El Hincha

Relatos salvajes

Un policía hincha de Colón armó una batahola y lastimó a dos perros de la fuerza en la cancha

Maximiliano G. viajó desde Santa Fe para el partido de este viernes con Gimnasia. Pero según efectivos que formaban parte del operativo de seguridad intentó ingresar sin entrada y con creciente violencia hasta que lograron detenerlo


Un joven suboficial de la Policía de Acción Táctica hincha de Colón intentó ingresar al estadio de Newell’s para presenciar el partido definitorio con Gimnasia y Esgrima de La Plata, pero sin entrada: impedido de hacerlo por agentes de la misma fuerza que actuaban en el operativo de seguridad del cotejo, protagonizó un escándalo en el que descargó insultos sobre sus colegas, se trabó en un forcejeo con ellos, intentó arrebatar una escopeta, hirió a dos canes de la Sección Perros con una botella rota y casi provoca un desborde de otros hinchas cuando al fin fue reducido y disuadida la situación, según fuentes policiales. Maximiliano G., de 29 años, domiciliado en Santa Rosa de Calchines, quedó detenido hasta que se resuelva su situación, acusado de resistencia a la autoridad calificada y de infracción a la ley 14.346 de Maltrato Animal.

Uno de los efectivos del operativo, protagonista de la inusual situación, relató en un informe los hechos y las circunstancias. Describió que el episodio se inició aproximadamente a las 16.10 en el denominado sector 7, en avenida Pellegrini y Pueyrredón, cuando el identificado como Maximiliano G. intentó trasponer el “primer anillo de seguridad preventiva” sin entrada y con una botella de vidrio en mano.

En la acción para impedir el ingreso, según el relato del efectivo, el hincha “se torna agresivo y comienza con todo tipo de improperios a los actuantes”, por lo que otros agentes se suman y actúan para despojar al joven de la botella. Pero el hincha no se calmó, sino que se tornó “más agresivo”. Comenzó a forcejear con el agente que había cerrado su paso, al que intentó además arrebatarle la escopeta con postas antitumulto y, al no lograrlo recuperó la botella que portaba. En ese momento dos efectivos con sus perros “con bozal de impacto colocado” actuaron “para que no se convierta en una turba de mayor peligrosidad”, ya que el hincha había roto la botella, convirtiéndola en un arma cortante.

Con el trozo de botella que empuñaba, Maximiliano G. infligió heridas a los perros: “El can llamado Rocky presentó un corte en su miembro posterior izquierdo, mientras que el can llamado Chase tiene lesionada una de las uñas del miembro anterior derecho”, relata el informe. Y agrega que en un último desborde, el hincha continuó insultando a sus colegas, pero ya “incitando a la violencia al resto de la parcialidad para que agredan al personal”, generando una situación que “comienza a desbordarse por agresiones y hostigamiento, aumentando la tensión ya que la gente actúa violentamente alterando el normal ingreso” al estadio.

A un tris del desborde, un subcomisario “realiza 4 disparos disuasivos al aire con escopeta provista marca Taurus cargada con cartuchos antitumulto”, con lo que logra “dispersar la muchedumbre”. Y en ese momento el agresor se dio a conocer como agente policial: “Vociferaba todo tipo de amenazas como: «Soy policía de la PAT, los voy hacer echar a todos de la Policía»”.

Para entonces, el desbordado hincha había sido reducido y una agente le colocó las esposas. Ya detenido, Maximiliano G. fue trasladado en un móvil a la División Judiciales, y se comunicaron las actuaciones a la Fiscalía de Flagrancia en turno, que dispuso otras diligencias como relevamiento de cámaras de seguridad.

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