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Un grito de desahogo

Con un golazo de la Pulga Rodríguez, a cinco minutos del final, Newell’s se sacó la mufa y le ganó a Boca. Estudiantes ganó y quedó bien arriba River ganó ante un rival directo por la promoción

Por: Pablo Soria

Se dio así. Sobre el final. Para descargar la angustia contenida. Y también para soltar el grito de desahogo más deseado. Con un golazo agónico de la Pulga Rodríguez, cuando el partido había entrado en etapa de definición. Se le dio a Newell’s, nomás. El triunfo, legítimo e indiscutible, por haberlo buscado más y mejor, aún con defectos. Y además se le dio ese gol que le había sido tan esquivo durante más de cinco encuentros. En total 613 minutos de tensión y nervios, que quedaron en el olvido con ese espectacular derechazo del tucumano, que de esperar una chance en el banco pasó a ser el héroe de la tarde en el 1-0 sobre Boca.

A Rodríguez le había tocado ingresar a los 38 del primer tiempo, por el lesionado Borghello. Y a partir de allí Newell’s insinuó, dentro de un partido disputado, chato, de vuelo rasante, un fútbol más asociado que al principio, cuando Boca se había hecho dueño del desarrollo a partir del manejo de Chávez y las subidas de Clemente. De a poco, Newell’s comenzó a hacer méritos para justificar la ventaja. Pero el gol, caprichoso, demoró en llegar.

Lo primero que tuvo que hacer Newell’s fue interrumpir ese circuito que Boca gestaba por izquierda. Cuando Mateo encimó a Chávez, apoyado por Bernardi, se acomodó Vella por el carril y Newell’s recuperó la solidez táctica de partidos no tan lejanos. Incluso para disponer de las chances más propicias del primer tiempo, como ese obsequio de Clemente que no supo capitalizar Sperduti y esa segunda definición de Formica en el rebote que le había ofrecido el arquero García, tras precisa asistencia de Bernardi, que se fue increíblemente desviada.

Era superior Newell’s. Estigarribia le ganaba en velocidad cuantas veces se lo proponía al lento Cellay. Pero se repetían los envíos cruzados al área, en un equipo que no tiene un centrodelantero por naturaleza. Borghello, de floja tarea y encima condicionado físicamente por una molestia, le dejó su lugar a la Pulga Rodríguez.

No varió el trámite en el complemento. Newell’s siguió buscando ese gol que lo dejara a las puertas de reencontrarse con el triunfo. Pero no había forma. Sperduti cabeceó apenas desviado, con García entregado. A Cichero le quitaron el gol sobre la línea. Y Estigarribia se demoró en la definición cuando había hecho pasar de largo a Cellay por enésima vez en la tarde.

Peratta, que había estado complicado en intentos de Chávez y Giménez en los que ofreció rebote, allá por el primer tiempo, le sacó un tiro libre del ángulo a Méndez. Y a cinco del final, Rodríguez capturó una pelota perdida y clavó un derechazo en el palo mázs lejano de García, para que Newell’s recupere la alegría y siga en carrera por ingresar a la Copa Libertadores.

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