Ciudad

Un negocio que da pelea

Por Luciana Sosa.- El legendario puesto de venta de portadocumentos frente a la oficina del Registro Civil es tradición familiar: de padre a hijo. Ahora sufre con la implementación del nuevo formato de DNI.


El de vendedor ambulante es uno de los oficios que acusa los golpes de los cambios repentinos (para bien y para mal) con mayor inmediatez. Y dedicarse a la venta de portadocumentos, en estos tiempos en los que la vieja libreta va camino a desaparecer, es aún mucho más complicado. Es así como en el legendario puesto que se encuentra en la puerta del Registro Civil de Salta al 2700 hacen malabares para vender sus productos. Los Mendoza –padre e hijo comparten el mismo nombre, Néstor–, se instalan todos los días bien temprano frente al viejo edificio por donde desfilan miles de rosarinos.

Mendoza padre trabajó por 25 años en el puesto que se estableció cuando el Registro Civil estaba en Güemes al 2100; al mudarse el organismo, el hombre lo siguió y ahora, desde hace un mes, trabaja su hijo.

“Mi papá siempre fue vendedor, y solía tener sus portadocumentos en un puesto del centro. Al tiempo conoció a un empleado del Registro Civil que le propuso instalarse en la entrada del edificio y así fue. Cuando se mudaron a la calle Salta, él también los siguió. Ahora está muy grande y viajar desde la zona del padre Ignacio (por Barrio Rucci), todos los días, hasta acá, se hace difícil, por eso vengo a trabajar a este puesto”, comentó Néstor Mendoza hijo.

En la mesita que oficia de mostrador hay portadocumentos, estuches para las tarjetas de colectivo, otros para la extinguida Libreta de Enrolamiento y también para el pasaporte. Claro que este último producto prometía ser la vedette de las ventas, dado que en el Registro de calle Salta se puede tramitar, “pero hasta ahora no fue negocio traer este tipo de protectores, la gente hace su pasaporte pero nos pasa de largo”, sostuvo. Ante la aparición del nuevo Documento Nacional de Identidad, similar una tarjeta de crédito, los cobertores serán diferentes. “Vamos a tener que pensar qué productos agregar para la venta, porque ya viene muy baja de  por sí. Así que te imaginarás qué va a pasar cuando se deje de usar el documento viejo”, lamentó.

Padre e hijo comparten mucho más que el primer nombre. Ambos son amantes del boxeo y han practicado el deporte por años, pero la salud les jugó en contra a ambos y debieron dejar los guantes. Sin embargo, dedican varias horas al entrenamiento de otros jóvenes apasionados por este deporte.

“Mi papá trabajaba todo el día como vendedor, y a la nochecita se iba a entrenar. Lo hizo mucho tiempo, pero tuvo un desprendimiento de retina y tuvo que abandonarlo. A mí me pasó exactamente lo mismo, pero estamos juntos en un gimnasio de boxeo y compartimos esta pasión con la nueva camada de boxeadores, algunos de ellos ya están dando sus primeros pasos como profesionales, y se han conocido historias muy duras”, relató sobre el Club Mar del Plata, donde siguen relacionados a su gran amor.

El ingenio no queda ahí. Además de portadocumentos, la llegada del frío obligó a expandir el negocio: los Mendoza también venden guantes para cualquier desprevenido que tenga que esperar en la puerta del Registro soportando las bajas temperaturas.

“Acá vemos muchas cosas: accidentes automovilísticos cada día por medio, arrebatos –en uno de los cuales su padre dejó el puesto para correr a un arrebatador que le había sacado el teléfono a una anciana–; hileras largas por los planes sociales, o transexuales que van entusiasmados a tramitar su nuevo DNI. Somos una sucursal externa del Registro, porque antes de entrar nos preguntan qué papeles se necesitan para tal o cual trámite; y también recibimos la mala onda de muchos. A nadie le gusta esperar por un trámite, mucho menos si tiene que madrugar, les ofrecemos nuestros portadocumentos y nos muestran mala cara. Nosotros sólo estamos trabajando, pero a veces hacemos de punching ball”, grafica.

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