Policiales

Violencia de género

Una trabajadora sexual trans denunció que fue agredida con un arma por supuesto cliente

La agresión que sufrió Rubí del Mar puso de manifiesto el estado de indefensión a las que están expuestas y la falta de políticas del Estado para contenerlas, sobre todo en un contexto de pandemia donde trabajar con el cuerpo implica mayores riesgos.


Rubí del Mar Pérez tiene 31 años, y desde el año pasado se convirtió en la primera mujer trans  que preside el centro de estudiantes del Instituto Superior de Educación Técnica N° 18, donde estudia locución. Rubí se gana la vida ejerciendo como trabajadora sexual y el jueves pasado fue víctima de una episodio violento por parte de un cliente armado, lo que otra vez puso de manifiesto el estado de indefensión a las que están expuestas y la falta de políticas del Estado para contenerlas, sobre todo en un contexto de pandemia donde trabajar con el cuerpo implica mayores riesgos.

Rubí contó que ejerce el trabajo sexual en forma intermitente por el covid. Y que el jueves pasado un hombre que dijo llamarse Marcelo la contactó para un servicio. Cuando llegó a su casa en el macrocentro de la ciudad, le pagó. Y ya en su habitación sacó un arma y unos precintos con los que la ató. Rubí le explicó que no hacía ese tipo de trabajos, entró en pánico hasta que se empezó a escuchar ruido en el edificio donde vive, por lo que el hombre fue al comedor y en esas circunstancias se liberó y comenzó a pedir ayuda.

Como vio que el agresor guardo el arma, lo empujó y logró sacarlo al palier.

Rubí asegura que nunca vivió algo así y que la situación le dio mucho temor. Incluso después consultó con otras trabajadoras sexuales para ver si este hombre circulaba o lo conocían, pero ninguna vivió algo similar.

Rubí sostiene que más allá del episodio, hay una falencia del Estado para reglamentar el trabajo sexual. “Necesitas aportes jubilatorios y obra social y que podamos trabajar también en otros lugares, es difícil”, sostuvo.

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