Un hombre de 48 años deberá enfrentar un juicio por abuso sexual sin acceso carnal y corrupción de menores de cuatro vecinitas que vivían frente a su domicilio en la zona oeste. Las niñas quedaron al cuidado del acusado y su esposa durante un día en el que su mamá viajó a otra provincia. Durante la estadía en la casa vecina, las chicas se quedaron –por unas horas– solas con el dueño de casa, circunstancia que fue aprovechada por el acusado para tocar a la niña de 12 años y mostrarle películas pornográficas a las tres más pequeñas. La decisión fue adoptada por el Juzgado de Instrucción de la 7ª Nominación, que valoró los testimonios coherentes y concordantes de las víctimas que, sumados a otras pruebas, concluyeran en el procesamiento del hombre, a quien además le dictó la prisión preventiva y trabó un embargo sobre sus bienes.
Hacía poco más de dos años que E. J. G. (su nombre se mantiene en reserva para preservar la identidad de las víctimas) se había mudado junto a su pareja y dos hijos de ésta a una vivienda en zona oeste. Allí el matrimonio generó una amistad con una vecina que tenía a su cargo 5 hijos más una hija de su pareja actual, que se encontraba detenida en provincia de Buenos Aires. Esta mala situación generó que E. y su mujer V. le ofrecieran a la vecina, trabajo en un puesto de comidas que tenían los fines de semana en una feria de la zona.
A fines de diciembre pasado la mujer dejó al cuidado de sus amigos sus hijas mayores de 12, 10 y 8 y la hija de su pareja de 10, ya que la mujer se fue por un día a ver al marido –con los dos hijos varones– al penal de Buenos Aires donde se encontraba detenido.
Todo marchó sobre ruedas hasta que V. se retiró de su casa para realizar unos trámites y todos los niños quedaron a cargo de E., circunstancia que, según la denuncia, fue aprovechada por el hombre para tocar a la mayor de las chicas y mostrarles a las otras niñas una película pornográfica y proponerles un juego de cartas. Si las pequeñas perdían la partida, debían practicar lo visto en las imágenes con el hombre, pero su plan se truncó cuando uno de los hijastros del dueño de casa entró en la habitación donde estaban, refiere el fallo.
Esta situación generó que las chicas corrieran a la casa de otra vecina. Cuando la pareja de E. retornó a su casa se enteró de lo sucedido, aunque no avaló los dichos de las niñas. Pasados unos 20 días, la madre de las víctimas decidió realizar la denuncia, lo que derivó en una pueblada contra la vivienda del acusado que fue saqueada y usurpada, según la declaración de V.
Luego de la instrucción, el juez de la causa Juan Andrés Donnola sostuvo que las declaraciones de las niñas son similares desde el inicio y detallan con claridad todas las acciones del hombre, circunstancias que fueron descriptas a una vecina. A su vez, sostuvo que las manifestaciones de las víctimas en cámara gesell se explayan en sus relatos que resultan coherentes y coincidentes con los horarios en que la pareja del acusado no se encontraba en la casa. A lo que agrega que el imputado, si bien niega el hecho, sostiene en su declaración que las niñas deben haber encontrado el CD entre las películas infantiles.
Con estos argumentos, el juez procesó a E. J. G. por los delitos de abuso sexual sin acceso carnal y tentativa de corrupción de menores agravado por la edad de las víctimas. A su vez embargó los bienes del acusado por 50 mil pesos y dictó su prisión preventiva.
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