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Trigo y maíz, estimación en baja

Por Fernando Ventura.- La sequía, las heladas y la pobre evolución del cultivo pintan un panorama oscuro para los granos en la próxima campaña. Los volúmenes de producción que se estiman están muy por debajo de la producción promedio en años con clima normal.


trigodentro

Debido a la sequía invernal, las heladas generalizadas en el territorio nacional y la evolución del cultivo de trigo y la siembra de maíz en la zona núcleo pampeana (sur de provincia de Santa Fe y norte de provincia de Buenos Aires) las expectativas respecto de las cosechas de trigo y maíz de la campaña 2013/2014 comienzan a caer.

La campaña pasada de trigo (2012/2013) no fue buena: la cosecha rondó las 8,5 millones de toneladas, según el Ministerio de Agricultura de la Nación. Este volumen de cosecha prácticamente no dejó lugar a exportaciones significativas ni de grano, ni de harina. Las expectativas para esta campaña, 2013/2014, son de 12 millones de toneladas, según estimaciones preliminares del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda). Sin embargo, la sequía y las heladas acontecidas en las últimas semanas podrían hacer caer este pronóstico que suena alentador. Ha de tenerse en cuenta que estos volúmenes están muy por debajo de la producción promedio argentina, hablando de años climáticamente normales. La producción de trigo promedio de argentina solía rondar las 15 millones de toneladas.

Respecto del maíz, esta última semana la evolución de ventas de semillas híbridas de maíz mostró una merma en las expectativas de siembra de alrededor del 25 por ciento en la zona núcleo. De no revertirse esta situación, se produciría un serio impacto en la cosecha nueva de maíz. Una compensación a esta inminente caída de superficie en zona núcleo podría ser una mayor superficie de siembra tardía o de segunda en áreas marginales pampeanas o en otras regiones del país.

El resultado de la campaña 2012/2013 de maíz fue de 25,7 millones de toneladas. Los pronósticos del Usda para la actual campaña, 2013/2014, se sitúan en 26 millones de toneladas este número es menor al pronóstico anterior, comunicado hace más de un mes por el mismo departamento. La merma estimada se debe a la falta de precipitaciones. Este pronóstico podría reducirse aún más según cómo vaya evolucionando el clima y la siembra de esta campaña.

Respecto de la soja, este cultivo aumentaría su participación en la cosecha total de cereales y oleaginosas. No solamente porque la soja es el cultivo con mayor rentabilidad y habitualmente con mejor precio de mercado, sino que todos los insumos y arrendamientos se fijan en relación este cultivo, perjudicando la continuidad en cada campaña de hectáreas sembradas con trigo y maíz que necesitan, en principio, condiciones climáticas más estables que la soja y en el caso del maíz semillas híbridas de alto valor.

Esto trae varias conclusiones a priori: por un lado, los problemas con el trigo lejos de resolverse continuarían y la escasez o la especulación con la harina de trigo tendría otro capítulo el año entrante; además de que las posibilidades de exportación también se verían disminuidas como este año. Por el lado del maíz, el consumo nacional de este cereal como alimento balanceado ha aumentado, como también la producción de etanol a base de maíz; por lo tanto los saldos exportables de granos, carnes o productos industriales a base de maíz también se verían afectados en su volumen en la medida que sea escasa la cosecha de este cereal.

Es necesario aclarar que los consumos internos de productos agropecuarios como el trigo, el maíz y las carnes (a excepción de la vacuna) han aumentado en la última década, lo que reduce en parte los volúmenes de exportación en toneladas y obliga a aumentar la producción para conseguir mayor número de divisas, teniendo en cuenta la apreciación cambiaria, la mayor necesidad de divisas para insumos industriales, la necesidad de reponer reservas internacionales del Banco Central y la ascendente cuenta externa de importación de hidrocarburos. En la medida en que las desavenencias entre el gobierno nacional, productores agropecuarios y los empresarios agroindustriales continúen, el panorama distará de ser el apropiado para salir del problema de estrangulamiento externo actual.

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