En medio de una “disputa de polleras”, a decir de los vecinos, un muchacho de 18 años fue asesinado anteayer, en barrio Triángulo: ocurrió a media tarde, cuando dos muchachas comenzaron a pelearse y sus novios intervinieron. En medio de la disputa uno de los muchachos le disparó al otro en varias ocasiones, dejándolo malherido. El joven fue trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde falleció minutos después de ingresar. Por el caso, al cierre de esta edición, una persona identificada por su sobrenombre era buscada por la Justicia.
De acuerdo con lo que relataron testigos del hecho a El Ciudadano, todo comenzó minutos después de las 18 de anteayer en Curupaytí al 5900, entre Magallanes y Solís, calle que es paralela a Uruguay, hacia el sur. Allí dos vecinas comenzaron una discusión. Una de las muchachas, según esta versión, le reprochaba a la otra una serie hechos de que la tenían de muy mal humor.
El entredicho dio paso a insultos, los insultos a empujones y los empujones a golpes de puño. Fue justo ahí que la pareja de una de las muchachas decidió intervenir. Según vecinos, mientras Mauro Andrés Barraza, de 18 años, procuraba que su novia y su vecina dejaran de agredirse apareció en una moto Chuky, la pareja de la chica restante.
Él no tenía las mismas intenciones que Mauro y, en medio de la disputa, sacó un arma de entre sus ropas y le disparó a Mauro en la pierna izquierda, contaron testigos.
En ese instante las dos mujeres se separaron y el joven baleado quedó tendido en el piso, gritando de dolor, pidiéndole socorro a su novia, para que lo ayudara a resguardarse; algo que nunca pasó, ya que un instante después Chuky volvió a gatillar su arma. Esta vez el plomo atravesó el abdomen de Mauro y le salió por la espalda. Luego de esto, el agresor se subió a su moto Honda Tornado y escapó.
Fuentes de la investigación informaron que el muchacho baleado fue cargado en un Chevrolet Corsa gris oscuro, propiedad de un vecino, en el cual lo trasladaron al Heca.
El joven de 18 años entró a las 18.15 al centro de salud, pero los médicos que lo atendieron no pudieron hacer nada para estabilizar su cuadro clínico y falleció media hora después.
Cuando El Ciudadano entrevistó a testigos del caso, los mismos dejaron entrever que el homicidio estaba relacionado con un problema de polleras; más precisamente con una infidelidad, aunque no establecieron quién era quién.
El caso es investigado por la Unidad Especial de Homicidios Dolosos, a cargo del fiscal Florentino Malaponte durante esta semana, con la colaboración de efectivos de la seccional 19ª de la Unidad Regional II.
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