Diciembre 2001

DICIEMBRE DE 2001: CRISIS Y TRAGEDIA

Un “Rosario” de conflictos. La conflictividad social en clave local

Ciudad industrial y comercial, también fue el hogar de una poderosa clase trabajadora que protagonizó relevantes acciones colectivas: la “Resistencia” a la Libertadora; el Rosariazo del 69 y el Rosariazo del hambre de 1989, fueron mojones de irrupción popular que precedieron los estallidos de 2001


Gloria Beatriz Rodríguez

La protesta social en Rosario se vincula con las crisis generales originadas en la última reestructuración capitalista, sin embargo guarda las particularidades propias de lo concreto: actualmente, el escenario urbano presenta diferentes sectores en conflicto jaqueados por un índice de desocupación del 20 %.

Ciudad industrial y comercial estrechamente vinculada a la actividad agrícola a través del puerto, Rosario fue el hogar de una poderosa clase trabajadora que protagonizó relevantes acciones colectivas: la “Resistencia” al golpe de la Revolución Libertadora en 1955; el “Rosariazo” en 1969 y el “Rosariazo del hambre” de 1989 representan mojones de la irrupción popular en la escena social.

El proceso de desindustrialización iniciado durante el gobierno militar de la década del 70 cambió su fisonomía, mostrando el rostro del desempleo, subempleo, precarización y marginalidad. Nuevamente jaqueada, esta ciudad se organiza a través de la Multisectorial, que reúne a las distintas centrales de trabajadores, junto con gremios independientes y otros sectores populares permitiendo la organización de acciones conjuntas y solidarias. Así, las huelgas generales tienen la característica de paro activo, con movilización y protagonismo de los trabajadores.

Tres experiencias que muestran la complejidad de la conflictividad social local*

Trabajadores en lucha por sus puestos de trabajo: El Proyecto Alternativo de Reactivación de los trabajadores del ex Hipermercado El Tigre S.A.

Este es un caso cuya conflictividad se acelera con el concurso preventivo y quiebra de la firma, precipitando la pérdida de los puestos de trabajo. Un importante local céntrico fue ocupado por los empleados impidiendo el vaciamiento y, luego de sostener la protesta con distintas acciones, generaron la propuesta de constituir un Mercado Comunitario (Sociedad del Estado) que cuenta con el respaldo de amplios sectores sindicales, políticos, religiosos, corrientes universitarias, el Concejo Deliberante y, fundamentalmente, la simpatía de la población.

El predio tomado había sido parte de la cadena de El Hogar Obrero, desaparecida en 1990, cuando los trabajadores ocuparon el local sosteniendo el conflicto hasta lograr la conservación de los puestos de trabajo. En la toma de 2001, la característica saliente es que el sitio se constituye como espacio de encuentro para los sectores en lucha  desarrollando un comportamiento que tiende a la más amplia unidad y compromiso para la consecución del objetivo más anhelado: la recuperación del trabajo. En el camino, se desarrolla un funcionamiento, participativo y democrático, donde se transmiten experiencias provenientes de tradiciones diferentes.

Estudiantes universitarios: entre el rechazo a los “aparatos” y el temor a la dispersión.

Aprobada la Ley Déficit Cero, ciñendo a jubilados y empleados estatales, los docentes universitarios –con un descuento inicial del 13 % en sus salarios–  inician a escala nacional un proceso de lucha contra del ajuste y por la defensa de la Universidad Pública. En ese contexto, bajo la determinación de generar espacios autónomos de deliberación para la defensa de la Universidad Pública y Gratuita se forma en la Facultad de Humanidades y Artes la Coordinadora de Lucha Interclaustro, dando inicio a un proceso de participación masiva que se extiende a otras facultades.

“Paremos el ajuste cambiando el sistema” es la consigna de una bandera gigante que cuelga en la entrada, pintada por estudiantes que protagonizan asambleas, clases públicas, peñas, marchas, batucadas e incontables actividades de las que sobresalieron el abrazo al Monumento Nacional a la Bandera y la creativa puesta en escena UNR Liquida.

La característica saliente de las Coordinadoras es el rechazo al burocratismo de los Centros de Estudiantes, pero también a cualquier representación que reduzca la dinámica colectiva del proceso. Las Coordinadoras son espacios antiburocráticos, pero también de organización y de poder incipientes.

Se han organizado para protestar, para proponer nuevas formas de producción académica, hacer banderas, afiches y volantes, editar un boletín, recaudar fondos, solidarizarse con y aportar a los trabajadores que luchan. Han mostrado su capacidad de convocatoria frente al oficialismo y, sin embargo, persiste un terrible temor a reconocerse como lo que en los hechos son: una alternativa política, inexperta, débil, en formación, pero altamente saludable.

El movimiento piquetero local

Bajo el término piqueteros se alude a conjuntos socio-históricos diferentes: no son lo mismo los trabajadores de la General Motors que en día de huelga impiden el ingreso a la fábrica, los que cortan la ruta demandando la reincorporación de despedidos, los piquetes barriales cortando rutas o calles en demanda de planes de trabajo o los que se realizan pidiendo alimentos, etc. Todos son, sin embargo, un modo de protesta que se ha generalizado al ritmo de la presión del desempleo.

El movimiento de piqueteros en Rosario está coordinado por Federación de Tierra y Vivienda (FTV), la rama Barrios de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC). Se organizan en reuniones abiertas donde participan representantes de distintos barrios –las más numerosas son donde se discute la obtención de planes de empleo– dirigiendo sus demandas al Estado.

La participación crece cuantitativamente, pero la demanda de los planes de trabajo no es el único eje convocante: aumenta el reclamo de bolsones de comidas, convocando al fantasma de los saqueos de 1989. Si la situación objetiva es propicia, surge la pregunta de por qué no se han producido revueltas masivas. Para ensayar una respuesta sería necesario incorporar al análisis la implementación de políticas estatales morigeradoras, como así también el encauce que ofrecen las organizaciones piqueteras.

La experiencia local resalta la ausencia de un sector con capacidad de encauzar unificadamente las luchas. Rosario es una constelación de conflictos que aparecen como manchones en la geografía local. Docentes provinciales, docentes universitarios, trabajadores de la industria láctea, de la carne, de la automotriz, portuarios, mercantiles, estudiantes, piqueteros, mujeres en defensa de la vivienda única, gays, jubilados, relampaguean alternativamente.

En ocasiones, la potencia de algunos de estos sectores ilumina suficientemente el panorama y convoca a la unidad, pero aún no llegan a desencadenar la tormenta.

*las experiencias mencionadas ocurrieron durante 2001

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