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Final de un ciclo virtuoso: deja de fabricarse el motor Bounous, insignia santafesina por 71 años

Camino al centenario, la empresa familiar nació en 1922 en Colonia Belgrano y en 1959 se instaló en Gálvez. Crearon los primeros motores refrigerados por aire del país, en los tiempos que la nafta era tan cara y escasa que funcionaban a kerosene


Bounous Hermanos

Para comenzar este recorrido vamos a situarnos 98 años atrás, precisamente en 1922, año en que en nuestro país asume la presidencia Marcelo T. de Alvear. Fue reconocido como un industrialista que ubicó al PBI per cápita argentino en el 6° lugar del mundo. Es entre 1922 y 1928 la Argentina convirtió su economía, y pasó de ser un país basado en la producción primaria a crecer fuertemente en su desarrollo industrial.

En ese punto de la historia, precisamente en 1922, tiene sus comienzos Bounous, en un pequeño pueblo de Santa Fe: Colonia Belgrano. Nace como fabricante de repuestos, pero luego emprende la producción de máquinas para la construcción, como reemplazo de las importadas.

Llegado el año 1949, con 27 años de experiencia en la metalurgia, la empresa afronta una etapa que será trascendental: se da inicio a la fabricación de motores a nafta estacionarios monocilíndricos. Estos ejemplares se posicionaron como los primeros refrigerados por aire del país. Denominados Agricol, los motores tenían la particularidad de poseer una válvula que permitía su arranque a nafta, funcionar a kerosene y finalizar su utilización a nafta. En ese tiempo la nafta era escasa y su precio era muy elevado, al contrario del kerosene, que era mucho más accesible.

Para 1952, Juan Domingo Perón asumía su segunda presidencia, en un contexto de crisis por la inflación, la recesión y el desequilibrio externo. Estos agravantes fueron provocados por dos años sucesivos de sequía en la Pampa Húmeda, y la industria comenzaba a ver limitada su capacidad operativa debido al desgaste provocado por los récords de los años anteriores. Esto, sumado a las repercusiones del fin de la Segunda Guerra Mundial, y el inicio de la Guerra Fría.

Pero a pesar de ese escenario, Bounous apuesta a crecer y llegan los primeros aliados comerciales: Agar Cross y Cía, quienes se encargaron de distribuir la línea de motores refrigerados por aire Bounous, y un modelo exclusivo refrigerado por agua con la conocida marca Triunfo. En esta decisión Bounous demuestra tenacidad y perseverancia, adjetivos que ayudarán a sortear varias crisis a lo largo de los años para seguir vigente al día de hoy.

Siete años después, es decir en 1959, se traslada la planta industrial de motores, definitivamente, a Gálvez, ciudad que queda a 30 kilómetros del lugar de su fundación. Y al año siguiente (1960) la razón social se transforma en Bounous Hnos SAIM, conservando su estructura de sociedad de familia.

Mediante un convenio comercial, durante los años 1962 a 1965, R. A. Lister y Cía distribuye la línea de motores a nafta y Agricol, monocilíndricos y bicilíndricos refrigerados por aire, con la supervisión técnica de su casa matriz en Inglaterra.

En Argentina, para 1967, el ministro Adalbert Krieger Vasena, del gobierno de facto del general Juan Carlos Onganía, anunciaba la “Gran Transformación” de la economía, apelando a la necesidad de cambio, de mejor aprovechamiento de los recursos, y de alcanzar una mayor productividad y eficiencia.

Ese mismo año Bounous comienza el desarrollo y producción de motores diésel estacionarios. Y nuevamente le corresponde la distinción de haber fabricado los primeros motores diésel semirrápidos refrigerados por aire. Este producto, reconocido por su color verde, trajo consigo no sólo el cambio de combustible –por referencia mundial– sino un cambio de época y un salto de calidad. Se preguntarán: ¿por qué semirrápidos? La razón fue que en comparación con otros motores se duplicaba la velocidad: se pasó de 750 rpm (revoluciones por minuto) a 1.500 rpm. Otro perfeccionamiento fue la reducción del diámetro de los volantes, los cuales medían 0,38 metro, en contraposición con otros modelos de la época que promediaban el metro o más. A pesar que decían que “no iban a aguantar”, los motores Bounous permanecieron en el mercado hasta hoy como sinónimo de calidad.

Alianza con tinte germánico

A modo de contextualizar, el rumbo que toma Bounous en esta etapa, resulta interesante resaltar que durante 1980 en nuestro país se produjo el famoso “crac bancario”, que puso fin a la etapa de la denominada “plata dulce”. Y si bien las inversiones extranjeras directas cayeron, aumentaron las alianzas comerciales, y en este escenario las importaciones subieron un 30%.

En ese preciso punto de la historia, a inicios del año 1980, la prestigiosa empresa de motores diésel de Alemania Hatz buscaba su expansión en Latinoamérica, y así encuentra a Bounous.

En mayo de 1980, invitados por la compañía, representantes de Bounous viajan a Münich a visitar el stand de Hatz en la feria Bauma y a conocer la fábrica en Ruhstorf.

“Esperamos que pronto todo camine sobre ruedas y les deseamos toda clase de éxito en el futuro con nuestra relación, que será para beneficio mutuo”, escribieron los directivos de Hatz C. Steppacher y C. Jacobsthal. Es el final de una carta, luego del primer encuentro en el país europeo.

Y así fue, tal como dice la cita: ese vínculo se fue consolidando a través del paso del tiempo, con ya muchas visitas a la Bauma, exposición considerada una de las más grandes del mundo de maquinaria e ingeniería, y a la sede de Hatz. La actualidad encuentra a ambas compañías seriamente comprometidas, con la atención del mercado nacional.

Valorar el origen para mirar al futuro

Con el correr de los años la demanda del mercado fue mutando, y la obsolescencia del motor Bounous fue pesando. En comparación con las nuevas tecnologías en motores diésel, lo que fuera un precursor fue quedando atrás en la relación peso-potencia y la emision de gases. Por tal motivo, en marzo de 2020 se dio por finalizada la fabricación de los motores diésel en la sede de Gálvez, lo que convierte a Bounous en los últimos fabricantes nacionales en serie de motores diésel industriales de uno y dos cilindros refrigerados por aire.

La empresa continuará con la fabricación y provisión normal de repuestos y reemplazos de toda la línea de motores diésel fabricados hasta la fecha.

Bounous continúa en el negocio a través de toda la línea de motores diésel Hatz de Alemania, natural reemplazo de los motores diésel refrigerados por aire fabricados hasta el presente.

En ese marco, la firma santafesina mantiene una amplia familia de productos de gama óptima para el mercado: motores diésel y gas, grupos electrógenos, trailers, cabinas, cabinas insonorizadas, tableros de transferencia automática, motobombas, talleres rodantes, torres de iluminación, motosoldadoras, motocompresores de aire y equipos afines.

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