El Hincha

Será eterno

Una lágrima por Diego: todos se rindieron nuevamente a sus pies para homenajearlo

El 2020 paralizó al mundo deportivo, pero la muerte de Diego Maradona conmocionó al planeta entero y provocó homenajes de todo tipo que erizaron la piel. Desde los clubes donde jugó, pasando por otros deportes hasta el propio Messi, quien le rindió un tributo con la casaca 10 que usó en Newell's.


El 2020 inmovilizó el mundo. La pandemia por el Covid-19 trajo miedo, angustia, encierro, muertes. Los abrazos quedaron guardados, los festejos parecieron olvidarse, y más allá de que sobre el pitazo final, el año intentó maquillar un poco su mal partido, con una vacuna que trae algo de esperanza, será difícil tener recuerdos positivos cuando en el futuro se repase este despiadado 2020.

En lo deportivo, la situación fue desesperante. La pandemia pisó la pelota y por varios meses todo se paralizó. Se suspendieron los Juegos Olímpicos; Wimbledon no se jugó, algo que no pasaba desde la Segunda Guerra Mundial; muchos certámenes postergaron sus fechas ilusionados con una mejoría sanitaria; las ligas de fútbol se terminaron como pudieron, con una nueva normalidad que incluyó más cambios, barbijos y distancia en los bancos y muchos casos de Covid-19, y estadios vacíos, donde el público fue reemplazado por figuras de cartón, imágenes virtuales o simplemente banderas. La NBA tuvo una “burbuja” única en Disney que permitió terminar como se pudo; y en Argentina, el fútbol improvisó -no es novedad- y por primera vez se disputa un torneo oficial en Navidad y fin de año, coincidiendo además con el desenlace de la Libertadores.

Pero este fatídico y olvidable 2020, que a los rosarinos le había pegado una cachetada en mayo, cuando un hecho de inseguridad provocó la muerte del Trinche Carlovich, tenía reservado el peor final. El miércoles 25 de noviembre, una noticia impactó al mundo. Lo paralizó. Dejó a todos inmovilizados, incrédulos de lo que escuchaban o veían. Ese día, ese mediodía, la confirmación del fallecimiento de Diego Maradona provocó la mayor tristeza que el pueblo argentino podía tener y una conmoción a nivel mundial que será muy difícil de empardar.

Diego, el crack que brilló como nadie en las canchas del mundo; ese rebelde que levantó por última vez la Copa del Mundo para que los argentinos sientan que ser los mejor era una realidad y no un verso; el que vengó a los pibes de Malvinas al ganarle a los ingleses en México, con los dos goles más icónicos de la historia; ese que defendió como pocos a los más humildes, a los desprotegidos, a los que como él conocieron el barro y la pobreza desde chicos. Diego, es que todos creían inmortal, de pronto se fue. Y el vacío que dejó va a ser difícil de llenar.

“No me importa que hizo con su vida, me importa lo que hizo con la mía”. La frase, que muchos atribuyen al Negro Fontanarrosa, es una descripción perfecta de lo que significó Maradona para los argentinos. Por eso no sorprendió que a pesar de la pandemia, miles de hinchas de todo el país hicieran una vigilia interminable para darle un último adiós.

Los homenajes fueron únicos, como lo fue Diego. Cada estadio donde rodó la pelota los días posteriores tuvo su despedida. Napolés lo lloró como pocos, y lo honró poniéndole su nombre al mítico San Paolo. En Rosario hubo vigilia en el Coloso, donde se pintó un 10 en la tribuna que lleva su nombre y se encendieron velas en su recuerdo. Y la imagen de hinchas de Central en el estadio de Newell’s, dejando ofrendas en la imagen de Maradona, es una síntesis perfecta para describir lo que significó Diego para el pueblo futbolero argentino.

Nadie quiso quedarse sin despedir a Maradona. Y los homenajes sobrepasaron cualquier imaginación. ¿O acaso ver a Renato Gaucho, un DT brasileño, dirigir un partido de Libertadores con la camiseta 10 de Argentina no es todo un símbolo? También el Santos de Pelé le puso Maradona a la casaca “10”; los All Blacks le dedicaron su tradicional “Haka” (y provocaron una crisis en los olvidadizos Pumas); y los minutos de silencio conmovedores se replicaron en estadios de fútbol, básquet, rugby, cricket, o cualquier competencia que se disputó en el mundo los días posteriores a la muerte del astro argentino. Incluso en estos días, cuando la partida quedó más lejana, el árbitro chileno Tobar recordó al Diez al dirigir el clásico trasandino con una camiseta con los colores de Newell’s y el 10 en la espalda.

Pero el homenaje que más impactó fue el de Lionel Messi. Tal vez por la sorpresa, porque el rosarino no es de los futbolistas más efusivos o carismáticos. Pero cuando Lio anotó su gol con Osasuna y se sacó la camiseta del Barcelona para mostrar la “10” que Maradona usó en el Parque en 1993, fue imposible contener las lágrimas de los futboleros. La imagen fue tapa de todos los diarios del mundo. El homenaje del mejor jugador del mundo, para el mejor de todos los tiempos.

Nadia olvidará este 2020. La esperanza de un nuevo año provoca pensar que nada podrá ser peor. Y mientras el deporte intentará volver a la normalidad; mientras los hinchas preparan las camisetas y banderas para volver a las canchas; mientras los abrazos y los gritos de festejo o de bronca empiezan a desempolvarse, el último día del año seguramente tendrá guardada millones de lágrimas en todo el mundo para recordar a Diego. Ese que un día de noviembre dejó de ser terrenal para definitivamente ser D10S.

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