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Tiene 71 años, es maratonista, y piensa correr hasta los 90

Por Santiago Baraldi. Susana Sarco empezó a trotar a los 59 años. Y vive cosechando medallas en todas partes del mundo.


Foto de Marcelo Masuelli

Comenzó tarde para llegar primera. Susana Marta Sarco, a los 71 años, sigue acumulando medallas en su especialidad, el maratón; es su ADN de origen griego. Menuda, jovial, e inquieta, la mujer tenía la pasión por correr oculta y recién a los 59 se anotó en la clásica competencia que organiza Canal 5. Desde entonces no paró más, hasta obtener en 2011 la medalla de oro en la categoría veteranos en Pasadena, Estados Unidos, y viene de obtener dos medallas de oro en Asunción del Paraguay, al conseguir el primer puesto en 10 mil metros pista y Cross Country para veteranos. Su próxima competencia serán los Sudamericanos de Arequipa, Perú, para los que ya se está preparando. Con una exigua ayuda del Estado, Sarco se entrena corriendo junto al río, mientras junto a su marido atienden su taller, donde confeccionan cortinas, toldos, fundas y cubrecamas desde hace 39 años. “Yo digo que voy a correr hasta los 90 porque me siento bien, no hay más secretos que proponérselo. Siempre me gustó el deporte, de chica jugaba al básquet y hacía gimnasia artística en Caova, pero recién a los 59 me anoté, sin entrenarme, en el maratón de Canal 5 y finalicé cuarta”, recuerda.

Susana habla pausado y sonríe, no aparenta la edad que dice su documento porque “sentirse bien no tiene que ver con el almanaque, todo es mental, me olvido de la edad que tengo; pienso que cada uno tiene que hacer lo que uno siente, tanto en el cuerpo como con la mente, entonces, yo avanzo”, agrega mientras afirma que no tiene ninguna dieta especial de comidas: “nada de frituras, mucha fruta, bife de hígado y tampoco me privo de mi cervecita a la noche; el tema es hacer todo en su justa medida, nada de excesos.”

No tuvo maestros ni profesores que le enseñaran a correr, fue aprendiendo por experiencia y por lo que conversaba con otros competidores. Así fue como Susana obtuvo primero record rosarino y luego nacional, ganando competencias como las maratones que organizaron Quilmes, Canal 5, Banco Bisel, Gimnasia y Esgrima, San Cristóbal, Sonder o Día dela Bandera; para conseguir además primeros puestos en los nacionales disputados en San Luis —este año— o en Mar del Plata,La Plata, Buenos Aires,La Pampa, Puerto Madryn, Tucumán, Córdoba, donde fue alcanzando otros rcord.

Su primera participación internacional fue en Cuba, en 1995, donde obtuvo los primeros premios en 800, 1.500 y5.000 metrosllanos; fue campeona sudamericana entre el 2000, 2002 y 2004 en Mar del Plata, Montevideo y Porto Alegre; participó en el Mundial de San Sebastián, España, en 2005.

“En los sudamericanos se corre medio maratón,21 kilómetros, y en los mundiales los 42. En España me acalambré y no me dejaban seguir, en el 2007, se disputó el Mundial en Riccione, Italia, con 42º grados de calor, el pavimento estaba a 50º; se me ampollaron los pies y terminé corriendo con los talones, no quería abandonar, quería llegar. Finalmente, entramos al estadio y escucho que dicen «ahí llegan las diez mejores del mundo» y yo estaba ahí, una mujer china que venía a mi lado, me alentaba, no le entendía pero me alentaba….y terminé octava, con las zapatillas ensangrentadas, marqué récord sudamericano”, siguió Sarco, que es madre de dos hijos y tiene un nieto.

Por falta de apoyo, Susana hace malabares para poder costearse los viajes, golpea puertas y recibe “un puchito dela Muni, otro del Concejo o la provincia que algo consigo, pero nunca es suficiente. Al lugar que compito llego sobre la hora, sin adaptación previa y así se dan muchas ventajas”, explicó la mujer que agradece el apoyo de su familia “que me banca en todas, todavía estoy pagando 800 pesos por mes de tarjeta de mi viaje a Sacramento donde conseguí la medalla de oro”.

Susana Sarco aprovechó para opinar sobre la actuación de los deportistas en los Juegos Olímpicos de Londres y lo difícil que es competir sin apoyo: “Parece que uno va a pedir limosna cuando hay que conseguir espónsor, yo sufría mucho por los chicos que se rompían el alma para llegar. Lo del taekwondista Sebastián Crismanich es un ejemplo de cómo en soledad también se puede. Lloré por la chica de judo, Paula Pareto, que en su primera pelea los jueces se la dieron perdida en fallo polémico”.

A la maratonista le gusta correr junto al río, desde el parque Urquiza hasta la avenida Francia, “todo por la costa, con una vista hermosa, y pasada obligada por las escalinatas del Parque España a las que las hice hablar (se ríe), ¡cómo me ayudaron!,  aunque me recomiendan que no lo haga para cuidar mis rodillas, pero lo hago igual. En Sacramento había que subir cinco puentes y si gané fue porque me preparé subiendo escaleras”, concluyó.

Autodidacta en las pistas

Ser autodidacta le trajo algunos problemas a Susana, como por ejemplo no saber que en las competencias en pista suena una campana para indicar que se ingresa en la última vuelta. En el año 2000 se disputaba el sudamericano en Mar del Plata y obviamente venía liderando la carrera en pista. “Cuando escucho el disparo de largada me lanzo a correr y me transporto, no pienso en nada, me olvido del mundo, solo existen mis piernas. Corría y veía que no me pasaba nadie, las piernas me volaban. En eso escucho la campana y creí que había terminado,…veo que me pasan y siguen corriendo, la gente en las tribunas me gritaba, pero las piernas, en el momento que una se pera, no responden. Desde afuera me alentaban, ‘seguí Susana, seguí’, y cómo poder continuar, las piernas se me entumecieron hasta que una argentina que veía atrás me grita y me alienta. Me pongo detrás de ella y retomo la carrera. Yo la alentaba a ella para que una argentina subiera al podio, porque veía que estaba tercera y finalmente la pasé a ella y saqué la medalla de bronce. Si no me hubiera parado ganaba, incluso, cuando me detuve me iba corriendo para el pasto y me gritaban porque si lo hacía quedaba descalificada. Todo por no conocer el reglamento”.

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