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San Miguel

Tucumán: lo lincharon tras asalto que terminó con víctima fatal

Vecinos persiguieron y golpearon hasta la muerte a uno de los ladrones que poco antes protagonizara fatal atraco.


Tras  participar en un asalto que terminó con el asesinato de un hombre, un delincuente murió al ser perseguido y golpeado por vecinos de la víctima en un barrio del sur de la ciudad de San Miguel de Tucumán.

El violento episodio, que se originó con un asalto con la modalidad “entradera”, ocurrió a alrededor de las 5.30 del domingo último en Magallanes al 2600, del barrio Soberanía Nacional de la capital de la provincia norteña.

En ese lugar, dos delincuentes armados sorprendieron a un joven que llegaba a la casa tras dejar con su moto a su novia y lo amenazaron para que entregara el vehículo.

En ese momento, intervino en el hecho el hermano del motociclista asaltado, identificado como César Acosta, de 31 años, quien de acuerdo a testigos forcejeó con uno de los delincuentes.

Inmediatamente, uno de los  asaltantes realizó cuatro disparos y le acertó uno de ellos en la nuca, por lo que Acosta murió prácticamente en el acto, según lo informado por el sitio de internet Contexto.

Enseguida, los delincuentes escaparon, pero comenzaron a ser perseguidos por los vecinos, que lograron alcanzar a uno de ellos, al que le propinaron una brutal golpiza.

El ladrón herido murió mientras era trasladado por la Policía en una patrulla.

También falleció el hombre que fue baleado en la nuca, antes de comenzar a ser asistido por paramédicos que acudieron al lugar.

Por el momento no se habían registrado  detenciones entre los participantes del sangriento linchamiento.

Según indicaron fuentes policiales, el delincuente asesinado a golpes se apellidaba Guerrero y tenía antecedentes por diversos delitos contra la propiedad y también por contravenciones.

También había estado preso por el robo de una moto y había sido liberado en 2013.

Los policías que intervinieron en el hecho secuestraron la pistola calibre 9 milímetros utilizada en el crimen de Acosta, quien tenía una beba de tres meses y trabajaba como empleado no docente en uno de los edificios de la Universidad Nacional de Tucumán.

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