Política

Perfiles de gestión

Tejeda: “Quiero dejar una marca en Santa Fe, de que vinimos a gobernar y a gobernar bien”

"Yo me considero una militante, y la verdad que teniendo esta oportunidad no la pienso desaprovechar", señaló la ministra de Igualdad y Desarrollo Humano designada por el gobernador Maximiliano Pullaro. "Somos un equipo, lo van a poder ver en la gestión", prometió la ex diputada nacional


Victoria Tejeda fue una especie de niña prodigio de la política. A los 8 años empezó a ir al Comité de la mano de su abuela Nelly. A los 18 ya presidía la juventud radical en Coronda. A los 22 ocupó el primer cargo en el gabinete municipal y unos años después asumió como diputada provincial, la más joven hasta ese momento. También fue diputada nacional, candidata a vicegobernadora y ahora se prepara para asumir en el Ministerio de Igualdad y Desarrollo Humano, área clave del gobierno en tiempos de pobreza y marginalidad extremas. “Cuando me lo dijo me largué a llorar”, dijo sobre la designación. De entrada le pidió al gobernador, a quien conoce desde hace más de 15 años por su militancia en la UCR, que incorpore a su ministerio dos áreas que hasta ahora no tenía. Tiene muy claro que el área de niñez será su prioridad, en el marco del amplio abanico de competencias del ministerio que lidera. “Es el desafío más grande de mi vida”, repite Tejeda en el diálogo con El Ciudadano, y se muestra dispuesta a dejar una huella en su gestión.

—¿Cómo surge tu relación con Maximiliano Pullaro y todo su grupo? Porque vos no sos del sur provincial, sos corondina.

—La historia comenzó en el 2011, cuando nosotros ganamos la municipalidad de Coronda después de 30 años de gobiernos peronistas.

—¿Qué cargo ocupabas en ese momento?

—Fui secretaria de Turismo y Producción de la municipalidad. Y antes de eso yo ya era presidenta de la Juventud Radical de Coronda, cuando lo conocí a Cacu (el diputado provincial y futuro secretario general de la Gobernación Juan Cruz Cándido), porque él era el presidente de la Juventud provincial. Yo me fui a estudiar a Rosario, militaba en Rosario también con ellos, y ahí también lo conocimos a Maxi. Cuando arrancamos la gestión municipal nos costó mucho, era una municipalidad fundida, y Maxi ahí era diputado provincial. El primer año empezó a visitarnos y ahí empezamos también a articular más, si bien yo ya lo conocía y veníamos trabajando con todo el equipo, ahí es donde empezó nuestra relación directa de militancia. Y la verdad que él me acompañaba en el departamento. En ese momento yo era presidenta departamental de la Juventud. Imaginate, yo tenía 22 años.

—Sí, sos una especie de niña prodigio de la política, fuiste una de las diputadas provinciales más jóvenes también.

—No digo eso, pero siempre me tocó todo de joven.

—Juan Cruz Cándido te ganó, porque dice que empezó a militar a los 11 años.

—Sí, pero yo fui a un Comité a los 8, así que le gané yo a él. Porque mi abuela fue candidata a concejal en Coronda. Yo tengo el recuerdo que yo tenía una jumper a cuadritos y le decía a mi mamá los martes, que era la reunión del Comité, a las 8 de la noche, le decía “mamá, plánchame la jumper, así me voy con la abuela a la reunión del Comité”. A mí me encantó desde chiquita ir al Comité.

—¿Tenías una familia muy politizada?

—No, vos sabés que solamente mi abuela, que también fue directora de una escuela rural, que levantó. Le hizo comedor, consiguió cargos, es muy querida ella en esa escuela y en ese barrio. Todo el mundo la recuerda como la señora Nelly. Ahí empecé a acompañarla. Ella tuvo siempre mucho trabajo social y es lo que nos ha inculcado a nosotros. Ahí empecé a acompañarla, me empezó a gustar. Recuerdo que me encantaba salir a repartir votos. Desde chica me gustó la participación.

—Sin embargo, tus padres no eran militantes.

—No, incluso mi mamá en esos momentos era filo-peronista. Ahora ya no.

—Vos siempre lo tuviste claro.

—Mi hija se llama Alfonsina.

—Me imagino por qué.

—Claramente, por Raúl.

—Y tu abuela radical, obviamente.

—Sí, ella fue una sola vez candidata a concejal, y por esa dichosa ley de lemas por 20 votos no fue concejal. Ella siguió participando en el Comité, abrió caminos y nosotros continuamos. Ella es la madre de mi papá, vive, y me va a acompañar el domingo en la jura.

—Con todo lo que conocés a Pullaro, desde aquella época de militancia territorial, cuando llegaba a Coronda con sus recorridas, ¿creés que siempre supo dónde quería llegar?

—Desde el primer momento él debe haber tenido claro lo que quería. Él siempre tuvo claro el norte. Para mí Maxi es un hermano, yo lo respeto, lo aprecio, lo valoro, es una persona recontragenerosa, y es mi amigo. Incluso hace muy poquito en una reunión que mantuvimos ya pensando en el Ejecutivo yo le pregunté “¿vos te imaginaste alguna vez que ibas a ser el gobernador?”, porque tenía esa pregunta dándome vueltas. Y me dijo “sí, pero no pensé que iba a ser tan pronto”.

Lo que yo creo que realmente nos diferencia es que realmente somos un equipo. Lo van a poder ver en la gestión. Hay una mirada y un trabajo, no hay individualismos. Hay equipo. Entendemos que nuestro referente es Maxi y el que tiene que lucirse es el gobernador, pero todo apuntando a eso. Ya lo vas a ver en la gestión.

—¿Te sorprendió que te designara en ese lugar específico?

—Sí, no lo habíamos conversado nunca. Yo renuncié este martes que pasó al Congreso pero la verdad me sorprendió y me siento con mucha responsabilidad y mucho compromiso. Y pienso dejar la vida. El otro día en la reunión interministerial, cuando él hablaba y decía que iba a dejar la vida, que esto es 24/7, que tenemos que ser austeros, las personas que van a estar conmigo en el Ministerio se empezaron a reír y me mandaban mensajes: “Tal cual lo que nos dijiste vos”. “Y sí, tengo la escuelita de Maxi”, les dije.

—Son un grupo de militantes que se hicieron después del 2001, vivieron la etapa más dura del radicalismo.

—Yo más o menos me sumé bien como militante al partido en 2003, 2004, y ahí empecé a entender, porque si bien iba de chiquita al Comité iba a acompañar. Y sí, ser radical en el 2003, 2004, no era fácil, pero valió la pena.

—¿Considerás que es un premio a la perseverancia y a la militancia lo que les está pasando?

—Yo creo que hay mucha gente que ha militado mucho tiempo, ha trabajado, ha tenido entrega y no ha tenido esta oportunidad, por eso yo pienso dejar todo. Aparte es el desafío más grande que me ha tocado hasta ahora. Es el desafío más grande de mi vida y pienso dejar todo por eso. Como militante me sumé porque no estaba conforme con la realidad, miraba para costado y no me gustaba cómo estaba el vecino. Y eso fue lo que me movilizó y al día de hoy me moviliza. Yo me considero una militante. Y la verdad que teniendo esta oportunidad no la pienso desaprovechar. Yo quiero dejar una marca en Santa Fe, de que vinimos a gobernar y a gobernar bien.

—¿La sorpresa en la designación tiene que ver con que vos considerabas que te podía contar para otra área?

—Me sorprende que haya pensado en mí. Si bien somos un equipo, me sorprendió porque no pensé que me iba a tocar un lugar así. Pasada la interna, yo fui candidata a senadora, contra el actual senador, y la verdad que me sacó 2000 votos, muy poca la diferencia, pero ese mismo domingo me quedé el Comité, porque había mucha gente, y no pude viajar a Rosario. Me quedé con las ganas de darle un abrazo. Así que el lunes, temprano, le pedí a mi hija que me acompañe y nos fuimos a Rosario, le fui a dar el abrazo que tenía pendiente y ahí me dijo “Vicky, si todo sale bien quiero que te vengas conmigo al Ejecutivo”. Ir al Ejecutivo con él podía ser cualquier cosa. Y yo no tenía ningún problema, lo que quería es ser parte. Nunca me imaginé que me iba a honrar con esta oportunidad. Yo me siento muy honrada. Incluso cuando él me lo dijo yo me largué a llorar, por la emoción de que realmente me haya tenido en cuenta. Por eso pienso dejar todo.

—Es un área donde se necesita una sensibilidad especial.

—Sí, y hay que humanizar más la política también. El día de la reunión interministerial, cuando nos pidieron que digamos unas palabras, mi planteo fue ese, humanizar la política. Y nosotros somos el Estado. Yo lo que veo en algunas reuniones que mantuvimos en la transición es que el gobierno provincial pasó a ser una serie de compartimentos estancos. No hay relación, no hay políticas transversales. Si hay un problema, por ejemplo, con niñez, y también tiene que ver con salud mental, se patean el problema. Es de niñez, es de salud mental, y no es un problema, es un niño o una niña, y hay que abordarlo al tema. Y así con un montón de otras situaciones que nos hemos enterado. El planteo que les hice a los funcionarios de mi ministerio, pero también de todo el gobierno provincial, es que nosotros somos el Estado. Si hay alguien de mi área que está en niñez, y vienen y hacen un planteo de discapacidad. Les dije que ni se les ocurra contestar “yo soy de niñez, no de discapacidad”. La orden fue: “Deme señora su número de teléfono, nosotros lo contactamos y buscamos solucionar el problema”. Nosotros somos el Estado. Esto es lo que tenemos que hacer. El Estado tiene que volver a estar presente. En toda la provincia, en los barrios, en los pequeños pueblos y en las grandes ciudades.

—Sé que recibiste un informe de la gestión anterior en tu cartera. ¿Qué creés que se está haciendo mal y que habría que cambiar con urgencia?

—El informe no fue tan informe. Cuando me puse a leer lo que me pasaron me dieron decretos hasta del 94. La verdad es que no quiero opinar de eso, porque claramente la gente votó un cambio. Si querés te puedo contar lo que tenemos pensado, que obviamente va a depender lo que nos encontremos.

—¿Cuál va a ser tu prioridad en la gestión? 

—Nuestra prioridad en la gestión va a ser niñez. Creo que es necesario reforzar la articulación y poner a funcionar nuevamente el sistema. Nosotros tenemos que garantizar nuevamente el sistema integral de derechos de niños y niñas, que hoy no se está garantizando. Hay medidas excepcionales que hay que tomar y no se toman. El paradigma hoy te dice que la última medida es institucionalizar. Bueno, eso ya ni siquiera se hace, porque no se pudo articular con las instituciones para que encontremos espacios adecuados para niños y niñas. Y eso corre un riesgo también. Imaginate lo que es no tomar una medida excepcional por eso. El riesgo que conlleva que un niño o una niña quede en un lugar donde tenés las pruebas de que hay que retirarlo. Y después es necesario poner a funcionar el Ruaga (Registro Único Provincial de Aspirantes a Guarda con fines Adoptivos), que si bien no va a depender de mi ministerio, nosotros ya estuvimos reunidos con quien va a ser el secretario de Justicia. Nosotros tenemos que poner a funcionar lo que no funciona. La propia gestión actual en niñez nos decía: “A nosotros nos costó articular mucho con salud mental”. Yo me quedé medio tildada. Y les pregunté: “¿No es parte de su gestión?”. “Sí –me dijeron- pero es otro ministerio”.

—¿Por qué estableciste la prioridad en niñez?

—Porque es la base de nuestra sociedad. Tenemos que arrancar ahí y fortalecer las herramientas que hoy no tiene niñez para que después evitemos futuros problemas. Y para que además tengamos una sociedad más justa. Si nosotros arrancamos garantizando derechos a niños y niñas seguramente tendrá una adolescencia un poquito mejor, podrá estudiar, podrá trabajar, o podrá hacer lo que quiera de su vida, pero podrá elegir. Creo que el gran desafío es generar oportunidades. Y las oportunidades van a surgir de la transversalidad de las políticas públicas que podamos desarrollar en todo el gobierno, pero puntualmente en nuestro ministerio. Porque también pedí que la Dirección de Juventudes venga a mi ministerio. Yo tengo niñez, tengo personas con discapacidad, tengo personas mayores, tengo comunidades originarias, tengo Aprecod (Agencia de Prevención de Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones), tengo Género… bueno, que venga juventud. Estamos hablando de políticas sociales. Tengo también el Plan Abre, tengo Deportes, son políticas sociales que tienen que estar pensadas con un trabajo transversal. Y esa es la mirada con respecto al desafío que tenemos que abordar.

Discapacidad también estaba en Salud, y lo pedí para mi área. Ese también es el viejo paradigma. Discapacidad no es una enfermedad. Discapacidad hay que pensarla con el mismo planteo: la transversalidad de las políticas sociales. Lo de Juventud también, y también Género. El presupuesto termina siendo otro, porque tenemos que sumar todas estas áreas que se encuentran hoy en otros ministerios.

—Debés ser una de las pocas funcionarias que asume y pide más trabajo (risas).

—Lo que pasa que si no, no termina siendo lo que tiene que ser. Y la verdad yo soy militante. Yo vengo a dejar una marca, no de Victoria Tejeda. Del gobierno de Maximiliano Pullaro. Eso es lo que anhelo. Deseo que dentro de cuatro años, cuando miremos para atrás y veamos la foto de este 10 de diciembre digamos que pudimos dejar cambios en Santa Fe. Yo amo la política, amo lo que hago y siento que soy una privilegiada por hacer lo que me gusta, a mi edad. Por eso pienso dejar todo para eso.

—¿Pensás que el triunfo de Milei puede complicar algunos planes dentro del gobierno santafesino?

—No tenemos certeza todavía. Son todos trascendidos. Por lo que hemos leído, habrá un gran ministerio que va a tomar educación, políticas sociales, pero todavía no tenemos certezas. Y la verdad es que Santa Fe votó un cambio a nivel provincial y a nivel nacional. Espero que este cambio no nos perjudique como santafesinos.

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