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Impacto

Un basural que se renueva a diario preocupa a vecinos de zona norte

En Hipólito Yrigoyen al 1300 denuncian que desde hace tres años la vía se bloquea por la cantidad de residuos que tiran.


El paso a nivel de Hipólito Yrigoyen al 1300, en la zona noroeste, se convirtió en un lugar complejo de transitar. Sobre una de las vías del ferrocarril Mitre, que no se encuentra operativa, se formó, desde hace ya unos tres años, un pequeño basural, aunque con un gran potencial. Su origen se produjo tras la remoción de la garita del guardabarrera, quien realizaba una suerte de guardia de higiene: ahora las barreras son automáticas y con semáforo, pero el lugar quedó librado a su suerte. Según vecinos, durante el horario nocturno la zona “se transforma en una boca de lobo”, donde la luz no abunda y los montículos, sumados a una huerta abandonada lindera, sirven de potencial guarida para ladrones o bien les hacen de oscura pantalla para treparse a la parte superior de una carpintería desde donde pueden acceder a los techos de toda una manzana.

En la vía más cercana a la calle Ramón Anchoris, por donde no circula ningún tren, se fueron formando sobre ambos márgenes dos montículos compuestos, principalmente, por ramas, hojas, troncos, envoltorios de productos varios y hasta bolsas de basura. De acuerdo con las versiones recogidas por este diario, en esa manzana “sólo hay un contenedor”, que queda colapsado en cuestión de horas. Pero días atrás la zona recibió nuevos depósitos en el marco del plan de contenerización.

“Antes se juntaba basura sobre Valle Hermoso (a tres cuadras de allí) pero los vecinos protestaron y lo sacaron. Eso, sumado a que sacaron al guardabarrera, hizo que lo mudaran para este lado porque acá hay más locales, entonces no hay una persona que esté controlando todo el tiempo lo que pasa”, explicó Norma, quien hace más de 30 años que vive cerca de allí.

La versión coincide con la de Gladys, vecina de la zona desde hace siete años, para quien la llegada de la barrera automática tuvo un impacto negativo ya que “ahora nadie puede controlar” lo que pasa. “De vez en cuando viene la Municipalidad y limpia, pero apenas termina de trabajar viene algún carro y tira algo. Pero esto no es de ahora, hace años que está así”, completó la mujer.

Pegadas a las vías del tren, varias familias ya se asentaron de modo irregular y conviven diariamente con este pequeño basural que tiene un fuerte impacto, además del visual, sobre la higiene. Enfrente de ellas, hay instalada una pequeña huerta abandonada por su dueño, cansado de sufrir destrozos diariamente. Estos dos elementos –afirman– fomenta la proliferación de roedores e insectos indeseables.

El tema de la seguridad también es otra de las preocupaciones que poseen los lugareños, como bien sostiene Leonardo, con 18 años en el barrio: “Es una zona que de noche tiene poca luz. Ya vi varias veces de pibes que se esconden atrás de las montañas esas para después robar. Además, desde la huerta se pueden trepar al techo de la carpintería y desde ahí poder meterse en las casas de toda la manzana, porque estas son todas casitas”.

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