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Cabecillas prófugos

Una banda con pata internacional

Cómo operaba la organización de piratas del asfalto desbaratada hace 10 días.


Una banda de piratas del asfalto y reducidores de mercadería con logística en Corrientes y Santa Fe, pero también en Brasil, operaba con éxito desde algunos años pero una serie de atracos a mediados de 2015 en el departamento Las Colonias derivó en el desbaratamiento de parte de su andamiaje. Los principales cabecillas, un brasileño y un rosarino, siguen esfumados. Este último se convirtió en un hombre con enorme cintura para evitar los procedimientos policiales y aprovechar los beneficios de la ley penal. Con una condena en su haber que data del 2009, en Salta; un pedido de extradición de Uruguay por un robo y posterior fuga (en 2013) y un beneficio de arresto domiciliario – que fue quebrantado– logró zafar de un nuevo allanamiento a su casa a fines del mes pasado, cuando ocho de los buscados fueron apresados. Por ahora su paradero resulta un misterio para la pesquisa, que no logra ubicarlo.

Los robos sobre la cinta asfáltica tenían siempre la misma dinámica. El camión ingresaba al país por la localidad correntina de Paso de los Libres desde Uruguayana; allí se levantaba el dato y en Santa Fe –por lo general en la zona de San Jerónimo Sauce u otras localidades cercanas, en la autovía 19– se ejecutaba el golpe: ello implicaba reducir a su conductor –a veces también la custodia– para luego abandonarlo/s a su suerte en algún camino alternativo con poco tránsito.

El primer atraco que llamó la atención de la pesquisa tuvo como objetivo un camión chileno que transportaba 9 mil kilos de almendras. El vehículo salió de Paso de los Libres con destino a Córdoba y San Luis, aunque su paso por Santa Fe terminó en robo. A la altura de Sa Pereyra, tres hombres en una camioneta Ford Ranger champagne le dispararon al parabrisas del camión, a la altura del acompañante, para que detuviera la marcha. Siempre según la versión oficial, bajaron al chofer del rodado, lo trasladaron a la chata y tomaron un camino rural. Por su parte, el auto que custodiaba el camión y cuyos tripulantes dijeron haberse detenido un momento a cargar agua en un termo, no notó la maniobra, porque aún no había alcanzado su objetivo nuevamente. Pero antes de alcanzarlo, y siempre según lo que dijeron a la Policía, fueron sorprendidos por otro auto, también con tres ocupantes, que lograron reducirlos y trasladarlos a la camioneta junto al chofer para luego abandonarlos en Empalme Villa Constitución. Las pesquisas registraron otros dos hechos ese mes con la misma metodología y un cuarto en septiembre, todos en el departamento Las Colonias.

Estos casos derivaron en una investigación en la que interactuaron tres fiscales –Julieta Tulián de Cañada de Gómez, Valeria Pedrana de Villa Constitución y Clelia Trossero de Esperanza; esta última motorizó la mayor parte de la investigación– junto con distintas fuerzas policiales que confluyeron en una serie de allanamientos para desarticular la banda dedicada a la piratería, delitos que encuadraron en el robo calificado, privación de la libertad y asociación ilícita. A su vez, en Corrientes fueron detenidas tres personas, mientras que en Santa Fe los procedimientos dejaron a cinco acusados tras las rejas.

Las medidas judiciales se realizaron el 25 de noviembre y tuvieron como destino una vivienda de pasaje Cardarelli al 1600 de Rosario, donde fue demorada la pareja del sindicado cabecilla rosarino, identificado como Germán Gustavo Ringel. En la ciudad además se allanó un departamento de San Nicolás al 1200 –donde se secuestró, entre otros elementos, hojas con el membrete del Servicio Penitenciario de Salta– y una propiedad de calle Pellegrini 3400.

También se pesquisaron domicilios en Roldán y Funes, localidades donde detuvieron a Rubén Rodríguez, quien se identificó como transportista, y a Juan Mogordoy. En Pavón Arriba y tras una persecución por ruta 18 marchó preso Ariel Tognolo de 35 años y Mauro De María. Estos tres hombres hacían las veces de reducidores, según la investigación.

A su vez hubo tres procedimientos en Paso de los Libres, Corrientes, donde fueron detenidos Richard Solís, Ramón Almirón y a Osvaldo López Pereda. Este último supo transitar las esferas de la política y en la década de los 90 fue candidato a importantes cargos en las filas del peronismo correntino. Falleció en el hospital Cullen de Santa Fe el pasado miércoles, antes de que lo imputara. Los otros dos tramitan un juicio abreviado, según publicó el vespertino El Litoral.

Mientras la Fiscalía avanza sobre la banda, Ringel sigue desaparecido. Cuando allanaron su domicilio en noviembre pasado, el hombre –propietario de un negocio de polarizados en la zona de Pellegrini y Cafferata– que se encontraba con un arresto domiciliario por una causa en Uruguay no fue hallado. Según fuentes vinculadas con el caso el sindicado pirata del asfalto es insulinodependiente, lo cual le había permitido acogerse al beneficio.

Ringel tiene en su haber una condena en la provincia de Salta a 10 años y 6 meses de prisión como partícipe necesario de dos hechos de robo calificado por uso de arma, en despoblado y en banda, pena que fue ratificada en 2010. Poco después, en 2013, en Uruguay pidió su extradición por un hecho de robo que aún se encuentra en trámite. Se trata del frustrado asalto a un camión que transportaba perfumes Carolina Herrera, carga valuada en 2,5 millones de dólares, tras el cual quedó detenido en una cárcel del departamento de Salto, de donde se fugó junto con otro argentino camuflado entre las visitas.

Un conocedor del mundo del hampa contó que mientras Ringel volvía con dirección a Rosario en auto sufrió un accidente en la provincia de Entre Ríos. Siempre según esta versión, como consecuencia falleció Gustavo Adrián López, conocido como Tero, un célebre pesado que estuvo preso por el asalto al súper Makro en 2004 y fue acusado la década pasada de otros grandes golpes.

El otro cabecilla prófugo es el brasileño Alessandro Pereyra Garske, quien fue condenado en Salta junto con Ringel y a quien voceros policiales le atribuyen haber colaborado en la fuga de su socio de Uruguay. Las mismas fuentes sostienen que este hombre estaba en su habitual domicilio rosarino la noche anterior a los allanamientos, aunque luego tampoco pudo ser ubicado.

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