Policiales

Muerte en barrio Toba

Violencia institucional o golpiza de sus hermanos: por ahora, las dos hipótesis del caso Torrén

El fiscal Moreno dejó en libertad a los dos hermanos del joven que murió tras ser golpeado el jueves por la noche, aunque siguen vinculados con la causa. A su vez surgió una línea de investigación que tiene en la mira a policías. La autopsia será bajo el protocolo de Minnesota


Gabriel Torrén tenía 34 años.

Las primeras medidas en la investigación por la muerte de Gabriel, el hermano del ex defensor de Newell’s Miguel Ángel Torrén, arrojaron dos hipótesis que apuntan a reconstruir qué ocurrió la trágica noche de este jueves en un sector del barrio Toba conocido como El Cordero.

Una apunta a otros dos hermanos de la víctima, J. y L., quienes le habrían dado una golpiza al muchacho de 34 años dentro de una vivienda por cuestiones personales y de dinero. Y otra tiene en la mira a un grupo de policías del Comando Radioeléctrico que momentos después detuvo al joven corriendo desesperado en la zona de Rouillón y Doctor Riva tras un llamado al 911 de un vecino.

La pesquisa que instruye el fiscal Miguel Moreno se encuentra desdoblada. La División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal explora la primera hipótesis, mientras que la Agencia de Control –ex Asuntos Internos– investiga el accionar policial y, en ese marco, secuestró los teléfonos de seis efectivos, entre otras medidas de rigor.

Lo único seguro, hasta ahora, es que Gabriel ingresó al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez golpeado y poco después murió. Las causas del deceso se espera que queden a la luz durante la autopsia, que se realizará bajo el protocolo de Minnesota, indicaron fuentes judiciales.

Este jueves por la noche, los dos hermanos de Gabriel, que habían sido apuntados por la pareja de la víctima como autores de la muerte, quedaron en libertad luego de ser allanados y estar demorados varias horas.

“No hay elementos por el momento para ser llevados a audiencia imputativa dado que los allanamientos en sus domicilios dieron negativo en torno de algunos datos aportados a la investigación”, dijeron fuentes judiciales.

Y entonces surgió la hipótesis de violencia institucional. Según una fuente de la investigación, J. Torrén declaró que su hermano menor Gabriel salió alterado de su casa luego de una discusión violenta con él y su otro hermano L. Torrén. Y en ese trajín desesperado por los pasajes de barrio Cordero –en que saltó tapiales y gritaba desesperado que lo querían matar–, Gabriel fue golpeado hasta desvanecerse por policías del Comando Radioeléctrico que lo aprehendieron por un llamado al 911 a la medianoche. En ese sentido, los pesquisas esperaban analizar el video de una cámara de seguridad que habría captado la secuencia.

A su vez, una fuente de la investigación reveló que la pareja de uno de los hermanos sospechados declaró que “Gabriel no estaba pasando por un buen momento desde hacía tres días: estaba como huyendo”. Y que si bien el joven fue golpeado por sus familiares, esos golpes no eran de gravedad. Un dato que se cruza con la versión de que entre los hermanos existía una desavenencia por un dinero de la venta de una casa que fue mal repartido y generó conflicto. De hecho, agregó la fuente, una mochila que se cree contenía dinero sigue sin aparecer.

Por lo pronto, una de las tantas dudas del caso se despejará en la autopsia para determinar la causa de fallecimiento: “Si bien presentaba golpes hay que determinar si fueron la causa de muerte”, cerró una fuente judicial.

La autopsia, cuya fecha aún no fue anunciada, será bajo el protocolo de Minnesota, que incluye técnicas especiales de recolección de pruebas para determinar si hubo violencia institucional.

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