La policía bonaerense, en uno de los últimos actos bajo las órdenes de María Eugenia Vidal, desalojó violentamente y aprovechando las sombras de la noche a los trabajadores que desde hace dos meses permanecían en la planta de la multinacional Kimberly-Clark, de la localidad de Quilmes. Organizaciones sindicales y políticas exigen la liberación de los 19 detenidos durante el operativo, que fueron alojados en la comisaría 8ª de esa ciudad bonaerense.
La firma, de origen estadounidense, había anunciado el cierre de la fábrica, donde se elaboraban productos con las marcas Huggies, Kleenex, Plenitud, Scott y Kotex en medio de un proceso a nivel global al que denominaron Programa de Reestructuración.
Así fue que unos 200 empleados quedaron en la calle, aunque mantuvieron negociaciones y presentaron un plan para poner en marcha la planta bajo su responsabilidad. El proyecto implicaba constituir a la empresa como proveedor privilegiado del Estado.
Así se entiende el porqué del operativo en plena noche, eran las 3 de la madrugada, y antes de que asuma el nuevo gobierno nacional y provincial.
El Centro de Profesionales por los Derechos Humanos y el PTS-FIT reclamaron al presidente Mauricio Macri, la gobernadora Vidal, el intendente Martiniano Molina y al juez Martín Nolfi por la integridad física de los trabajadores detenidos.
No era la primera vez que enfrentaban la posibilidad de un desalojo. Y ya tanto el presidente electo, Alberto Fernández, como el futuro gobernante provincial, Axel Kicillof, recibieron presentaciones para la reapertura de la fábrica, ubicada en Espora 50 de Bernal.
En este tiempo, los trabajadores denunciaron que la multinacional había estado vaciando a la empresa local, a la que consideran rentable. A las 3 de la madrugada un grupo de policías entraron a la fuerza, y según denuncian los delegados sin orden de desalojo, tirando al piso a los presentes y esposándolos.
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