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Triple crimen, el juicio

Tras último alegato defensivo el jueves dictan la sentencia

Los abogados de los acusados destinaron su última intervención a pedir numerosas nulidades de pruebas y testimonios.


Con un extenso alegato final que echó mano a la normativa procesal, las defensas de los cuatro imputados en el juicio oral por el triple crimen de Villa Moreno solicitaron la nulidad de la prueba fundamental –las escuchas telefónicas– en la que se apoyaron los fiscales y requirieron la absolución de sus pupilos más, subsidiariamente, la aplicación de una pena mínima. La exposición de los letrados duró 7 horas, a lo que le siguió una breve réplica y contrarréplica. Con esta audiencia, culminó el debate sobre la masacre ocurrida el 1º de enero de 2012. Ahora será el tribunal, compuesto por Ismael Manfrín, José Luis Mascali y Gustavo Salvador en la presidencia, el que este jueves dictará sentencia a las 12.30. Los fundamentos de ese fallo, en tanto, se difundirán luego.

Los reclamos de nulidades fueron los protagonistas del día: los defensores de Sergio “Quemado” Rodríguez, Damián “Pescadito” Sprío, Daniel “Teletubi” Delgado y Mauricio Palavecino se abocaron a marcar lo que consideraron deficiencias de la investigación para argumentar invalidez de las pruebas. Apuntaron a erosionar una por una las bases de la teoría fiscal, para lo cual recurrieron a normativa supranacional, a doctrina y a jurisprudencia. Adrián Martínez y Carlos Varela –defensores de Rodríguez–, Fausto Yrure y Gabriel Navas –letrados de Sprío y Delgado– e Ignacio Carbone –representante de Palavecino–, fueron en la misma línea: sostuvieron que no hay prueba incontrovertible que sostenga la responsabilidad de sus defendidos. Y pidieron que se inicie una investigación sobre el secretario de instrucción que llevó adelante la investigación, por falso testimonio agravado. Ironizaron que es funcionario hizo gala de una “llamativa memoria”.

“Derechos vulnerados”

Martínez hablo de vulneración de los derechos de los imputados y se refirió a la garantía de interrogar testigos que sólo se cumplió 11 días de los 3 años que lleva la causa. Y detalló que en marzo de 2012 la fiscalía solicitó el secreto de sumario o la reserva de ciertas pruebas, recurso que se utilizó 18 oportunidades imposibilitando –se quejó– el acceso a 346 fojas del expediente en la que se produjo prueba relevante. Y añadió que la referencia abundante al mote de narcotraficantes que la fiscalía les achacó a los acusados generó una predisposición social en su contra.

Varela, por su parte, solicitó nulidades, la absolución de su representado Rodríguez y afirmó que la condena solicitada por los fiscales –30 años para los tres acusados materialmente por el múltiple crimen y 26 para Palavecino como partícipe necesario– es prácticamente una sentencia de muerte para su cliente

Escuchas: principal blanco

Los defensores apuntaron sus dardos sobre la base de la estrategia fiscal. Martínez dijo que hubo casi 90 líneas telefónicas intervenidas sin orden fundada, entre ellas la de un defensor. El resto de los letrados recordaron que la prueba objetiva es la pericial de voz, que fue rechazada por el Tribunal. Y afirmaron que no se determinó quién y cómo realizó la medida, ni la cadena de custodia de las pruebas. Reclamaron y detallaron que se continuaron las intervenciones a los detenidos luego de su indagatoria contra toda norma constitucional y solicitaron la nulidad de las escuchas.

Reconocimiento fotográfico

Varela refirió que el reconocimiento fotográfico que hizo el sobreviviente fue a través de un solo mosaico de imágenes y que el juez de instrucción dispuso una investigación administrativa respecto a la filtración de esas fotografías que no prosperó. Luego la Cámara Penal consideró inaprovechable la medida y durante el juicio –dijo– se violaron todas las reglas procesales cuando se permitió el señalamiento de su cliente por el sobreviviente “porque Rodríguez tiene que cargar con actos irregulares que benefician a la fiscalía”, sostuvo Varela.

Los testigos

Sobre la testimonial de Mauricio Palavecino, los abogados afirmaron que le estaban escuchando sus comunicaciones telefónicas desde el 12 de enero posterior al triple crimen por lo que no podían haberle tomado una testimonial, acto al que fue llevado a cabo por la Policía. “Hay una denuncia por apremios que no tuvo curso”, insistieron. En esa declaración dijo que Jeta (Gerardo M., adolescente imputado en el fuero de Menores por el caso) le contó: “Le dimos con todo a los de Moreno”, pero no les refirió quiénes eran esas personas.

Respecto a la novia de “Teletubi” Delgado, Antonella G., quien admitió conocer a todos los acusados y los relacionó entre sí, los defensores sostuvieron que le tomaron informativa cuando la ubican en la puerta del departamento de Mendoza al 600 donde paraba su pareja. La chica fue a buscar las pertenencias de Teletubi y le secuestraron el teléfono, de cuya agenda sacaron números para intervenir otros móviles y no la dejaron llamar a un abogado. En este punto, pidieron la nulidad del secuestro del celular con lo que apuntaron a que se caigan las pruebas de varias escuchas.

Cargaron contra testimonio del único sobreviviente

Los defensores de los acusados cargaron contra el testimonio de Marcelo “Moki” Suárez, testigo clave porque fue el único sobreviviente del triple crimen donde asesinaron a Jeremías “Jere” Trasante, Claudio “Mono” Suárez y Adrián “Patóm” Rodríguez. Los defensores sostuvieron que a horas del proceso no podía reconocer a nadie y luego habló con su primo, tras lo cual apuntó al “Quemado”. Afirmaron que sin esa declaración, la contraparte “no tiene nada”. Irure sostuvo que Moki habló de tres atacantes en una primera versión y luego nombró cuatro aunque sólo pudo describir a uno, y que al resto dijo que no los podía reconocer, que no hicieron nada, que no hablaron ni tenían armas.

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