Ciudad

Buscan frenar tomas de tierras en la región

El gremio exige al Estado provincial un terreno similar para continuar un plan de viviendas para sus afiliados.


En el marco del agravamiento de la tensión social en Villa Gobernador Gálvez con las toma de tierras, uno de los mayores sindicatos de la provincia, la Unión del Personal Civil de la Nación –uno de los dos gremios de trabajadores estatales– salió a exponer nuevamente su reclamo por la ocupación que desde enero sostiene un grupo de familias en el predio de bulevar Avellaneda al 4300. Si bien el número de familias había bajado tras la intervención municipal en febrero, la falta de respuesta estatal hizo que muchas regresaran y además comenzaran a construir viviendas de material en las 5 hectáreas del sudoeste rosarino que UPCN adquirió con el fin de llevar adelante un plan habitacional para sus afiliados. Mientras el municipio y el sindicato esperan una resolución de la Justicia para que determine los pasos a seguir, no se han registrado altercados entre los vecinos de Vía Honda y las 200 familias del predio, ni hechos de violencia entre los ocupantes. Pero el problema lleva cinco meses sin resolución: “El terreno ya está ocupado. El Estado provincial o municipal deberá resarcir al gremio con otro terreno de similares dimensiones”, reclamó ahora Néstor Audero, delegado zonal UPCN.

Cuando los episodios en Villa Gobernador Gálvez volvieron a poner en tapa de los diarios un nuevo conflicto por toma de tierras, también con derivación a la Justicia provincial, UPCN salió a decir lo suyo. Audero se mostró preocupado por la situación en Avellaneda al 4300, donde el sindicato es propietario de 2 de las 5 hectáreas en conflicto. Según dio a El Ciudadano, desde finales de febrero se sumaron paulatinamente más familias hasta llegar a más de 200 sobre cercanas a calle Ameghino y Alsina.

El lugar había sido elegido hace 5 años por el UPCN para construcción de vivienda destinado a sus afiliados. En total, se proyectaron 135 viviendas de las cuales por el momento sólo se encuentran avanzadas las obras para 23. Tras la toma en la que trabajaron la Municipalidad y la provincia para desactivarla, el sindicato colocó un cerco perimetral alrededor de la construcción. Pero en los próximos meses, el plan de viviendas llegaría a etapa de entrega a los 23 afiliados que resulten adjudicados, y sobre el resto del terreno, todavía hay 1,5 hectárea que está siendo ocupada por un gran grupo de familias.

“Son 115 viviendas que faltan hacer allí pero las personas que lo ocuparon ya levantaron construcciones de material con instalación de luz y todo”, explicó el gremialista.

El “censo”

Pedro García es vecino de Vía Honda, limitado por la bulevar Avellenda. Él tiene palco preferencial a la instalación de las casillas y construcciones con material que desde principio de marzo empezaron a progresar sobre el extremo sudoeste de la ciudad. “La gente no miente. La necesidad de vivienda estaba y no tuvo respuesta. El «censo» y las reuniones no sirvieron para nada. Lo bueno es que no hay problemas entre los vecinos todavía”, cuenta desde su moto roja a metros de una rudimentaria vivienda. Al costado, una pila de escombros prolijamente separados espera arena para convertirse en una estructura más resistente que alojará a una familia de 6 que no tiene otro lugar donde vivir. El “censo” al que se refiere Pedro es el relevamiento de situación que lanzó el municipio tras varias reuniones con los referentes de las 500 familias que durante febrero demarcaron las 5 hectáreas del predio. El mismo se detuvo el mes pasado cuando un grupo minoritario volvió a ocupar el predio y dejó el relevamiento de situación en un 80 por ciento completo. Con el paso de los días, el predio recibió más nuevos vecinos que se encargaron de delimitar, levantar casillas, instalar conexiones eléctricas y hasta montar un pequeño horno de barro. Los espacios para cada familia dejan pequeñas calles que llevan hasta la cancha de fútbol de 11, en el corazón del predio, que es utilizada todos los fines de semana. “Eso no se toca”, indica un vecino al señalar la cancha de polvo donde nadie ha delimitado con cercas, hilos o sillas un cuadrado imaginario.

En palabras de la actual subsecretaria general del municipio, Lorena Carbajal, la situación del espacio en disputa “está tranquila”. Según aseguró David Sánchez, titular de Control Urbano del municipio, el predio es cuidado de forma constante por personal de esa repartición, que posee durante los últimos días un recorrido fijo entre la inmediación de avenida Circunvalación y Uriburu, y Circunvalación y Avellaneda.

“Hay cierta paz entre los vecinos del barrio y los ocupantes. Se relevó un 80 por ciento de las situaciones familiares. No se pudo continuar porque el acuerdo era que se iba a hacer con la condición de que la tierra quedara liberada”, detalló la funcionaria. Municipio y gremio esperan la decisión de la Justicia santafesina sobre el pedido de desalojo que ingresara en marzo a Tribunales y, según confirmaron fuentes judiciales, fue devuelto desde la Cámara de Apelaciones para rever el fallo que no dio lugar al pedido.

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