Ciudad

Sin servicios, ni respuestas

Vecinos del loteo más grande de Funes dicen que están abandonados y a la deriva

Pese a que se prometió, el barrio Funes City aún no cuenta con agua potable, gas natural ni cloacas. Los habitantes de la zona también señalaron que las calles siguen sin señalizar y están en muy malas condiciones


Los vecinos del nuevo barrio Funes City están “cansados de reclamar” a las autoridades de esa ciudad por los “graves problemas” que padecen desde hace más de cinco años. Pese a que los desarrolladores inmobiliarios que vendieron los terrenos lo prometieron, los habitantes de la zona aún no tienen agua potable, gas natural ni cloacas. “Hace tiempo que venimos planteando éstas dificultades. Agotamos todos los recursos de protesta en la Municipalidad. Prometen y no cumplen. El barrio está en un tremendo estado de precariedad”, señaló Cristina, secretaria de la Vecinal Funes City, a El Ciudadano.

Funes City es un barrio muy joven. Nació hace seis años y cuenta con 1850 terrenos, de los cuales el 70 por ciento ya está habitado. Es el nuevo loteo más grande de Funes y uno de los tres más importantes de la provincia.

“La gran mayoría de las personas que viven allí son familias con hijos chicos, lo cual agrava aún más la situación. No llega el transporte público, no hay calles asfaltadas y el ripio está en muy malas condiciones. Cuando llueve se dañan los autos porque los pozos son muy profundos. Las luminarias se rompen y no se reponen”, contó Cristina.

La integrante de la vecinal relató que ya tuvieron varias reuniones con el intendente de Funes, Diego León Barreto –de Cambiemos–. Pero todo sigue igual. Se quejan que “el Estado está ausente” y que no tienen respuestas a los reclamos.

Sin nomenclatura

Otro de los problemas que tienen los vecinos de Funes City es que el barrio carece de la nomenclatura urbana. Según explicaron los integrantes de la vecinal, las autoridades municipales les habían prometido ponerle el nombre a las 50 calles. Todo quedó en veremos.

“Ahora nos dicen que no tienen presupuesto. Hubo varios casos de urgencias y las ambulancias no saben adónde ir porque las calles no están señalizadas. Pagamos una fortuna en impuestos, tres veces más de lo que se abona en el centro de Funes, y no tenemos nada”, advirtieron.

Cristina también explicó que la única plaza que tiene el barrio, a medio terminar, fue solo fruto del esfuerzo de los vecinos, que donaron bancos, mesas y hasta los juegos para que los chicos tengan un lugar donde entretenerse.

“No tenemos agua potable, ni gas natural. Como solución a eso nos dieron canillas públicas, que están instaladas sobre avenida Mitre –una de las calles más transitadas–. Y vamos hasta allí con el bidón para cargar agua”, expresó la mujer.

La vecinalista aseguró luego que hubo “un mal manejo” de la Municipalidad con el desarrollador inmobiliario del loteo. “Los gobiernos anteriores se administraron muy mal y el actual no resuelve nada. No hubo un proyecto de infraestructura acorde a las necesidades”, especificó.

“Si no visibilizamos lo que nos está pasando no lo van a resolver. Es agotador y desgastante, pero no podemos seguir viviendo en estas condiciones”, agregó Cristina.

La Asociación Vecinal Funes City tiene una comisión directiva de 12 personas. A ellos se suma un gran grupo de asambleístas que participa activamente.

“Siempre tuvimos muy buena predisposición. Nuestros reclamos vienen desde hace tiempo y todavía no logramos que se hagan eco de lo que estamos padeciendo. Necesitamos que ya empiecen a solucionar algunos de nuestros pedidos”, concluyó la vecinalista.

Historia de un conflicto

Los desarrolladores de Funes City fueron Gilli Inmobiliaria SRL y el Grupo Lands SA. El loteo fue problemático desde un principio.

Las compañías fueron cuestionadas por entonces por comenzar a comercializar los loteos sin presentar previamente carpetas ante el gobierno provincial del impacto ambiental que generaría el proyecto ni prever obras para mitigar los efectos. Eso incluyó la falta de estudios de impacto vial y tareas que restrinjan la posibilidad de inundaciones.

El hecho generó bronca también entre una parte de lo compradores, quienes quedaron en el medio de una situación complicada ya que sin la aprobación definitiva también vieron demorado durante largo tiempo el trámite de sus escrituras.

En tanto, Gilli también fue una de las 12 inmobiliarias que el municipio de Rosario clausuró temporalmente en 2016 al poner en práctica con inspecciones la nueva ordenanza que regula el corretaje inmobiliario en la ciudad. La compañía fue cerrada al no contar con ningún matriculado al frente.

Quebrado

En tanto, otro hecho a tener en cuenta es que el año pasado la Justicia provincial dictó la quiebra de Federico Carlos Gilli, socio de Gilli Inmobiliaria y director del Grupo Lands SA. Lo hizo a través de un fallo del Juzgado Civil y Comercial de la 14ª Nominación, a cargo del Marcelo Carlos Mauricio Quaglia.

La resolución se da como resultado de una situación económica que desde el entorno de Gilli calificaron como “delicada” a raíz de diversas problemáticas que afectaron los negocios de la compañía (y consecuentemente el patrimonio del damnificado).

 

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