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Toda la carne al asador en la puja de precios y salarios

La presidenta ciñó las subas a los cortes vacunos, y cargó contra productores y medios. Moyano se atajó.

En línea con lo que desde la víspera y horas antes habían sostenido sus funcionarios de primera línea, la presidenta Cristina Fernández negó ayer que exista una suba generalizada de precios y en cambio circunscribió las alzas a los cortes de carne vacunos, con lo que de paso acusó a los grandes medios de comunicación de desatar una alarma injustificada y cuestionó a los productores pecuarios por retener ganado aprovechando las lluvias de los últimos días para obtener ganancias superiores. Así, la jefa del Estado no sólo salió a contrarrestar las advertencias sobre un rebrote inflacionario cursadas por la oposición y algunos economistas sino también los reclamos de mejoras salariales superiores al 20 por ciento para este año que ya adelantaron varios gremios y que, según la óptica económica ortodoxa, realimentarían el proceso alcista. De hecho, el líder de la CGT, Hugo Moyano, marcó la cancha con vistas al inminente inicio de las paritarias 2010 al considerar que “nadie puede negar” que haya inflación. Y de esta manera, respondió las interpretaciones de “reacomodamiento de precios” con las que desde el Ejecutivo buscan evitar que se instale la idea de una disparada global de los valores al mostrador.

“Es cierto, la carne ha aumentado y ha aumentado mucho, como también el precio que reciben los productores. Se están cobrando precios en sus campos como nunca lo habían cobrado en muchísimo tiempo”, dijo en la tarde de ayer la presidenta durante un acto que encabezó en la localidad bonaerense de Ituzaingó.

“Durante el año 2008 éramos los que injustamente impedíamos que los productores rurales tuvieran un buen precio para sus productos. La verdad que nadie quiere que un productor, un empresario o un comerciante pierda”, prosiguió la jefa del Estado. Y enseguida lanzó otro dardo: “Tenemos que saber cuándo nos venden armadito, empaquetado y con moño de celofán muchas cosas desde los medios, qué intereses o qué cosas perciben”.

Pero la embestida presidencial tuvo también otros blancos. Numerosos gremios ya salieron a reclamar aumentos de sueldos que promedian el 25 por ciento para 2010, y el propio secretario general de la CGT, Moyano, había alertado que la central obrera reclamaría mejoras en los bolsillos de los trabajadores “con los precios del supermercado, y no los del Indec”.

Moyano advirtió ayer, también, que la inflación es “una realidad que nadie puede negar” y que habría que ajustar los sueldos en relación con el movimiento de los precios. Fue en respuesta a funcionarios como el ministro de Economía, Amado Boudou, para quien sólo se está dando un “reacomodamiento de precios” relativos en pocos productos.

Para terminar de afianzar el debate, el Indec dará a conocer hoy el índice de precios minoristas de enero pasado, con lo que se espera una profundización del debate si la brecha entre la cifra oficial y la que adelantaron consultoras privadas –más del 2 por ciento– es significativa.

Ayer, desde la oposición arremetieron contra el discurso oficialista. Por caso, cuenta el del diputado por la UCR Miguel Ángel Giubergia: “Amado Boudou y (el jefe de Gabinete) Aníbal Fernández nos quieren hacer creer el cuento del país de las maravillas; les recomiendo ir a hacer las compras”, espetó el legislador, vicepresidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja.

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