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Lecturas: un pasado de asesinatos políticos

“El asesinato del capitán Laurent”: el Estado terrorista primigenio

En su libro sobre el crimen de un capitán del Ejército enviado por Hipólito Yrigoyen al pueblo de Máximo Paz en 1928, el ex dirigente de la Federación Agraria Pedro Peretti arriesga la hipótesis de un inicio de lo que después se llamaría terrorismo de Estado.


En el verano de 1928 se realizaban las campañas políticas para elegir al nuevo presidente. Tras seis años fuera del sillón presidencial, Hipólito Yrigoyen buscaba su reelección y su antiguo amigo en el gobierno, Marcelo T. de Alvear, se había distanciado políticamente de “El Peludo” y había fragmentado a la Unión Cívica Radical en una nueva tendencia conocida como la rama antipersonalista. Entonces, el viejo líder radical se enfrentó a una fórmula compuesta por Leopoldo Melo y Vicente Gallo. La cuestión no se dirimió, sin embargo, en un limpio juego democrático sino que los enfrentamientos entre los grupos ensangrentaron el escenario político y la violencia fue haciendo su entrada triunfal en los diferendos políticos. Fue precisamente Máximo Paz, un pueblo del sur santafesino cercano a Rosario, uno de los principales lugares donde se desarrollaron algunos de los trágicos acontecimientos. Allí, el capitán del ejército Eduardo Laurent, un enviado de Yrigoyen para controlar los comicios que tendrían lugar en el pueblo, fue asesinado por esbirros que hacían uso de uniformes policiales bajo las órdenes del caudillo del pueblo, Manuel Rodeiro, y de la región, Juan “El Gaucho” Cepeda, quienes se oponían al “Peludo”. A casi 90 años de aquellos sucesos, Pedro Peretti, antiguo dirigente de la Federación Agraria Argentina (FAA), saca a la luz esos acontecimientos en su libro El asesinato del capitán Laurent. El km 0 del Estado terrorista en la Argentina, una investigación que bucea en la historia política de la región a partir de resabios de la memoria popular que busca emerger y de la oralidad circulante de un pueblo de la pampa gringa, de esos en los que se cree que nunca pasó nada. Antes de su presentación, ocurrida el lunes último en la librería Homo Sapiens y con la participación del escritor Mempo Giardinelli, el concejal de Ciudad Futura Juan Monteverde, el periodista Leo Ricciardino y el referente sindical Victorio Paulón, el autor dialogó con El Ciudadano pormenorizando los avatares de la investigación y aquello que se fue develando a medida que avanzaba en el luctuoso y violento suceso.

Un investigador fortuito

“Lo que hubo fue una serie de circunstancias”, aclara Pedro Peretti, productor agropecuario, ex dirigente y federado de FAA, y seguidamente explica que cuando se dio una ruptura con el entonces dirigente Eduardo Buzzi en 2009, él se retiró a su pueblo Máximo Paz y comenzó a dedicarse a otras actividades. “Un día, el comisario de Máximo Paz me llama y me dice que lo vaya a ver que tenía que mostrarme algo porque a mí me gustaba mucho la historia, y cuando llego me muestra que había recuperado el libro de novedades histórico de la comisaría de Máximo Paz, que es exactamente el mismo libro que se lleva hoy en día. No es una metáfora. En ese libro estaba asentado el asesinato del capitán Laurent. Me fijo la fecha y veo 1º de febrero de 1928. Le saco una foto y miro otros datos. A la semana me vine a la hemeroteca de la Biblioteca Argentina de Rosario y le pido a Estela Zunino, que es directora de esa institución, si tenía algo del año 1928. Y me contesta que tiene el diario Democracia. Yo no sabía ni que existía. Lo comienzo a hojear y en la edición del 6 de febrero me encuentro con la noticia a seis columnas. Y, desde ese momento no me desprendí más del tema, me fascinó todo lo que iba encontrando”, explicó Peretti. “Desde entonces, me llevó más de un año de investigación. Empecé a ir a la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, fui a San Nicolás, comencé a grabar los testimonios orales de mucha gente de Máximo Paz. Fue un laburo intenso y lo hice con esfuerzo, más allá de los límites en mi formación. Soy un autodidacta en el más estricto sentido de la palabra pero estoy muy satisfecho con el resultado”, señaló el paceño.

Un “ethos” republicano

Un poco por el destino o la casualidad, en el libro de Peretti existe una historia que buscaba emerger de alguna manera. Se trata de una memoria oral que estaba soterrada entre los habitantes de la comunidad de Máximo Paz. El autor descubrió la punta de un hilo y comenzó a revelar toda la trama de cómo era la política, la sociedad y la cultura en los años 20, que se inicia a partir de una serie de asesinatos políticos. Al mismo tiempo, ese mismo hilo conduce a toda una complejidad social que se mantuvo por casi 90 años en un pueblo del sur santafesino. El autor notó que mucha gente, aún en la actualidad, tiene temor de hablar por posibles represalias. Peretti afirma que su trabajo denuncia las complicidades de los poderosos de entonces, como Manuel Rodeiro, Juan Cepeda y el presidente Alvear, que estaban “a favor del modelo agroexportador”, con la oligarquía terrateniente, y eran quienes se oponían a los gobiernos de carácter popular como el de Hipólito Yrigoyen. En ese sentido, el título de su texto expresa una línea de continuidad entre el terrorismo que surgió en esa época y su posterior desarrollo en las sucesivas dictaduras hasta alcanzar su pico más alto y siniestro durante la última dictadura cívico-militar. Sin embargo, el asesinato de Laurent revela mucho más que un simple maniqueísmo entre sectores políticos. El homicidio ocurrido en 1928 en Máximo Paz pone de relieve que es necesario volver a analizar cómo se desarrolló la política y la sociedad, las que tal vez desde el presente se ven de manera un tanto ideal pero que poco tenían del ethos republicano, del que todos creen que deberían surgir los canales de desarrollo político en su más clara arena: las elecciones. El libro vuelve a abrir un necesario debate sobre derechos humanos, violencia y participación política.

Por más historia

Peretti, llevado por ese otro gran suceso que dio protagonismo a los chacareros argentinos, como fue el Grito de Alcorta, se propone abordar nuevamente la temática porque cree que su historia no fue escrita de modo apropiado. “También hice todo un análisis que tiene que ver con El Grito de Alcorta, donde estoy investigando sobre el asesinato de Francisco Netri. Esa es una historia que estuvo pésimamente contada”, relata el ex dirigente rural. Según Peretti, la política siempre estuvo presente entre sus pares y esa misma actividad fue la que dio origen a la Federación Agraria, en la que también sembraron su semilla los socialistas. “Yo tengo una tesis bien fundada con información nueva sobre el tema. La fundación de la Federación Agraria Argentina se decidió en Santa Teresa, donde se juntaron Juan B. Justo y Francisco Netri invitados por Pedro Barba. Recientemente se encontró documentación sobre el hecho donde se detalla la reunión, se cuenta qué se dijo y sobre la participación del Partido Socialista, que estuvo realmente detrás de esa actividad. La pregunta es por qué estuvo J. B. Justo en Santa Teresa, qué buscaba allí, qué fue lo que habló en ese momento. Pienso que allí resolvieron ir a buscar a Antonio Noguera, el después primer presidente de la FAA, que era socialista, a Pergamino. Porque no fue a través de un mandato del Grito de Alcorta la forma en que se dio la fundación de la FAA, sino que surgió de Justo y de Netri, quienes después terminarían peleados”, arriesga el historiador sui generis intentando una explicación sobre el acontecimiento que permitió emerger políticamente a los agricultores argentinos.

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