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Un Coloso

Triunfo apretado con gol de Maxi

El equipo de Osella volvió a sacar a relucir su poderío como local.


El Newell’s versión Coloso hizo lo suyo. Sin importar el desarrollo del partido o los merecimientos, de local la Lepra muestra otra cara y la mayoría de las veces festeja. Esta vez fue apenas 1-0 ante un combativo Atlético de Rafaela, suficiente para no perderle pisada a Boca.

No fue un partido cómodo para la Lepra. El rival se lo hizo complicado desde el inicio, asfixiando la salida, en especial a Facundo Quignon. Pero bastó con que le llegara a Maxi Rodríguez una pelota cerca del arco para definir el pleito. Otra vez la Fiera, como con Central y Colón, aunque esta vez no hizo falta esperar hasta el final.

LO BUENO. Newell’s volvió a mostrar su poderío en el Coloso, donde se planta distinto, se dispone distinto y gana. Maxi no luce, pero con su jerarquía a la hora de anotar alcanza. Y Domínguez y Moiraghi estuvieron muy firmes. (Juan José García).

La combatividad de Rafaela fue un problema a resolver. Y le costó a la Lepra descifrar cómo hacerlo. Incluso sufrió algún sobresalto, como la tempranera aparición de Leandro Díaz en el área chica que no fue gol por la lentitud del delantero y por el cruce exacto de Moiraghi.

LO MALO. Nacho falló un penal que hubiera cerrado el partido. Cuando le tapan a Quignon, el equipo queda sin alternativas para llevarle la pelota a los de arriba, como en el primer tiempo. Amoroso desperdicia demasiadas acciones ofensivas. (Juan José García).

Justamente Moiraghi, junto a Sebastián Domínguez, fueron los baluartes de una defensa que se mostró muy firme.

Formica intentó darle juego, pero la pelota no siempre le llegó ‘limpia’. Así y todo el Gato se las ingenió para generar algo de riesgo. Amoroso corrió como siempre y falló como sucede habitualmente, aunque esta vez Maxi le dio valor a uno de sus tantos centros a la nada y lo transformó en el gol de la victoria con una volea que no pudo contener Hoyos.

Scocco con un penal tuvo la chance de darle tranquilidad al resultado, pero esta vez falló. Y hubo un rato para sufrir, aunque no fue para infartarse.

No fue un Newell’s lujoso como el que goleó a San Juan, ni tan completo como aquel que le ganó a River. Tampoco fue efectivo como el que derrotó a Vélez con un Nacho inspirado, o a Gimnasia y Atlético Tucumán. Pero no importó. Ganó y sigue prendido arriba.

Las formas son sólo un detalle, la realidad es que en casa la Lepra tiene un aura especial. Es distinto en el juego, en el entusiasmo, parece otro equipo. Tal vez el impulso de la gente ayude u obligue. O a lo mejor es la comodidad de jugar en casa. Los rivales también respetan más. Y todo confluye para que al final, casi siempre el resultado sea favorable. Con eso, por ahora alcanza para seguir de cerca de Boca. No es poco.

Uno x uno leproso

Pocrnjic (5). Está algo dubitativo a la hora de salir, pero debajo de los tres palos respondió.

San Román (5,5). Interesante en ofensiva, con mucho criterio. Defensivamente cumplió.

Domínguez (7). Muy firme de arriba y abajo. Empujó al equipo en el peor momento. El hincha se lo reconoció con aplausos.

Moiraghi (7). Tapó al inicio una clara acción de gol de Díaz en el área chica. Firme.

Paz (5). Sufrió algunos momentos a Gudiño, pero en el segundo tiempo ayudó en ofensiva.

Elías (5). Corrió mucho, recuperó bastante, pero entregó la pelota mal.

Quignon (5). En la primera parte el mediocampo rival lo asfixió, pero en el complemento se adelantó y le dio otro protagonismo a Newell’s.

Amoroso (5). No hay dudas que corre mucho, pero desperdicia casi todo lo que genera. Asistió a Maxi en el gol con un centro pasado.

Formica (6). Intentó siempre darle juego al equipo, a veces lo logró y otras no. Casi anota con un zapatazo. Al final sintió los partidos afuera.

Rodríguez (7). Hasta el gol era candidato a salir, pero tuvo la jerarquía para transformar un centro de destino incierto en la jugada que definió el partido.

Scocco (5). Está fino a la hora de manejar la pelota y darle buen destino, pero falló un penal que hubiera cerrado el partido.

Figueroa (-). Entró con entusiasmo y se involucró rápido en el juego, pero cuando Osella lo mandó a la derecha se perdió.

Mansilla (-). Acelerado, cuando el equipo necesitaba pausa.

I. Sills (-). Entró para defender.

El Chocho, ovacionado

Juan Manuel Llop tuvo un gran recibimiento de los hinchas que lo ovacionaron. (Foto: Alejandro Guerrero).

Juan Manuel Llop es un verdadero ídolo de los hinchas leprosos. El Chocho integró aquel equipo campeón del Piojo Yudica en 1988, pero también fue un símbolo de la era Bielsa, donde consiguió tres títulos. Por eso su presencia en el Parque no pasó inadvertida. Apenas pisó el césped del Coloso fue ovacionado por todo el estadio durante varios minutos, incluso cuando se cruzó con Diego Osella para estrecharse en un fuerte abrazo. “Sé que algún día voy a tener otra chance en mi querido Newell’s”, deslizó Llop, que en 2001 tuvo al banco leproso como su primera experiencia como DT.

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