El Hincha

Unión lo ganaba pero Central lo empató

El Tatengue abrió el marcador por intermedio de Fausto Moreno a los 4 minutos del primer tiempo. Pero en el cuarto minuto adicionado, el Canalla  igualó con el tanto de Luciano Figueroa. 

Central volvió a defraudar. Luego de la victoria ante Tiro Federal era un buen momento para afirmarse en el lote de arriba. Pero casi vuelca en Santa Fe. Jugó un primer tiempo horrible y se trajo un punto gracias a que Lucho recuperó la memoria en la última acción del partido.

Unión pegó de entrada y fue por más. Jorge Velázquez dejó en ridículo al Pulpo González, con caño incluido, desbordó por izquierda y envió un centro que fue anticipado por Fausto Montero para hacer estallar el 15 de abril. El local ejerció una presión incesante y arrinconó al canalla. Por donde se lo proponía lastimaba. Con Paulo Rosales como manija y Pablo Pérez apuntalando desde el medio. Precisión y velocidad era el argumento del Tatengue, pero no lo definió. Y ese fue su pecado.

La cara del Chulo Rivoira lo decía todo. Su equipo jugaba muy mal y defendía mucho peor. Braghieri hizo todo lo posible para que Unión convierta el segundo, secundado por Valentini y el resto. Impreciso e ingenuo por momentos. Sin ideas como equipo, casi un calco de aquel que comandaba Mostaza Merlo en las primeras fechas.

Durante la primera etapa existía una diferencia abismal entre uno y otro. Unión merecía ampliar la ventaja, de hecho anotó dos tantos más pero fueron anulados. Le hizo precio al Canalla.

¿Y Central?. Nunca se pudo acomodar.  Mucho menos complicar a Limia. El Kily prefería más pelear que jugar. Jonatan Gómez se empecinaba en cobrarse faltas en lugar de llevar peligro. Figueroa y Medina quedaban muy aislados y así era muy difícil.

En la segunda parte el técnico auriazul pegó un volantazo para intentar cambiar la imagen. Shaffer y Rivero adentro, Chitzoff y Peppino afuera. Y por consecuencia dejó de lado la línea de tres para defender con cuatro.La idea de Rivoira fue frenar el ritmo impuesto por el local y darle algo de movilidad al canalla. En cierto modo lo logró. Unión ya no fue el mismo equipo vertiginoso de la primera parte. Pero en lo otro falló. Central siguió siendo impreciso. Sin astucia a la hora de generar peligro.  Ni siquiera el cambio ofensivo de Carioca Velázquez por el Pulpo González hizo mella en el precario andamiaje canalla.

A medida que pasaban los minutos el Tatengue se aferraba a la victoria cada vez más. Central era un equipito y no había forma que genere una ocasión real de peligro. Hasta que llegó un churrazo de Gómez, que pretendió patear al arco y le salió centro. Un rebote inadecuado, y Figueroa atento como en otros tiempos para el delirio de los suyos. Es poco, pero peor es perder.

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