Espectáculos

Trágica historia de un psiquiatra en apuros

Soledad Silveyra habla de "Humores que matan", la comedia de Woody Allen que protagoniza junto a María del Carmen Valenzuela, que subirá a escena el sábado en El Auditorio Fundación.


silveyranota

Por Miguel Passarini

La métrica del humor norteamericano encontró en el actor, director, escritor y músico Woody Allen a un referente que, dentro de su impronta, trazó un camino singularizado por la ironía, cierta fatalidad doméstica y un verosímil irresistible sobre aquello que parece imposible que suceda.
En ese tránsito, el autor de films como Annie Hall, Hanna y sus hermanas o Medianoche en París, publicó hace algunos años Adulterios. Tres comedias en un acto (Three One-Act Plays), de donde se desprende Humores que matan (Central Park West, en el original), la trágica historia de una psiquiatra en apuros que no puede aplicar sus conocimientos a sus propios pesares, que en versión de Fernando Masllorens y Federico González Del Pino, y con las actuaciones de Soledad Silveyra y María Valenzuela, se conocerá esta noche, a las 21, en el Auditorio Fundación Astengo (Mitre 754), en el marco de una profusa gira nacional.
Con un elenco que completan Edgardo Moreira, Gonzalo Urtizberea y Juana Schindler, bajo la dirección de Luis Romero, esta comedia, versionada en las principales capitales teatrales del mundo (España, Londres, Nueva York, entre otras), transcurre en Manhattan (dónde si no), en un departamento del Central Park West, donde una exitosa e insoportable médica psiquiatra (Silveyra) acaba de ser abandonada por su marido, quien la dejó por otra mujer.
“Lo maravilloso que tiene Woody Allen es el modo en el que construye las frases; entonces, recrear sus textos implica poder hacer humor sin tener que apelar absolutamente a nada más que a sus palabras, a su fina ironía, aunque eso debe estar dentro del «timing», es decir ese tiempo justo para que el efecto de aquello que se dice sea el correcto, junto con las pausas anteriores o posteriores. Ese mundo de palabras es, al mismo tiempo, maravilloso e intrincado y dentro del cual todos los días, con cada una de las funciones, descubrimos algo nuevo”, adelantó a El Ciudadano la actriz Soledad Silveyra, quien se mostró feliz por estar recorriendo el país con esta comedia, en un año en el que eligió correrse de la televisión (ver aparte).
“Venimos haciendo una gira con la que recorrimos todo el noroeste y con la que seguimos recorriendo el país siempre a sala llena. Y en lo personal, estoy absolutamente sorprendida con la reacción de la gente, quizás por el prejuicio que muchas veces tenemos que la gente tierra adentro del país pueda ser un poco más ingenua, pero nos hemos llevado una gran sorpresa porque la conexión con la obra es inmediata, es una maravilla”, detalló la actriz que prepara el estreno del unipersonal Nada del amor me produce envidia, de Santiago Loza, con dirección de Alejandro Tantanian (ver aparte).
Con el estilo inconfundible de Woody Allen, Humores que matan enlaza una serie de situaciones límite que descubre los más oscuros secretos de un grupo de seres humanos inmersos en apariencias, mentiras, amores y traiciones.
“Mi personaje es el de una psiquiatra que puede entender y resolver todo aquello que le pasa a los demás, en ese sentido, es absolutamente mordaz; ella puede resolver todos los problemas menos los propios, es una mujer absolutamente ciega que no puede ver más allá de la patología de sus pacientes, y en medio de esta ceguera, en una hora y media, descubre una enorme cantidad de cosas que si bien no son muy agradables, Woody las vuelve agradables, y donde ella, de alguna manera, acepta esa realidad más allá de lo dolorosa que le resulta. La clave de esta obra está en que los espectadores son testigos de cómo se transforma radicalmente la vida de cuatro personas en muy poco tiempo”, adelantó la actriz respecto de esta comedia en la que Allen remeda sus temas favoritos: el amor, el sexo, la traición y la muerte.
Respecto de las siempre presentes experiencias o referencias personales dentro de su obra, muchos sostienen que la crisis matrimonial (de ribetes escandalosos) desatada a comienzos de los años 90 entre Allen y su por entonces esposa, la actriz Mia Farrow, cuando el autor hizo público su romance con su hija adoptiva Soon-Yi que, como el personaje de la obra también tiene 21 años, aparece en Humores que matan. “Esta obra está dentro de un libro que se llama Adulterios, que incluye tres obras, y una de ellas es Central Park West, que en el país estrenó como director Oscar Martínez, y en la que claramente Woody Allen toma elementos de su vida personal y los recrea con el ingenio y la ironía que lo caracteriza”.

La costurera que ‘dio el mal paso’

En medio de este año dedicado exclusivamente al teatro, la actriz prepara, entre otros proyectos, el estreno del unipersonal Nada del amor me produce envidia, de Santiago Loza, que ya conoció una estupenda versión anterior protagonizada por la actriz y cantante María Merlino, que en el caso de Sylveira contará con la dirección de Alejandro Tantanian. El espectáculo se presentará sólo los lunes en el porteño teatro Maipo, con estreno previsto para el 17 de junio y, al mismo tiempo, Sylveira continuará con la gira nacional de Humores que matan. “Es un texto de una enorme belleza y profunda sensibilidad, que en este caso estará más enfocado desde el lado de lo teatral. Es la historia imaginaria de una costurera que en los años 50 recibe el encargo de un vestido de parte de (la actriz y cantante) Libertad Lamarque, y mientras lo confecciona llega a su taller Eva Perón y quiere ese mismo vestido, entonces ella debe decidir a cuál de las dos se lo entrega, lo que la lleva a tomar una decisión trágica”.

Lejos de la tevé

Respecto de una serie de situaciones que debió atravesar en las últimas semanas con relación a una suerte de debate entre actores y “mediáticos”, la actriz se limitó a decir que la televisión está “muy rara, y por eso he preferido hacer un año de teatro”. “Creo que hay cosas –continuó– con las que no hay que meterse; ya contesté lo que sentí que debía contestar, y creo que lo hice correctamente, por eso estoy tranquila conmigo. Pero sí siento que los que estamos en los medios de comunicación tenemos que cuidar mucho el vocabulario, la forma de decir las cosas; tiene que primar la educación, la humildad y la belleza de lo que se dice porque ya estoy harta de las palabras procaces”.

Comentarios

10