Candela Ramírez
Azo, azo, azo, se viene el Villazo cantan hombres y mujeres con pecheras de organizaciones, sindicatos, partidos o con carteles que levantan fotos de rostros de otros hombres y mujeres que ya no están. Lo hacen la mañana del lunes 13 de noviembre mientras entran al Tribunal Federal de Rosario porque inicia el juicio que investigará los crímenes que cometió el Estado contra ellos y sus familiares desde marzo de 1975 en Villa Constitución. La causa Acindar, conocida popularmente como El Villazo, reúne los casos de 67 víctimas y tiene 22 imputados entre los cuales está el jefe de personal de la empresa.
Es un día importante, no solo porque sobrevivientes, testigos y familiares de víctimas esperaron 48 años este momento, sino porque será la primera vez que se juzgue en la región crímenes de lesa humanidad que empezaron antes de la dictadura y además juzgará el rol de las empresas privadas para la represión sistemática.
“Con esta causa acreditamos que el genocidio empezó antes del 24 de marzo de 1976”, explicó a este medio Federico Pagliero, integrante de la querella de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (Apdh). “Estamos ante un juicio histórico porque vamos a juzgar una parte de la historia de un gobierno democrático, ya que el terrorismo de Estado en Villa Constitución comenzó el 20 de marzo del 75 bajo el gobierno de María Estela Martínez de Perón”, detalló.
En esa fecha se desplegó en esta localidad al sur de Santa Fe una ocupación militar, policial y parapolicial que incluyó el arribo de por lo menos cuatro mil efectivos. Los meses previos habían estado marcados por el triunfo de la Lista Marrón en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y una huelga general que fue acompañada de forma masiva por la población.
Por eso la expresión El Villazo refiere tanto al proceso de organización de trabajadores como a la represalia feroz no solo del Estado sino de la empresa y de la burocracia sindical liderada por Lorenzo Miguel.
Juan Actis fue uno de los fundadores de la Lista Marrón y estuvo presente en la audiencia, dijo a El Ciudadano que el inicio del juicio “representa un triunfo”.
“Fue una militancia histórica con mucha convicción, democrática y participativa, que tenía los conceptos bien claros. Creo que la juventud de hoy y los nuevos trabajadores tendrían que recuperar estos valores que son fundamentales para darle permanencia a los derechos de los trabajadores”, planteó.
Al fin: empieza el juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el Villazo
Además dijo que espera que “se haga justicia de una vez por todas, que los responsables paguen lo que tienen que pagar y que sirva de ejemplo para los próximos verdugos que seguramente vendrán”.
También estuvo presente el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti. Conversó con este medio sobre qué representa este juicio en este contexto: “Desde la Secretaría, que también es querellante, venimos impulsando fuertemente las causas que tienen que ver con la responsabilidad civil y económica con la dictadura que se vio mucho en toda la represión que hubo en el cordón del sur de la provincia de Santa Fe y el norte de Buenos Aires. Siempre decimos, más del 60 por ciento de los detenidos desaparecidos eran trabajadores organizados. Esto es la prueba fiel de que esos golpes de Estado tuvieron que ver y buscaron instalar un modelo económico”.
Sobre las elecciones del próximo domingo aseguró que si triunfa el candidato Sergio Massa, de Unión por la Patria, “va a profundizar y ampliar en nuevos derechos, es la garantía de que la política de Memoria, Verdad y Justicia no va a tener retrocesos”.
La causa investiga secuestros, torturas y asesinatos y cuenta con más de 300 testigos que declararán a medida que avance el juicio. Además, está contemplada una visita ocular a la planta de Acindar que funcionó como centro clandestino de detención y a la sede local de la UOM. La mayoría de los crímenes en esta causa se cometieron antes del golpe.
Según informó la Agencia Télam “los testimonios recabados por las diferentes querellas reflejan la ‘saña y la persecución’ que sufrieron las familias de los obreros encarcelados, contienen declaraciones de víctimas que eran niños y presenciaron los secuestros de sus padres en sus hogares, de testigos de algunos de los homicidios ‘aleccionadores’ que incluyeron la exhibición de los cuerpos en la vía pública y de detenidos que vieron que las fuerzas policiales y parapoliciales portaban sus legajos laborales de Acindar a la hora de capturarlos”.
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El Villazo y una foto que inmortalizó al dirigente Alberto Piccinini contada por su autor
“Es la última gran huelga clasista del siglo XX”, afirman siempre desde Apdh. Gabriela Durruty, integrante de la querella de Apdh, explicó a El Ciudadano que el armado de la causa comenzó hace diez años y fue sorteando distintos obstáculos antes de llegar a este momento.
Pero el desafio que planteó la abogada es “que el relato del tribunal se parezca lo más fidedignamente posible a lo que ocurrió. Todo el proceso de esta lucha obrera es muy complejo, muy heroico y tiene que atravesar la puerta del tribunal. Estas sentencias son los libros escolares del futuro, entonces ese relato no se puede alejar tanto de la realidad”
“La forma de construir la verdad en democracia no es otra que las palabra de los jueces. A veces nos gustan más o menos pero hay un acuerdo social mínimo que tiene que ver con que cuando hay varios discursos sobre todo en hechos de esta trascendencia esto se termina disputando en el tribunal. Por eso el reclamo fue, es y será juicio y castigo a los genocidas”.
Vilma Ripoll, integrante del MST, ex legisladora y protagonista también del Villazo como enfermera dijo que fue una gesta “inédita, gloriosa y valiente”. La huelga coincide con su inicio en la vida militante, por eso contó a este medio que se siente orgullosa.
“Lo que representa este día no es sólo político, sino también emocional. Yo estuve en la huelga, estuve yendo todos los días con un equipo de compañeros del Hospital Centenario. Íbamos cuando oscurecía, los obreros nos daban la garantía de seguridad desde los techos, porque venían las 3A y secuestraban. La UOM les había cortado la atención de salud, entonces nosotros íbamos con otra enfermera y un médico. Atendíamos en las casas a quienes lo necesitaban y si había alguien que tuviera problemas lo llevábamos a internar al Centenario”, describió.
Además puntualizó: “Lorenzo Miguel, la Triple A del gobierno peronista de Isabel, todas esas lacras son los responsables políticos del desastre. Quiero justicia pero también que se sepa quién jugó qué rol porque es muy importante. Después vienen los negacionistas y todos se horrorizan. Y no, hay que decir bien quién fue cada uno y qué hizo porque fue una lucha histórica que el movimiento obrero tiene que conocer”.
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