La Cámara de Senadores de Santa Fe dio media sanción a una ley que suspende por 365 días la radicación de ferias comerciales con múltiples puntos de venta, conocidas como “Saladitas”, en el territorio santafesino y antes de darles un marco legal para su funcionamiento.
El impulsor del proyecto fue el radical Hugo Rasetto, quien explicó que “el objetivo de fondo de la iniciativa no es necesariamente el de prohibir la instalación de este tipo de ferias, sino que su eventual radicación se realice dentro de un marco legal que brinde herramientas al Estado para realizar todos los controles que sean necesarios, y garantice el cumplimiento de los derechos de todos los actores involucrados, incluidos los trabajadores y los consumidores”.
La discusión en torno a este tema cobró notoriedad ante la posibilidad de que un grupo de empresarios privados instale un emprendimiento de estas características en la localidad de Luis Palacios, lo que generó el rechazo de diversos sectores políticos y sociales y de distintas cámaras comerciales de la región como la Asociación Empresaria de Rosario (AER).
Rasetto indicó también que “la complejidad de las distintas relaciones jurídicas que confluyen y se entrecruzan en el funcionamiento de las ‘Saladitas’, obliga a debatir y concretar medidas que aseguren una competencia leal y justa respecto de las distintas actividades comerciales tradicionales que se desarrollan en suelo santafesino”.
El texto contempla la creación de una comisión integrada por tres senadores y tres diputados para elaborar “en el plazo de 180 días” una “propuesta de reglamentación definitiva” de la ley en discusión, que deberá garantizar “la igualdad ante la ley, la trazabilidad de la mercadería y trazabilidad impositiva”.
En caso de obtener sanción definitiva en Diputados, la provincia de Santa Fe seguiría el camino de Buenos Aires y Córdoba, que ya sancionaron leyes específicas para regular la radicación y el funcionamiento de este tipo de ferias en sus territorios.
El caso que encendió la alarma
El caso más emblemático, por proximidad en tiempo y lugar, es el de la localidad de Luis Palacios. Hace un mes los medios rosarinos daban cuenta del proyecto de instalación de una feria tipo “Saladita” en ese pueblo donde “todos se conocen”.
El jefe comunal Sergio Gardella lanzaba la advertencia: “No hay nadie que esté de acuerdo. Un emprendimiento así generaría un flujo de 6 mil o 10 mil personas por día, y mi pueblo tiene 1.200 habitantes. El impacto en la salud, en los residuos hasta en la seguridad puede ser tremendo para los vecinos”, lamentó Gardella.
Hace cinco meses el jefe comunal recibió en mano una carpeta con detalles del plan para instalar, en un gran galpón ubicado a la salida del pueblo, en los márgenes de la ruta 34, una feria comercial del tipo La Salada.
Entonces Gardella inició una batalla, que parecía perdida, hasta que la situación cobró eco regional y provincial. Incluso, los directivos de la Asociación Empresaria de Rosario se alinearon en respaldo ante el impacto que tendría en el comercio local y regional un emprendimiento semejante. Hasta el ministro de la Producción de la provincia, Carlos Fascendini, se abocó al tema y recibió a Gardella en un encuentro para hablar exclusivamente sobre este asunto.
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