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Tratamiento, pero en prisión

Una fiscal denegó la libertad condicional de Lino Bertuzzi, el fletero que fue condenado por atacar un colectivo a perdigonadas en 2006. Una junta había aconsejado que debe comenzar una terapia.

Una fiscal denegó el pedido de libertad condicional de Lino Bertuzzi, quien cumple una condena de siete años de prisión por uno de los hechos atribuidos al Loco de la Escopeta, al considerar que el fletero debe iniciar antes un tratamiento psicológico o psiquiátrico dentro del penal. La medida se basó en los resultados de una reciente junta médica, que aconseja que el interno comience una terapia. En ese sentido, desde la fiscalía 9ª, a cargo de María Mas Varela, consideraron que el pedido de excarcelación fue “prematuro”, aunque para la defensa de Bertuzzi el dictamen viola el derecho de jurisdicción ya que “ningún médico aconsejó que continúe detenido”. Así lo aseguraron Adrián Ruiz y José Ferrara, quienes además explicaron que su defendido rechazó permisos de salidas transitorias a la espera de la definitiva, y que ya cumplió más de las dos terceras partes de la condena.

Lino Bertuzzi, detenido el 23 de mayo de 2006, fue condenado a siete años de prisión acusado de destrozar a perdigonadas la ventanilla de un colectivo de línea en el viaducto Avellaneda. Además, la investigación de esa causa concluyó en que Lino cometió el delito con la complicidad de su hermano Alberto, quien fue declarado inimputable y actualmente se encuentra internado en la institución psiquiátrica Clínica del Sol.

Sólo un hecho

La sentencia de primera instancia, dictada por el juez Antonio Ramos, indica que Lino rompió de un escopetazo una ventanilla de un colectivo de la línea 107 sobre el viaducto Avellaneda desde el interior de su camión, delito calificado como intento de homicidio del alguno de los pasajeros, aunque las consecuencias de ese ataque fueron heridas leves a una persona. También el fallo resalta que Lino no es el tirador serial apodado popularmente Loco de la Escopeta, ya que no se pudieron hallar pruebas para ligarlo a una cadena de ataques que comenzaron en 1998 y que se cobraron la vida de una niña de 13 años.

El fallo fue apelado pero quedó firme con una resolución de la Sala II de la Cámara de Apelaciones, que tampoco encontró pruebas contundentes para adjudicarle a Lino Bertuzzi la serialidad de los ataques. La resolución, que lleva las firmas de Juvencio Mestres, Ramón Ríos y Adolfo Prunotto Laborde, señala que las armas halladas en su casa “habrían sido utilizadas para cometer graves atentados a la integridad física de los ciudadanos, arribándose al menos en una de las causas, a una declaración de certeza” de su responsabilidad.

En septiembre pasado, Lino fue beneficiado con salidas transitorias, pero se negó a tomarlas argumentando que al ser inocente prefería esperar a que le otorgaran la libertad. Justamente, sus abogados atribuyen que los médicos determinaron que su cliente necesita tratamiento psiquiátrico porque se considera “inocente”.

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