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LA HISTORIA DE TU CLUB

Velocidad y Resistencia, el rayo místico

El Club de Urquiza y Callao transita por los 93 años de vida, cuenta con 300 socios y promueve cuatro disciplinas.


Un cuadro colgado en una de las paredes del salón social muestra una foto de color sepia, que retrata al equipo campeón del 57 de la Asociación Rosarina de Básquet. En otros tiempos, Velocidad y Resistencia se ha caracterizado por ser un club de básquet por excelencia. Hoy, la institución situada en Urquiza y Callao contiene a 300 socios y allí se desarrollan cuatro disciplinas: fútbol de salón, patín artístico y de competición, vóley y básquet.

Casi 60 años atrás, cuando el mundo giraba más despacio y la escenografía del club mostraba una cancha a cielo abierto y sin techo parabólico, aquel equipo apodado El Rayo estaba integrado por Gianni, Iglesias, Yunes, Galletti, Quinteros, Benvenuto y Montenegro (jugadores), Laurino (DT); Gese y Firos (cronometristas).

Fundado el 1º de mayo en 1923, lejos de aquellas épocas basquetbolísticas doradas, Velocidad y Resistencia transita por sus 93 años de vida y se erige actualmente en una institución fuerte y respetable en otras disciplinas como futsal y patín artístico.

“Los cuatro deportes que ofrece Velocidad y Resistencia son competitivos y están federados. Aproximadamente entre 100 y 120 chicos pasan por las instalaciones del club para realizar distintas actividades”, confió el presidente Marcelo Cabrejas.

“El futsal y el patín son las disciplinas que más chicos convocan”, ratificó el principal directivo. Con 300 asociados, “el club se solventa a través de la cuota societaria y de la cuota deportiva. Cada disciplina tiene sus respectivas subcomisiones, por lo que cada una tiene un método de recaudación para cubrir gastos”, explicó Cabrejas.

El futsal participa con once categorías en la Asociación Rosarina de Fútbol de Salón (Arofusa): pre-infantil, infantil, menor, cadete, juvenil, reserva y primera A, reserva y primera B, femenino y veteranos. En tanto, vóley, básquet y patín de Velocidad y Resistencia intervienen en las respectivas asociaciones de Rosarina.

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A través de distintas obras, Velocidad y Resistencia fue modificando su fisonomía edilicia. “Años atrás, el gimnasio no estaba techado. También hemos modificado los ingresos al club por calles Callao y Urquiza. Se han reemplazado los tablones de madera por tribunas de material. En un principio, la cancha tenía las dimensiones reglamentarias de básquet. Hemos llevado las medidas máximas a una cancha de futsal para desarrollar la actividad en un primer nivel”, indicó el presidente del Rayo.

Las obras en el club también se extendieron hacia otras dependencias. “Hace cinco años cambiamos el techo del salón social que cuenta con 300 metros cuadrados. El paso del tiempo y las piedras hicieron su daño y debimos reemplazarlo”, precisó.

Para un club de barrio, el aporte económico gubernamental siempre viene como anillo al dedo. “Hemos recibido subsidios del gobierno provincial, con los cuales realizamos las obras de reparación de los vestuarios y la colocación de las nuevas luminarias de la cancha”, contó Cabrejas.

En una ciudad que se ha convertido en un monstruo de hierro y hormigón, ya sin espacios verdes para promover la práctica deportiva al aire libre, Velocidad y Resistencia también padece la falta de espacio físico. “El objetivo es poder crecer. Tener un crecimiento en cuanto a lugar. No tenemos otra alternativa que crecer hacia arriba. Y una de las opciones es construir otro nivel por el patio de calle Callao”, aventuró el presidente de la institución de Urquiza 2737.

Cabrejas consideró que el club se encuentra “en una etapa de crecimiento deportivo. Al no tener espacio físico, debemos alquilar otros lugares para desarrollar las actividades, como hacemos en el Círculo de Obreros”. Un rayo rojo cruza de derecha a izquierda al escudo con fondo azul. Velocidad y Resistencia honra la mística basquetbolística de décadas pasadas y se reivindica social y deportivamente a través de otras disciplinas y de obras que han renovado su escenografía original.

DATOS. 11: categorías tiene el futsal de Velocidad y Resistencia: pre-infantil, infantil, menor, cadete, juvenil, reserva y primera A, reserva y primera B, femenino y veteranos.

300: socios tiene Velocidad y Resistencia. Actualmente el club tiene cuatro disciplinas: futsal, patín artístico y competitivo, vóley y básquet.

El ritual de la peña “Nene Massa”

Décadas atrás, el básquet fue el deporte por excelencia en la institución.
Décadas atrás, el básquet fue el deporte por excelencia en la institución.

Todos los viernes por la noche, un grupo de socios renueva semanalmente un encuentro que se ha convertido en un ritual para la vida social de Velocidad y Resistencia: la peña ‘Nene Massa’. Así se denominan las cenas que puntual y religiosamente se celebran los viernes en el salón de usos múltiples del club de Urquiza y Callao.

“Cuando finaliza la actividad, los viernes se quedan a comer los deportistas del club y los socios vitalicios en la famosa peña ‘Nene Massa’”, cuenta el presidente Marcelo Cabrejas. El célebre encuentro lleva el nombre de un reconocido socio de Velocidad y Resistencia, hoy ya retirado del club y quien durante décadas se encargó de organizar y cocinar las abundantes parrilladas que se servían para socios y deportistas.

Lo que en un principio era una reunión de vitalicios, con el correr del tiempo se fue convirtiendo en una cena con más número de comensales, a la que también asistían los socios que practicaban deportes. “Así se fueron generando vínculos sociales entre los chicos de vóley, patín y futsal. Y así fueron creciendo las familias de nuestra institución”, reflejó Cabrejas.

En Velocidad y Resistencia es usual que los hijos y hasta las esposas de los directivos realicen actividades recreativas y de esparcimiento. “Algunos dirigentes tenemos familiares haciendo deportes en el club, mientras que chicos de anteriores generaciones también han pasado por aquí”, reconoció.

No es fácil administrar y sostener el funcionamiento de los clubes. “El trabajo de la comisión directiva es diario y constante. Es dedicarle horas por día a la institución y quitarle tiempo a la familia. Siempre haciendo hincapié en la importancia de la renovación dirigencial, porque es el futuro del club”, consideró Cabrejas.

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