Un hombre fue acusado de violar a su propia hija en Casilda. El caso salió a la luz cuando una chica de 17 años contó en la escuela el calvario que estaba viviendo en su casa. Un equipo interdisciplinario se concentró en su caso sugirió realizar la denuncia en Fiscalía. Al entrevistar a un familiar, salió a la luz que el caso de abuso habría ocurrido hace 17 años, pero el hermetismo familiar impidió la denuncia en su momento.
El miércoles se realizó la audiencia imputativa a Oscar P., de 57 años, por abuso sexual. Tras la acusación, la jueza Mariel Minetti dictó la prisión preventiva sin plazo.
El caso es escabroso. El acusado, del tradicional barrio Nueva Roma, es conocido por su actividad como católico practicante. Su lugar habitual es la parroquia de ese mismo barrio.
La fiscal Lorena Aronne lo imputó por un hecho de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y por tratarse de menores de edad, y por dos hechos de abuso gravemente ultrajante por la reiteración, agravado por el vínculo y por tratarse de menores de edad. Los avisos en la investigación eran de vieja data y desde Fiscalía informaron a El Ciudadano que se preserva a las víctimas por ser familiares.
Aronne expuso los testimonios de las hijas e hijos del acusado, de su esposa, de su hermano, de sus cuñados, y parientes políticos, como de vecinos; inclusive la de un sacerdote que ofició en la capilla del barrio y también de los profesionales que atendieron a los familiares. Casi todos los que conocen de cerca al acusado y a la familia coincidieron con la validez de la acusación, según indicó el portal local Ahora Casilda.
Atroz
La fiscal explicó que el caso se disparó con la denuncia de una de las hijas, producto de una declaración en otra causa de violencia familiar contra una nieta del acusado. En esa causa, la mujer, que hoy tiene más de 30 años, declaró que había quedado embarazada hace 17 años producto de una violación. El victimario era su padre, relató.
Hay más de diez testimonios de familiares cercanos, vecinos y profesionales que trataron con los hijos de Oscar P. Las historias describen un ambiente de violencia que la familia había naturalizado. Hablan del acusado como un hombre de doble personalidad, que se comportaba como “monstruo” en la intimidad de su casa.
El acusado se limitó a negar las acusaciones. Según el portal Casilda Plus, Oscar sólo declaró: “Hay un circo armado en todo esto”.
La defensora pública Evangelina Bonacalza solicitó la liberación inmediata del acusado; sin embargo la fiscal sostuvo el pedido de prisión preventiva sin plazo y autorizó una extracción de sangre para el cotejo genético.
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