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Vicentin tuvo una fuerte caída de utilidades en febrero pero dice que todo marcha bien, ¿o no?

La concursada firma de Avellaneda pasó de obtener un superávit de 3,5 millones de dólares en enero a 1,18 millón en febrero, pero lo explicó por factores transitorios y mostró nuevos contratos. Pero un sector de los acreedores desconfía de los números exhibidos


Las utilidades de la concursada cerealera Vicentin, con sede en Avellaneda, en el noroeste santafesino, cayeron un 67% de enero a febrero de este año, al pasar 3,5 millones de dólares en el primer mes del año a 1,18 millón al mes siguiente. Empero, analistas del sector mencionaron una serie de factores estacionales o fortuitos para explican la situación, deslizando que no representa mayor alarma: por el contrario, anticipan un rápido equilibrio e incluso un salto a partir del presente marzo. Empero, voceros de los acreedores se quejaron del informe presentador por la compañía: “Los números están dibujados”, sostuvieron.

El total de los ingresos relacionados a fasones, almacenaje y cargas alcanzó 7.180.000 dólares en febrero, contra 9 millones el mes anterior publicó El Cronista citando al resumen que elaboró la propia firma para sus acreedores. Los egresos, en tanto (sueldos, instalaciones y equipos, energía, etcétera) representaron 5,5 millones de dólares en enero y 6 millones en febrero.

A partir de allí se desglosan los factores: el primero es el segundo mes es el más corto del año, con 28 días contra 31 del mes anterior, una diferencia no menor ya que involucra miles de toneladas de cereal en cada jornada.

El otro factor es el impacto de las paritarias salariales, cerradas a fines de diciembre tras una tenaz pelea conjunta de gremios que tradicionalmente venían haciendo reclamos en forma separada, como el caso de la Federación Aceitera a nivel nacional; el Soea, que representa a los trabajadores del sector del Cordón Industrial en forma independiente de la unión sindical, y los recibidores de granos de Urgara.

Otro ítem es la suspensión de la cerealera Díaz & Forti, a la que el Banco Central reclama u$s450 millones por liquidación de divisas y que tenía contratos de fasón –procesamiento por orden de terceros– en plantas de Vicentin. Allí la firma avanzó en un acuerdo con la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) hasta el próximo 31 de diciembre referido a la capacidad instalada y no comprometida con Díaz & Forti, que está paralizada y además no atendió un pago de la modalidad de contrato (take or pay, por el cual la parte contratante está obligada a un resarcimiento si no cumple con las operaciones acordadas) precisamente en febrero. Sobre esta última, además, sectores afectados por la falta de operatoria pidieron una autorización especial y temporal para que la cerealera pueda terminar de cerrar operaciones con buques que ya habían comenzado.

Además, Vicentin reactivó la planta de Ricardone tras la firma de un contrato la Unión Agrícola Avellaneda. Las instalaciones, paralizadas durante más un año tras el default declarado en diciembre de 2019, tienen una capacidad de almacenamiento de 720 mil toneladas de granos, y de molienda de 4.350 toneladas al día.

“El dato fue referenciado en el informe de acreedores de febrero, documento a través del cual la firma reporta la evolución de sus negocios y el ritmo del concurso preventivo”, confirmó el portal económico local Punto Biz.

Así, pese a la baja registrada en febrero, desde la compañía estimaron que con los nuevos fasones Vicentin comenzó a operar a pleno. “Las capacidades de marzo y abril ya están totalmente vendidas”, marcaron.

En esa línea, el directorio de la agroexportadora subrayó que las operaciones evolucionan favorablemente, mientras avanza en el intento de conformar una mesa de diálogo con los principales acreedores para negociar su deuda de unos 1.300 millones, de los cuales unos 300 millones tienen como acreedor al Banco Nación. El flujo que también llegó a terreno judicial en una investigación sobre la posible comisión de delitos por parte del directorio que encabezó Javier González Fraga al conceder semejante monto a una sola firma –su principal deudor– comprometiendo los activos de la entidad.

Además de la entidad estatal, la firma de Avellaneda tiene 2.638 acreedores de los cuales unos 1.800 son productores agropecuarios.

Algunos de estos últimos, junto a acreedores de otro tipo, son quienes hicieron patentes sus reparos a los número de Vicentin. “La expresión de los ingresos y los egresos en dólares es discutible, ya que aunque se señalan en moneda extranjera en la práctica se encuentran en moneda local. Además, la actualización de la deuda concursal no forma parte del informe y, en consecuencia, lo que se muestra como situación superavitaria no existe”, desconfiaron.

El estado de situación del concurso preventivo informado por la firma deja constancia de que “los créditos verificados y admisibles ascienden estimativamente en pesos a los $31.409.258.046,76 y en dólares u$s1.086.169.924,56, mientras que los créditos eventuales o condicionales en pesos alcanzan los $1.546.479.775,20 y en dólares a u$s5.478.905,74”.

“Es importante destacar que los montos previamente indicados no son definitivos y pueden sufrir variaciones debido a los recálculos, así como los incidentes de revisión y verificación tardía que se están llevando adelante en el marco del proceso concursal”, apuntó el directorio de Vicentin.

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