Ciudad

Una salida, un trago amargo

Por Luciana Sosa.- Una joven rosarina denunció que a dos amigas de origen colombiano no les permitieron el ingreso a un bar de Moreno al 800 por el color de la piel. Aseguró que cuando intentaron entrar uno de los patovicas les avisó que “es un lugar de elite”.


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Aquello que esperaba ser una noche de diversión se convirtió en un mal momento. Dos jóvenes de origen colombiano denunciaron a personal de seguridad del bar Kubrick por no dejarlas entrar. El local inauguraba su nueva temporada y la convocatoria fue superadora. Según las jóvenes, el patovica les dijo que ése era “un lugar de elite”. En tanto, uno de los titulares del local aseguró sentirse sorprendido por esta situación ya que un acto discriminatorio “no responde al espíritu del bar”.

El bar en cuestión está ubicado en Moreno al 800. El sábado, Pamela, rosarina ella, fue al local con dos amigas de colombianas. “Soy habitué del bar y aunque hacía mucho tiempo que no iba, el empleado de seguridad que estaba en la puerta me reconoció y me saludó. Nos quedamos en la cola de las mujeres, había otra de varones y otra considerada de elite, del estándar social que ellos consideran adecuado. Nuestra cola no avanzaba. Cuando el patovica vio a las chicas que me acompañaban, que son morenas, me dijo: ‘No, vos tenés que saber cómo es este bar, no las van a dejar pasar, acá viene gente elitista’. Mientras tanto cuatro chicas y un varón que estaban detrás de mí entraron sin problemas”.

Desde el Sindicato de Control de Admisión y Permanencia (Sicap), que nuclea a los denominados “patovicas”, Sergio Alarcón indicó que “los trabajadores de seguridad no hacen más que recibir órdenes de los dueños de bares o boliches, y deben acatarlas para mantener su trabajo. De todas maneras, conozco a los dueños de este bar y sé que no serían capaces de hacer algo por el estilo”.

Alarcón aprovechó la oportunidad para reclamar “la presencia de los dueños de estos locales, bailables o no, para que sepan en qué consiste la formación que estamos teniendo con los cursos que brinda Defensa Civil”.

Si bien las jóvenes decidieron irse a otro bar, al día siguiente Pamela dejó registrada la denuncia en la GUM (0800-4440909). Ayer fue recibida por el titular del organismo municipal, Gustavo Franco, para formalizar una denuncia.

“Al llamar (a la GUM) me tomaron los datos, me dijeron que ese bar estaba en observación por diferentes situaciones y quejas y que llamara al distrito correspondiente”, contó Pamela.

En tanto, Franco, manifestó que aunque el llamado no se realizó en el momento en que ocurría el acto discriminatorio, “el municipio se puso a disposición de las chicas para atender lo ocurrido”.

El funcionario instó a quienes sufran discriminación a denunciar el hecho. “En lo que va del año sólo hemos recibido tres denuncias por casos de orientación sexual, porque es un colectivo que lucha mucho por su visibilidad. Entendemos que es muy difícil denunciar casos de discriminación por color de piel, apariencia física o condición social”, concluyó.

“Somos un bar cosmopolita”

Ante la difusión del caso, Alejo Vivas Amadío, uno de los titulares de Kubrick, explicó a El Ciudadano que si bien conoció la denuncia a través de un sitio web, “nunca hubiéramos imaginado pasar por esto; la verdad es que no estábamos en la puerta, por ende, no podemos negar ni afirmar lo denunciado por las chicas, pero me extraña que haya pasado una cosa así porque nosotros mismos siempre hablamos de las denuncias que se presentan en otros lugares y no compartimos esa modalidad. Somos un bar cosmopolita y queremos que venga todo el mundo”.

Amadío aclaró que el fin de semana se realizó la reapertura del local “y fue muchísima gente; es cierto que muchas veces no se deja entrar a los clientes porque estamos en el tope de la capacidad. En esos casos se les pide que esperen hasta que salgan algunos”.

En la misma sintonía, el titular mencionó que se molesta por “este tipo de situaciones. Yo nunca avalaría algo así. Es más, si hablamos de otra nacionalidad, tenemos gente de nuestro bar que visita los hostels de la ciudad para invitar a turistas: sigo pensando que es una locura haber discriminado a estas chicas”.

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