forma de vida en la Tierra alcanzarán un nuevo nivel.

Por fin fuera del mundo ficticio en el que había transitado toda su existencia en las temporadas anteriores, Dolores descubrirá que el mundo real no es tan diferente del que ya conocía, ya que los algoritmos organizan (y claramente dominan) completamente la vida cotidiana de las personas.

Conceptos de la cibernética, la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías conviven en la trama de la esperada serie con los filósofos clásicos, que se preguntaban por la esencia de lo que hace a la humanidad, la identidad, la noción de sociedad y, justamente, los límites del libre albedrío.

“Es innegable que nuestras elecciones están influenciadas por factores externos, pero ahora los hilos que mueven todo nuestro destino están más y más lejos de nuestra vista”, relató Lisa Joy, respecto del interés que los había movido como directores creadores para explorar en esta nueva temporada la urgente cuestión de la libertad en una sociedad dominada por la tecnología.

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