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Audiencia

Una delatora voz en el teléfono: prueba contra banda de Tablada

Martín Diente de Lata, aún prófugo, relató asaltos al parecer cometidos con tres cómplices, ahora imputados.


La locuacidad de un sindicado asaltante que aún se mantiene prófugo permitió al Ministerio Público de la Acusación desarmar lo que, según la pesquisa, fue el accionar de un grupo de ladrones que atacó varios comercios de la ciudad. Ayer por la mañana se realizó la audiencia imputativa contra cuatro de los seis detenidos un día antes en un megaoperativo en barrio Tablada. Si bien el juez Javier Beltramone dispuso que los acusados –uno de ellos sólo por tenencia de arma de fuego– continúen presos, como medida preventiva, lo central de la audiencia estuvo enfocado en la lectura de las pruebas presentadas por la Fiscalía, basadas en escuchas telefónicas sobre el joven que se mantiene como fugitivo. Este muchacho dejó asentados todos sus movimientos durante los últimos dos meses y delató, sin saber, a sus secuaces, tras haber cambiado, según voceros policiales, de rubro delictivo: de las mejicaneadas a otros integrantes del mundo del hampa a asaltos más convencionales.

Es una causa penal y requiere ser abordada con sobriedad, pero si se tratara de una novela centroamericana la investigación de la fiscal Gisela Paolicelli bien podría llamarse “El Diario de Martín Diente de Lata”. Según explicó la letrada ante el juez Javier Beltramone, su pesquisa comenzó tras una serie de robos con características similares.

Enumeró dos entraderas a principios de año, y algunas otras en 2014 en localidades vecinas, en las que los ladrones llegaron vestidos como policías, en un Fiat Duna blanco y tomaron por sorpresa a las víctimas, las que describieron que uno de los falsos uniformados tenía uno de sus dientes delanteros enchapado.

Con estos datos, y otras medidas no relatadas, efectivos de la Policía de Investigaciones hicieron averiguaciones y le acercaron a la fiscal tres nombres: Juan D., Germán R. y Martín G., alias Diente de Lata.

Resulta que Germán es hijo de un policía y tiene a su nombre un Fiat Duna blanco. Su amigo Martín, un arreglo odontológico en uno de los incisivos. Por ello los investigadores decidieron “enchufarles” el teléfono a ambos, para poder determinar sus pasos. Pero en medio de los procedimientos Germán R. fue detenido por un caso de violencia familiar, por el que quedó alojado en un penal local.

Sin embargo el teléfono de Martín Diente de Lata siguió pinchado. Así fue cómo comenzó a quedar registrada su supuesta vida delictiva. La primera comunicación que volvió a despertar el interés de la Justicia fue una en la que Martín le contaba a Germán que, tras su arresto, había empezado a “trabajar” con sus vecinos de barrio Tablada; ya no atentando contra domicilios particulares, sino apuntando sus acciones contra negocios de la ciudad.

Los investigadores decidieron seguir escuchando la línea de Martín Diente de Lata, para ver de qué se enteraban.

El amigo Elías

En una distendida charla entre el protagonista de esta nota y su amigo Nico, Diente de Lata le contó que el día anterior había salido con un tal Elías y se habían llevado de una rotisería de Colón e Ituzaingó 2.500 pesos; a su vez, le contaba sus intenciones de asaltar el McDonald’s de Jorge Cura y bulevar Oroño.

Según Paolicelli, el 31 de mayo se registró la denuncia por el robo a un comercio de comidas que está ubicado en la esquina nombrada por Martín, en un hecho en el que dos hombres se llevaron exactamente 2.500 pesos.

El 5 de junio por la noche, dos muchachos asaltaron la tienda oficial de Newell’s Old Boys de San Martín al 2900. Se llevaron gran cantidad de ropa y dinero en efectivo.

Casualmente, Martín también decidió contar sus acciones a Guillermo “Tito” V. (otro de los detenidos el viernes e imputado ayer) y le dijo que había “laburado el local de Ñubel”. A su vez, un tal Elías charló por celular con Martín sobre la repartija del botín y se consultaron sobre talles de indumentaria porque Elías estaba intersesado. “Una para
mi nene”, dijo que quería.

Pero parece que Martín y Tito hablaban bastante seguido, porque el mes pasado, en otra charla telefónica, Diente de Lata le relató cómo, también junto a Elías, habían robado la sucursal de Radio Sur. Según los investigadores, en las escuchas se distingue cómo, mientras conversaban, Martín golpeaba un objeto de lata. El 11 de junio, a eso de las 20, dos hombres entraron a Radio Sur, de Uruguay al 1000, y se llevaron una caja portacaudales de metal, donde había 6.500 pesos.

En otra de las conversaciones escuchadas por los investigadores, Martín Diente de Lata pidió un remís para él y su amigo Elías, solicitando que fueran pasados a buscar por la misma casa donde el viernes por la mañana se hizo uno de los allanamientos, en Doctor Riva al 100 bis. Allí arrestaron a Elías C., secuestraron 17 teléfonos celulares y un revólver 22 tipo lechucero. También fue detenido Manuel C., padre de Elías, acusado de tener un arma sin papeles.

En la audiencia de ayer por la mañana, el magistrado Beltramone determinó que padre e hijo sigan detenidos, Elías por tiempo indeterminado y Manuel por 60 días. Al más joven de ellos se lo acusa de tres robos calificados agravados por el uso de arma de fuego; tenía condena previa y un pedido de captura de un juzgado de Sentencia.

El amigo Tito

Parece que Diente de Lata le daba duro al celular y usaba de biógrafos a sus allegados.

De acuerdo con otra de las conversaciones interceptadas por la pesquisa, Martín le contó a un interlocutor, de quien no se precisó el nombre, que estaba muy preocupado porque el día anterior, junto con Guillermo “Tito” V. –también detenido el viernes e imputado ayer– habían asaltado un comercio de la zona oeste y, mientras escapaban en el auto de su compinche, alguien les tomó la patente (dato que habían obtenido por un allegado que estaba escuchando vía handy la frecuencia policial); es una charla en la que le contaba las características del rodado.

El 23 de junio, a las 19.30, dos hombres entraron al local Pupita de Mendoza al 4500 y se robaron 1.500 pesos, ropa, una cartera y una notebook, para luego escapar en un Peugeot 206 negro. Según la investigación, Tito es el titular del auto que fue descrito en el robo del 23 del mes pasado. Además, en su casa los pesquisas encontraron una pistola 9 milímetros marca Bersa que había sido denunciada como robada por un policía.

En la audiencia de ayer el juez dispuso que quedara preso por tiempo intedeterminado, mientras la Fiscalía continúa con las averiguaciones. Se le imputa un robo calificado agravado por el uso de arma de fuego. Tiene una condena previa de 2013 y Beltramone entendió que había peligro de fuga, ya que intentó escaparse antes de ser arrestado el viernes.

El amigo Iván

El último en ser implicado por “El Diario de Martín Diente de Lata” es Iván P. En otra de las charlas telefónicas, el muchacho le explicó a un allegado cómo habían zafado de ser arrestados, tras robar en un minimarket de Pellegrini al 1900, junto con un tal Iván. Diente de Lata le contó a su interlocutor que, tras el asalto, volvían a su casa cuando en la esquina de Colón e Ituzaingó los detuvo un grupo de policías de la comisaría 4ª. Ellos descartaron las armas que traían consigo, pero los uniformados los vieron y pudieron encontrar una, un revólver 22 largo. Ambos fueron obligados a entrar a un patrullero.

Mientras esperaban saber cuál era su futuro, apareció en escena la persona que atendía el comercio que habían robado. “Nos sacamos parte de la ropa adentro del auto y la mina no nos reconoció”, señaló Martín.

Iván P. fue detenido el viernes y ayer por la mañana se le imputó el robo calificado agravado por el uso de arma de fuego ocurrido el 27 de junio. También le dieron preventiva por tiempo indeterminado.

Hasta anoche, Martín Diente de Lata, el señor de los teléfonos, no había sido detenido.

Según investigadores, apagó el celular.

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