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Un funk-rock con esencia rosarina

Por Daniela Barreiro. Gerardo Bernodat, vocalista de Mamá Pájaro, describió la impronta que da la estética a la banda y adelantó detalles de “El club de los idiotas”.

"Todos formamos parte del club de los idiotas", dijo Gerardo Bernodat.

Entre el rock, el funk y un sonido que denota identidad rosarina el cuarteto Mamá Pájaro presenta esta noche, a partir de las 21.30, en el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC, Sargento Cabral  y el río) su primer disco de estudio, El club de los idiotas. La noche contará también con la presencia de músicos invitados como Sandra Corizzo (piano y voz), Leo Moyano (guitarra eléctrica), Ariel Migliorelli (teclados), Alina Marín y Evelyn Sanzo (coros).

Mamá Pájaro se inició como un trío de rock y funk en 2004, una formación con la que lograron rápidamente varios reconocimientos musicales entre los que se destacan el premio García2005 amejor bajista rosarino, premio Cavern Rock Festival a mejor bajista del certamen y revelación en el Cavern Rock Festival, entre otros.

Varios años pasaron de aquel comienzo y tras algunos cambios de formación y de haber recorrido gran cantidad de escenarios tanto rosarinos como de localidades aledañas Mama Pájaro editó su primer disco. El club de los idiotas fue editado a través del Programa de Coproducciones Discográficas dela EditorialMunicipalde Rosario y su  mezcla y masterización corrió por cuenta de Juan Pablo Sancho. Actualmente la banda está integrada por Cristian Osés (bajo), Gerardo Bernodat (guitarra y voz), Matías Galasso (teclados) y Leandro Demauro (batería).

“Este disco es fruto de diez años de trabajo y sentimos que por esa razón colmó nuestras expectativas, sabíamos bien lo que queríamos”, aseguró el vocalista y guitarrista de la agrupación Gerardo Bernodat en diálogo con El Ciudadano.

“Mamá Pájaro nos pareció un nombre muy llamativo para una agrupación que, en ese momento, se presentaba como una banda funk –comenzó a contar el vocalista y uno de los compositores de la banda–. Fue algo que saqué de una película: en una escena sobre una operación militar llamaban Mamá Pájaro a la torre de control. Estábamos buscando un nombre que aludiera al control de las personas, al control de masas por parte de los medios, al sometimiento, al abuso de poder por parte del sistema y de los gobiernos; todo eso a través de las herramientas que tienen para controlar a la gente: las leyes, la televisión, los códigos morales, la educación, etc. Mama Pájaro representa y critica esa autoridad que cobija pero que a la vez mantiene controlado.

También sentimos que tiene relación con los artistas, que tienen poder, a veces explícito y otras implícito, para controlar a la gente o a las masas. Un caso paradigmático es el Indio Solari o Los Redondos, que movilizan mucha gente, el ruido que hacen es impresionante, dicen una frase en una canción y la gente la adopta a veces hasta como código urbano.

Eso conlleva una responsabilidad, porque te parás arriba de un escenario y la gente te escucha diferente que si estás parado en cualquier esquina”.

“Hacerse un poco al lado del camino –como diría Fito Paéz– es parte de la responsabilidad que conlleva tener ese poder.

Los artistas que valoro son esos que tienen una intención, un mensaje y no algo puramente estético. Nosotros tratamos de dar un mensaje, pero no enarbolamos una bandera, simplemente expresamos lo que creemos que merece ser expresado para que la gente piense un poco más o despierte respecto de algunas cosas. No sentimos que vengamos a decir algo nuevo o que seamos los salvadores de nada, son cosas que nos salen, como también componemos sobre momentos que vivimos, cosas que nos pasan y rupturas de parejas”, describió Bernodat.

Por otro lado y haciendo referencia al título del disco, el músico contó: “«El club de los idiotas» es un tema que surgió cuando estábamos casi terminando el disco, lo compuso Leandro (Demauro), que es el baterista. Me lo mostró casi de casualidad y me pareció que era el tema ideal para abrir el material y darle nombre. Hasta ese entonces se iba a llama «Vacío caníbal» (nombre de otro de los temas que componen el disco) pero nos pareció que era un título muy fuerte.

«El club de los idiotas» me pareció más satírico, más simpático, daba más lugar a la creación a nivel diseño e imágenes. Después surgió el «Cazabobos» que es esa zanahoria que se puede ver en la tapa”.

“El título del disco continúa con la línea del nombre de la banda, una crítica social de la que nosotros no nos sentimos exentos. Sin duda estamos inmersos en el club de los idiotas, creo que todos nos descubrimos día a día como parte de ese club; ya sea mirando televisión o en la cola de un banco, a veces tomamos conciencia de que estamos haciendo algo que no queremos hacer y que lo hacemos por idiotas, por seguir a la manada”, añadió.

El club de los idiotas es un material que deja ver el marcado tinte rockero de la banda que también se aproxima al funk y que mantiene cierta “esencia músical rosarina”. “Me marcaron mucho esa esencia de rock rosarino, algo que fue saliendo sin que me dé cuenta tanto musicalmente como a nivel estético, las melodías, armonías y las formas en las que hacemos las canciones sigue esa línea que ya abrieron otros rosarinos. Fito Páez es el artista más representativo, pero hay muchos, él es una influencia innegable porque nosotros escuchamos mucho Fito. Coki (Debernardi) dice que los rosarinos no tenemos un estilo o un sonido particular que nos identifique como suelen decir desde afuera. Yo  creo que sí existe, pero que no tiene que ver con un sonido sino con una línea lírica y compositiva. Qué es y qué no es esa esencia rosarina es una discusión que se suele tener; sin duda creo quela Trova Rosarinamarcó una línea que nos identifica, de la que nos cuesta y no queremos despegarnos”, concluyó Bernodat.

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