Espectáculos

Urondo. El poeta de la palabra justa

Roberto Baschetti presentó en Rosario “Francisco Paco Urondo, de la poesía al combate”, una suerte de ensayo biográfico sobre la vida y la obra del intelectual santafesino en la que hace hincapié en su opción militante y su compromiso político.


HISTORIA
Francisco “Paco” Urondo, de la poesía al combate
Roberto Baschetti
Editorial Educo, Universidad Nacional del Comahue
Año 2014, 176 páginas

“El libro se llama Francisco Paco Urondo, de la poesía al combate y la idea es recuperar la historia de vida de Urondo, nacido en la provincia de Santa Fe y que tuvo un gran desarrollo en esta provincia y luego en Buenos Aires. Lo que me pasa con él es lo mismo que con Rodolfo Walsh, que todo el mundo conocía las aptitudes y los valores intelectuales pero dejaban de lado su opción militante, su compromiso político. Con Walsh traté de hacerlo con un libro y lo mismo hago con Paco porque las dos vertientes de su vida van de la mano, no se pueden escindir porque si no, no habrá un Paco Urondo como realmente fue. Más allá, o a pesar de que es un hombre que no se agota sólo en los poemas, su trabajo más conocido, sino que también escribió guiones de cine, trabajos para televisión, cuentos”, comentó sobre su texto Roberto Baschetti, historiador y archivista, en el marco de la presentación del material en Rosario. Invitado por la Agrupación de Docentes “Nicolás Casullo”, la presentación del libro sobre Paco Urondo tuvo lugar en el Centro Cultural Paso de los Libres y contó con la participación de los profesores Roberto Retamoso y Sebastián Artola. En una entrevista con El Ciudadano, Baschetti, Retamoso y Artola dieron su impresión sobre el autor de Pajarito Gómez, quien jugando con los preceptos de Gustave Flaubert había afirmado que empuñó las armas buscando la palabra justa.

Los pobres en escena

Francisco Paco Urondo, de la poesía al combate es un libro que se divide en tres partes. La primera traza una biografía del santafesino, con una trama sustentada en relatos de amigos que fueron recabados por Baschetti. “Anécdotas en el libro hay muchas porque yo me tomé en serio hacer hablar a aquellos que lo conocieron. Esa perspectiva brindó historias muy buenas sobre la vida de Paco Urondo, algunas muy graciosas. Él siempre tuvo ese compromiso por ayudar al prójimo, para trabajar en beneficio de los demás. Es conocida una anécdota  cuando fue secretario de Cultura en la provincia de Santa Fe, durante la gobernación de Carlos Sylvestre Begnis. Cuando el famoso director de cine Fernando Birri filma la película Tire die hay una escena de unos chiquitos corriendo al lado de un tren que pasa lentamente. Desde el tren la gente tira monedas para que los chicos las junten, una escena circense si se quiere, pero que pasaba en la realidad, desde donde fue filmada por Birri. La película se presentó en el anfiteatro de la Universidad Nacional del Litoral. Precisamente ese lugar se había puesto a pleno porque allí se había reunido la Convencional Constituyente de 1957 que se encargó de abolir la Constitución peronista de 1949. Entonces, ése era un lugar académico y allí se presentó la película. Paco Urondo invitó a los protagonistas del film, a los chicos y a sus familias. De modo que se juntaron dos mundos distintos para ver esa película, porque estaban los atildados profesores de la Universidad, de saco y corbata; y los pibes que aparecían en la película que incluso cada vez que se veían en la pantalla gritaban «qué bien que saliste». Paco Urondo logró romper con una lógica acartonada de la cultura, y ese fue apenas su comienzo”, cuenta Baschetti.
El libro también cuenta con una segunda parte, en la que el autor presenta toda su producción periodística, literaria y poética; y otra tercera parte reúne todos los comentarios que incitó esa misma producción escrita, fruto del esfuerzo archivístico y clasificatorio de Baschetti.

Palabra comprometida

“«Empuñé un arma porque busco la palabra justa», sostuvo Francisco Paco Urondo, porque en esa frase sintetizó su amor por la poesía y la literatura inspirado en Gustav Flaubert, quien buscaba «le mot juste» y se inclinaba en practicar «el arte por el arte». En cambio para Urondo, el arte no estaba completo sin un compromiso con la política, el pueblo y la vida”, afirmó el profesor Retamoso sobre el intelectual peronista asesinado por la última dictadura militar en Mendoza.
Para Baschetti, hubo un momento en el que el santafesino afirmó su compromiso social y lo mezcló con el arte. “El quiebre –según mi visión– creo que se da en su vida para entrar a militar, más allá de su convicción, porque era un hombre de izquierda, de ideas progresistas, socialistas, que se peroniza como muchos que pensaban igual. Sin embargo, lo que es una divisoria de aguas en su vida es su viaje a Cuba. Va como jurado, como invitado como a un concurso de poesía en la Casa de las Américas. Creo que él, al ver esa realidad y que se podía llevar a la práctica principios socialistas como educación, trabajo para todo el pueblo, creo que eso lo ayuda a optar por un compromiso político”, opinó Baschetti, quien agregó: “También es conocido que él es un militante de la Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), y en la primera operación en la ciudad de Garín, en la provincia de Buenos Aires se ve la mano de Urondo porque él es un combatiente más de los que toman por asalto a esa ciudad. Después, desde la organización, busca una manera diferente de darse a conocer, por ese hecho, a la población. A diferencia de otras organizaciones que realizaban actos políticos, Urondo hace de entrevistador anónimo e interroga al dirigente más importante que era Carlos Olmedo, quien también responde de modo anónimo. Así daban a entender qué era esa organización y qué buscaban con esa acción. Hasta en eso, Urondo pone una mano periodística a la vez que innovadora”.

Los Paco Urondo de hoy

“Hay muchos que toman ese compromiso en la actualidad. A mí no me gusta decir que los que se murieron son mejores, porque no son ciertas. Hay mucha gente trabajando y esto lo puedo decir con conocimiento de causa. El hecho de estar trabajando en la Biblioteca Nacional, me permite conocer a mucha gente que está investigando, haciendo tesis, escribiendo libros. Mucha gente está trabajando seriamente. Van a seguir apareciendo gente como Paco Urondo, como Raymundo Gleyzer, como Rodolfo Walsh o Héctor Oesterheld porque son una fuente inagotable de todo lo que se está viviendo desde los últimos diez años”, sostuvo Baschetti sobre el presente de la política y el arte.
En ese sentido, Artola expresó que “la figura de Paco Urondo representa la posibilidad concreta de recuperar la política y la cultura como dos momentos imprescindibles e inescindibles. Si algo puso en la mesa esta etapa abierta en mayo de 2003, es la posibilidad de pensar la política y que la batalla que se da en ese sentido va de la mano de la batalla cultural. Eso es lo que tiene que ver con el sentido de las palabras, de las discusiones. Poner sobre la mesa debates culturales pendientes, la figura de Urondo encarnó en los años 70 el vínculo entre la poesía, la palabra, la cultura, el compromiso político y la militancia. Volver a levantar su nombre, resignificar su trabajo tiene que ver con valorizar ese legado para una sociedad con igualdad y soberanía”.

Uno de los hombres más completos del siglo XX

“Francisco «Paco» Urondo (1930 – 1976) reúne varias condiciones para ser considerado como uno de los hombres de la cultura argentina más completos del siglo XX. Su paso por el cuento y la poesía lo muestran en todo su esplendor. Hará uso de una retórica asentada en un excepcional dominio de la expresión, no exenta de lirismo, que provocará –y mucho se agradece– un manejo hábil y pulido del idioma; pero no por eso menos coloquial y realista”, subraya sobre el intelectual santafesino Roberto Baschetti.
Nacido en Santa Fe, Urondo era hijo de un ingeniero y profesor de la Universidad Nacional del Litoral. Con el ascenso de Juan Domingo Perón al poder, Paco se muda a Buenos Aires donde termina la secundaria, pero a los tres años vuelve a su provincia natal. En la capital santafesina se relaciona con Mario Trejo y Juan José Saer, entre otros. También desarrolla una intensa actividad sobre teatro de títeres junto a Fernando Birri, donde Paco arma todo lo necesario. Más tarde, Urondo trabaja en Vialidad Nacional y para la editorial Losada. Vuelve a Santa Fe hacia fines de los 50 y permanece hasta el gobierno de Sylvestre Begnis, donde se desempeña en la cartera de Cultura. Ya en los 60, se va a Buenos Aires y comienza a militar en el peronismo. Participa de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y de Montoneros. Precisamente, actuando en este movimiento político es que es enviado a Mendoza donde es capturado por las fuerzas de seguridad y ultimado de un tiro en la cabeza en 1976, cuando estaba con su última pareja y una hija suya.

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