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Un apacible “hombre viejo” que revela un costado insospechado

“The Old Man” desarrolla una trama compleja donde a un veterano ex agente del gobierno estadounidense se verá acosado por hechos del pasado relacionados con una misión en Medio Oriente que amenazan su existencia y la de su hija


Especial para El Ciudadano

La serie The Old Man es una producción de la cadena FX que será estrenada en Latinoamérica por Star+. Por lo tanto, por el momento sólo se puede acceder a ella a través de las redes, y desde ya que vale la pena tomarse el tiempo. Se trata de una propuesta singular que reúne a un gran elenco, compuesto por Jeff Bridges, John Lithgow y Amy Brenneman, para adaptar con solidez (aunque no sin ciertos altibajos) la novela homónima de Thomas Perry publicada en 2017.

La eficacia del inicio define con contundencia un tono otoñal del que la serie, a pesar de cierto giro inminente, no se alejará del todo para convertirlo en su basamento. La atmósfera es cansina, teñida siempre de una cierta melancolía. Hay, desde el comienzo, algo del orden de la despedida arraigado en el relato. En ese aspecto la figura de Jeff Bridges se torna fundamental, con su porte apesadumbrado, con su gesto parco y dulce a la vez, y con ese cuerpo que parece exigir ser arrastrado con dificultad en cada movimiento, acompañados muchas veces por breves quejidos o suspiros entrecortados.

Se patentiza en esa construcción física del personaje lograda por Bridges una carga dramática que condensa en cada gesto el peso de los años. Cansancio, espera, dolor, frustración. Y allí el relato apoya el peso de esa corporalidad crepuscular en la solidez de un tiempo aletargado que se detiene en los gestos y en las conversaciones, para dejar que tenga lugar el espesor de los vínculos tejidos ya en tiempo de descuento. Sin embargo, claro está, The Old Man tomará rápidamente otro rumbo, pero sin distanciarse, afortunadamente, de ese delicado tono “atardecido”.

Planteada y afianzada rápidamente esa tonalidad narrativa dominante, al final del primer episodio el “viejo” del título revela un costado insospechado. Atacado por un hombre que irrumpe en su casa, Chase, con sus más de 70 años, repele la agresión con un elocuente manejo de la brutalidad. Desde allí The Old Man no será ya el relato de un ocaso ordinario, sino el de un hombre cuyo pasado se irá desentrañando en el despliegue de una intriga de múltiples aristas, tomando el rumbo de un policial tejido en el submundo del espionaje.

Un ex agente del gobierno de Estados Unidos que permanece prófugo

The Old Man no apuesta por la sorpresa de giros insospechados, elige en cambio desarrollar una trama compleja dosificando la información poco a poco, manteniendo el tono delicado, y sin dejar jamás que los personajes se diluyan entre los vericuetos de una intriga internacional que tiene su origen tres décadas antes.

Dan Chase no es entonces un “viejo” ordinario que pasará tranquilamente los últimos años de su vida cuidando su jardín, es un ex agente del gobierno de Estados Unidos que permanece prófugo desde décadas atrás, y que al ser finalmente descubierto, tiene que reactivar sus antiguas argucias para proteger a su hija (con quien sólo tiene contacto telefónico). Lo sucedido en el pasado se irá revelando de a poco, y eso es, cabe decirlo, lo más endeble de la serie, unos flasbacks innecesarios que van narrando esos acontecimientos que, en verdad, poco importan. Es sólo en esos momentos cuando el relato se dilata y pierde gran parte de su fuerza.

Ahora bien, si The Old Man no se trata entonces del otoño de un hombre común, tampoco se trata solamente de una huida y una venganza emprendidas por un viejo lobo solitario. Apenas revelado el aspecto oculto del pasado de Chase, las aristas de la intriga se multiplican y, en lugar de dispersarlo, profundizan el planteo dramático dándole nuevas dimensiones.

Cazador y presa involucrados en un mismo pasado

Como contrapeso del enorme Jeff Bridges, allí está el también destacable John Lithgow, otro veterano del cine. Lithgow interpreta a Harold Harper, agente del FBI encargado de darle caza a Chase, pero que, al hacerse cargo de la misión, le avisa primero telefónicamente a su objetivo para que escape. Y es que ambos, como se intuye inmediatamente y como se irá develando con el correr de los episodios, estuvieron involucrados en ese hecho determinante ocurrido treinta años antes, en una intervención norteamericana en Medio Oriente.

Sumando capas, está la hija de Chase, cuyo rol será fundamental en la trama pero sobre lo que nada se puede decir sin develar hechos sustanciales. Y finalmente, otro de los pivotes dramáticos clave, Zoe (Amy Brenneman), una mujer que se ve envuelta en las redes tejidas por Chase y que debe seguirlo en su huida, protagonizando algunas de las situaciones intimistas más logradas de los primeros capítulos.

Habrá también, en los juegos de espionaje y contraespionaje, otra rica figura paterna que emergerá en la intriga sumando facetas al cristal conspirativo, y es que The Old Man, en sus intrincados juegos de lealtades y traiciones, hace que estos escapen a la lógica de los entreveros gubernamentales para hacerlos reposar sobre los vínculos familiares y afectivos. Todo, aquí, se juega en familia, acercándose incluso por momentos a la lógica de la tragedia. Y eso es lo que sostiene, desde el comienzo y hasta desplegada ya la intriga, aquel certero tono otoñal establecido en el inicio, impidiendo con justeza que la lógica de la trama policial ocupe por entero el espacio dado entre los personajes. Espacios hechos de distancias y cercanías en las que en realidad se juega todo el drama planteado.

The Old Man / Star+ / 1era. Temporada

 

Creación: Robert Levine, Jonathan E. Steinberg

 

Intérpretes: Jeff Bridges, John Lithgow, E.J.Bonilla

 

 

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