Últimas

Tras el enigma de una pionera

Estados Unidos apoyará una nueva búsqueda de la aviadora Amelia Earhart.

Estados Unidos acaba de comprometerse a ayudar a resolver el misterio en torno a la pionera de la aviación Amelia Earhart, desaparecida hace 75 años, tras el análisis de una fotografía que mostró que posiblemente se estrelló en una remota isla del Pacífico.

Amelia Earhart (1897-1937), una de las mujeres piloto más importantes de la historia de la aviación estadounidense, desapareció en 1937 a los 39 años mientras intentaba dar la vuelta al mundo.

La aviadora había despegado desde Papúa Nueva Guinea en el marco de su vuelta al mundo por el Ecuador, la ruta más larga.

Jamás se volvió a saber de ella y de su copiloto Fred Noonan, pese a una amplia búsqueda lanzada por Estados Unidos, que perdía a una celebridad nacional en las postrimerías de la Gran Depresión económica.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, describió esta semana a Earhart como una heroína nacional y ofreció apoyo moral a una próxima expedición que intentará dar con los restos del avión Lockheed Electra en el que cumplía su raíd.

“Amelia Earhart fue una heroína inesperada para una nación con mala fortuna, pero ella encarnó el espíritu estadounidense que crecía y tenía cada vez más confianza, listo para liderar en un mundo bastante incierto y peligroso. Ella dio esperanza a la gente y la inspiró a soñar en grande y en forma más osada”, dijo Clinton.

“Cuando ella despegó en su viaje histórico cargaba con las aspiraciones de todo un país”, añadió.

Clinton habló en una ceremonia en el Departamento de Estado junto a la canciller de Kiribati, Tessie Lambourne, que comprometió la ayuda de este extendido archipiélago en el Pacífico.

Aficionados a la aviación del Grupo Internacional para la Recuperación de Aviones Históricos dijeron que planean una misión submarina en julio, luego de hallar una fotografía clave de la isla de Nikumaroro, una de las que conforman la república de Kiribati, en la Micronesia.

Ric Gillespie, director ejecutivo del grupo, dijo que encontró la imagen tomada en 1937 por una expedición británica –sin vínculos con Earhart– que buscaba una isla deshabitada para un posible asentamiento.

En esa fotografía, según explicó, se aprecia una “mancha” que, en un análisis más detallado, le hace creer que se trata del tren de aterrizaje del Electra.

De acuerdo con Gillespie la evidencia es “llamativa, pero circunstancial” y prometió revisar toda la zona en torno a Nikumaroro.

“Hay personas muy inteligentes que piensan que estamos equivocados, pero también hay otras muy inteligentes que creen que estamos en lo cierto”, dijo Gillespie.

El siguiente misterio a resolver es si Earhart y Noonan murieron en el acto o –como han imaginado generaciones de historiadores– vivieron el resto de sus vidas como náufragos.

No es ésta la primera pista en torno a Earhart. El grupo de Gillespie anunció antes que había hallado restos óseos en Nikumaroro, pero un laboratorio no pudo establecer si eran realmente humanos.

Robert Ballard, el oceanógrafo que descubrió los restos del Titanic en 1985, ofreció su apoyo, aunque agregó que hace tiempo que piensa que es casi imposible hallar los restos del avión.

Ballard, que también encontró dos navíos de la Segunda Guerra Mundial, el USS Yorktown y el alemán Bismarck, dijo que la zona en la que se estrelló Earhart es mucho más amplia que en las que trabajó anteriormente.

“Si alguna vez se quiere un caso que sea ubicar una aguja en un pajar, éste está al tope de la lista en lo que concierne a la exploración submarina profunda”, dijo.

El gobierno de Estados Unidos ofreció ayuda en el análisis de fotografías y en las negociaciones con Kiribati, pero la búsqueda se realiza con fondos privados, explicaron funcionarios.

Kurt Campbell, secretario de Estado adjunto para Asia Oriental y el Pacífico, que se interesó en el caso tras visitar Kiribati, dijo que el Departamento de Estado es optimista, aunque no se engaña.

“Estados Unidos alienta, espera, pero francamente no sabemos”, dijo Campbell.

“Ha sido uno de los grandes misterios durante 75 años, probablemente el último gran misterio sin resolver del siglo XX”, concluyó.

Comentarios