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Una gestión de cuarenta días

Un escrito de Luis Lamas y Hunt se conserva en el Museo Histórico Provincial.

En la segunda parte, de acuerdo con lo programado, se reseñó el contexto político nacional, provincial y local en el que debió actuar como Jefe Político de Rosario nuestro personaje, Luis Lamas y Hunt. El conocimiento de las tan especiales características del proceso histórico enmarcado en poco más de tres meses en la provincia y la ciudad nos permitirán evaluar con más certeza su breve gestión. ¿Qué gestión de gobierno puede realizarse en escasos cuarenta días? La respuesta es obvia: no mucha, pero lo suficiente para marcar una personalidad y un principio republicano. Veamos los hechos locales.

En Rosario el primero en sufrir los efectos de la asonada a Nicasio Oroño será don Martín Ruiz Moreno, Jefe Político en ejercicio a fines de 1867, cuando estalló la revuelta que lo obligó a abandonar la ciudad y radicarse en San Nicolás. Oportuna retirada ya que los revolucionarios simbolizaron su fusilamiento a un retrato suyo. En la ciudad comenzó la danza de jefes políticos, con nombres que sólo lo hicieron por pocos días para mantener el orden y en las crónicas hay confusión si eran jefes políticos o jefes de policía. Un principio de normalidad pareció ser aquel primer día de febrero de 1868 al ser nombrado Jefe Político el señor Camilo Aldao.

Pero como sabemos, por lo visto en la segunda parte, la Legislatura lo nombrará gobernador interino, cargo que asume el 15 de ese mismo mes, pero entrará en funciones el 23 porque el mandato constitucional de Oroño cesaba el 22. Pero el gobierno de Aldao pronto será desconocido por la intervención nacional. He aquí, en este clima de acomodamientos a situaciones favorables en la política provincial y local, que desde el 17 aparecerán documentos firmados por Luis Lamas y Hunt, como Jefe Político y otros tantos enviados a su nombre y cargo.

Lamas y Hunt reemplazó o sucedió a Aldao en la jefatura de Rosario hasta el 25 de marzo, en que las circunstancias lo obligan a renunciar. Después de Aldao y Lamas la gobernación interina será ejercida hasta la elección constitucional del gobernador por Federico Ibarguren y la jefatura política de Rosario quedará a cargo de don Aarón Castellanos; éste, nombrado por el general Emilio Conesa, en carácter de delegado militar de la intervención nacional del doctor Eduardo Costa.

Esta vertiginosa sucesión de mandatarios rosarinos se puede observar chequeando los documentos existentes en el Museo Histórico Provincial. Los de la carpeta del Cuerpo Consular del archivo de la Jefatura Política muestran la inestabilidad política reinante en la ciudad al encontrarse, entre febrero y marzo de 1868, una triple emisión de notas de felicitaciones y deseos de buena gestión por parte de los cónsules a Camilo Aldao, Luis Lamas y Hunt y Aarón Castellanos.

Por otra parte, estos documentos permiten tomar conocimiento de la presencia de un número interesante de representantes de países europeos en Rosario. Los había de Holanda, España, Reino Unido, Portugal, Italia, Bélgica, Francia, Suecia y Noruega y el de los Estados Unidos, fenómeno indicativo del cosmopolitismo reinante en la ciudad. Estos cónsules no eran pasivos en los momentos de convulsión interior.

Después de Pavón, cuando la ciudad corría el riesgo de ser saqueada, de barcos de sus banderas bajaron tropas para custodiar los depósitos fiscales de mercaderías en la aduana llegadas en las bodegas de aquellas naves. En el comienzo del conflicto a fines de diciembre por el ataque de los revolucionarios que depusieron a Ruiz Moreno, el historiador Juan Álvarez señala que el cónsul inglés Hutchinson gestionó los servicios de una cañonera de su país para el mismo fin, pero no fue necesaria la intervención.

Conocido el período de vigencia de la jefatura de Lamas y Hunt se evidencia su pertenencia al grupo liberal y apoyo a Oroño afrontando una situación de riesgo, según surge de la documentación emanada en esos días. En efecto, el intercambio de notas con juzgados por hechos relacionados con el conflicto y la tenencia de armas en manos de civiles vinculados al movimiento revolucionario no representa una situación cómoda para un Jefe Político. Sin embargo, en estas condiciones, hay una actuación para destacar que presenta a nuestro personaje como un hombre de bien y respetuoso de los principios republicanos aun en situaciones límites.

En la carpeta de tribunales del archivo de la Jefatura Política se encuentra una nota con membrete manuscrito de Jefatura Política del Departamento Rosario fechada 4 de marzo de 1868 dirigida al señor Juez de 1ª Instancia en lo Civil doctor José E. de la Torre. En la misma, el Jefe Político solicita le sea remitido el allanamiento de domicilios para los cuatro Juzgados de Paz de esta ciudad, con el objeto de recoger armas en conocimiento que existen en casas particulares. Firmado: Luis Lamas y Hunt (con interesante rúbrica).

Considerando la época y el momento que se vivía, ser respetuoso del domicilio de las personas, solicitando orden de allanamiento ante la sospecha de la tenencia de armas, es evidente que este hombre hacía honor al apellido Lamas, que su padre había instalado en la ciudad. Después de su renuncia elevada el 25 de marzo al general Conesa y solicitando a éste se haga cargo de la jefatura, por el desorden reinante, será detenido pero liberado de inmediato bajo palabra de abandonar la ciudad.

De su participación política posterior sólo se registra su nombre en un manifiesto aparecido en La Capital del 12 de diciembre de 1872. Pero en la nota correspondiente a la segunda parte hemos visto que sobre la actividad económica existe abundante documentación. Falleció en Rosario el 3 de junio de 1877 muy joven, a los 40 años, según el registro de ingreso en el cementerio El Salvador. La nota necrológica de El Independiente señalaba “Después de una larga enfermedad…”.

Sus restos, según aseveración de un descendiente, se encuentran en el panteón del coronel Marcelino Freyre, información que no se encuentra registrada por deficiencias de los antiguos registros de El Salvador. La esposa, doña Manuela Freyre, enviudó con cinco hijos, de los cuales el mayor será Luis Lamas Freyre, intendente de Rosario, tema de las próximas entregas y con quien concluirá la trilogía de los Luis Lamas como gobernantes de la ciudad.

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