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Un escritor frustrado desmoronándose y escabulléndose en un inagotable sarcasmo

“Lucky Hank” despliega una comedia amarga llena de absurdos y gags irreverentes donde vuelve a lucir el gran Bob Odenkirk, aquel maravilloso Saul Goodman de la insuperable “Better Cal Saul”


Especial para El Ciudadano

Bob Odenkirk, después de Better Call Saul, regresa con una nueva serie de la cadena AMC, la responsable de grandes momentos de hace años como los instaurados por Mad Men, Breaking Bad y la misma Better Call Saul en sus comienzos. En este caso se trata de Lucky Hank, serie basada en una novela de Richard Russo publicada en 1997, y que cuenta con Peter Farrelly dirigiendo los primeros episodios para establecer el tono general, una comedia algo amarga plagada de momentos absurdos y de gags irreverentes.

Quizás resulte un poco apresurado el regreso de Odenkirk, algo inesperado también. Con Lucky Hank no se enfrenta a una situación fácil. ¿Cómo remontar un nuevo personaje con todo el peso que supone la sombra del gigante Jimmy McGill/Saúl Goodman? ¿Cómo dejar atrás los ecos de aquel relato perfecto para verlo ahora inmerso en otra historia, sin Kim Wexler y por fuera de todo aquel universo que habitamos durante tantos años?

La tarea no es fácil, el riesgo es grande, pero se puede decir que Lucky Hank lo sobrelleva de modo efectivo desde el inicio apuntando bajo, sin grandilocuencia, sin afán de superación. Situándose en cambio como una propuesta algo sencilla, desarrollada al ras de conflictos habituales, sin drogas ni narcos ni giros desconcertantes, y apuntando al tono general de un humor desatado pero siempre amargo.

Es cierto que la propuesta puede resultar poco atractiva: un varón atravesando una crisis de mediana edad. Tal eje, cuanto menos, genera dudas. Pero si hay un incentivo para ver qué pasa con eso, para ver si algo se puede proponer hoy a partir de esa base algo anacrónica, es seguro y solamente la nostalgia y el deseo de reencontrarse con Odenkirk. Y afortunadamente, se puede afirmar, todo funciona.

Todo se cae a pedazos

Aquí Odenkirk es William Henry “Hank” Devereaux Jr., un escritor frustrado, autor de un único libro, que trabaja como profesor de literatura en una universidad de segunda categoría, amasando perpetuamente un resentimiento para con todo su entorno. En el momento en que lo aborda el relato, Hank debe lidiar con el retorno de su padre, un escritor exitoso que lleva el mismo nombre, y que lo abandonó en su adolescencia sin que vuelvan a tener ningún tipo de contacto.

Por otro lado, claro, como no podía ser de otro modo, ve como su matrimonio con Lily (la inolvidable Mireille Enos, de The Killing) se desmorona paso a paso. Todo, en la vida de Hank, se cae a pedazos, lo mismo que él por dentro.

Bob Odenkirk luce en Lucky Hank una barba tupida que le oculta gran parte del rostro. Buen gesto para producir una primera y necesaria distancia con respecto a Saúl Goodman. Nos alejamos de él, nos libramos un poco al menos de su pesada sombra. Pero apenas escuchamos su voz, su tono sarcástico construido sobre una constante frustración, y su humor filoso y veloz como navaja, allí está de vuelta.

El mismo pero otro. Y eso es un logro. Odenkirk logra construir otro personaje memorable y rico en aristas, que sin dejar de remitir al anterior, se distancia con personalidad propia.

Un equilibrio exacto

Lucky Hank opta por un desarrollo sin estridencias ni grandes sorpresas. Todo queda claramente planteado desde un comienzo, y sobre esa misma base continuará profundizando a los personajes y sus relaciones, con un tono que sin perder cierta amargura o cierto desencanto, despliega un constante humor que por momentos roza lo descabellado en situaciones delirantes.

Porque sí, Lucky Hank es eso, sin más aspiraciones, una efectiva comedia, ligera y agridulce, sobre la crisis vital de un hombre que se desmorona por dentro y que no es capaz de actuar, escabulléndose apenas en la pericia de su inagotable sarcasmo.

Cabe aclarar que no es sólo Bob Odenkirk quien le da carácter a la serie, Mireille Enos deslumbra otra vez, y toda esa excéntrica comparsa que los acompaña agrega punto por punto nuevas capas a un relato sobre las miserias cotidianas, las frustraciones y los desencantos. Es graciosa, sí, pero también es triste, bastante. Y alcanza el equilibro exacto para jugar en esa línea intermedia.

 

Lucky Hank / AMC+ / 1era. Temporada

Creadores: Paul Lieberstein, Aaron Zelman sobre novela de Richard Russo

Intérpretes: Bob Odenkirk, Mireille Enos, Olivia Scott Welch, Diedrich Bader, Sara Amini, Cedric Yarbrough

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