Por Miguel Passarini
La cotidianidad real de ciertos vínculos adquiere un carácter ficcional cuando eso que es verdadero se transforma en un vínculo recreado. De hecho, la recreación y la repetición, variables propias del teatro, pueden transformar, de inmediato, esa realidad en ficción, independientemente del origen del relato y de los personajes.
Partiendo de la búsqueda de un nuevo sentido para lo ficcional cuyo abordaje implicaba un alto riesgo en términos de pensar que, en muchos casos, los involucrados serían ajenos al campo de lo teatral, la directora e investigadora porteña Vivi Tellas creó en 2001 el Proyecto Biodrama, un vergel si se tiene en cuenta que el origen de la ficción estaría atado a las historias de personas reales, vivas, y no necesariamente trascendentes o conocidas.
“La intimidad es el centro de mi trabajo. Busco la teatralidad fuera del teatro, en zonas inestables como el espacio íntimo, donde la inocencia puede aparecer”, escribe Vivi Tellas acerca de un proceso tan rico como inagotable, que a fines del año pasado la trajo a Rosario para, luego de más de un año de trabajo, estrenar esta noche Aire de familia, un proyecto que agrupa siete biodramas coordinados por Tellas que, con tres funciones, desde hoy hasta el domingo, a partir de las 20, con entradas limitadas, se presentará en el Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río).
“Biodrama surge cuando fui convocada en 2001 para dirigir el Teatro Sarmiento (perteneciente al Complejo Teatral de la Ciudad de Buenos Aires, cargo que ocupó hasta 2009). Inventé ese proyecto como algo experimental para un teatro público en Buenos Aires, pensando un poco en el mosaico de personas y las experiencias que podríamos llevar adelante. Empezó con una serie de invitaciones a directores de teatro que pudiesen elegir a una persona viva para poder tener y potenciar esa relación de primera mano, lo que marcaba, a priori, una diferencia con la biografía, que por lo general se trata de personas muertas”, expresó Tellas en diálogo con El Ciudadano.
“El biodrama es la convivencia de la biografía con el drama, se conjugan estas dos ideas; en un principio, se parte de la historia de una persona viva a la que se le da una forma escénica con la poética de cada artista. En mi proceso personal, con el tiempo, la cosa se volvió un poco más extrema y entonces empecé a trabajar con no actores, como pasa con el proyecto rosarino, que de algún modo se emparienta con Mi mamá y mi tía, uno de mis primeros trabajos con esa impronta”, agregó la directora quien tiene en su haber una docena de obras documentales que van por ese camino, como Tres filósofos con bigotes, a cargo de tres filósofos de la UBA, o Mujeres guía, con tres mujeres que hacen visitas guiadas.
Respecto de esta idea que la trajo a Rosario con la intención de “contagiar este concepto de trabajar con la familia”, la directora expresó acerca del riesgo que implica este tipo de procesos: “Es muy arriesgado todo, y en este caso, que surge de una valiosa convocatoria del teatro La Comedia y el Parque de España en forma conjunta, me interesó el hecho de trabajar sobre este modelo de la familia; por lo tanto los directores trabajaron en escena con sus padres, hermanos u otros familiares que no son actores, y allí radica el riesgo”.
Con relación a cuánto de verdad o de mentira se establece en los vínculos familiares, donde, en muchos casos, la actuación puede volverse un “recurso”, la directora analizó: “Trabajamos sobre la teatralidad y las ficciones que se establecen dentro de las familias; y por otro lado están los relatos, porque en todas las familias hay un personaje que cuenta siempre lo mismo, un narrador que lleva adelante ese proceso de la repetición que es tan propio del teatro, frente a lo cual el resto de los integrantes de esa familia ríen o lloran en el mismo lugar. Por eso, en este proceso, indagamos en esa variable y también en las versiones que se instalan sobre un mismo hecho que, como la repetición, también es una variable del teatro. Pareciera que con estas cuestiones de familia nadie sabe realmente qué pasó, y de algún modo se reconstruye el hecho; inevitablemente, allí se ingresa en la ficción”.
En otro momento de la charla, la directora dijo que en la búsqueda por indagar en lo familiar se expresa cierta cuestión de resignación: “La familia aparece como ese grupo de pertenencia que te toca en suerte, no es algo elegido; no nos queda más remedio que avanzar por la vida con esa familia que nos ha tocado, algo que se puede volver muy pesado. Y también entra a jugar cierta cuestión de las dobles vidas, porque hay personas que son de un modo dentro de la familia y de otro por fuera, y eso también implica la construcción de una cierta ficción; dentro de la familia también suele haber mentira y hay otro ingrediente que para mí es muy interesante y es que, por lo general, la familia da cierta vergüenza, uno quiere ser distinto a esa familia que, cuando aparece, queda revelado nuestro origen”.
Finalmente, la directora dijo que a través de Aire de familia se ponen en juego cuestiones intensas de los vínculos familiares: “Es un ejercicio que, como artistas, nos permite preguntarnos un poco acerca de quiénes somos y de dónde venimos. En este proyecto de Rosario todos buscamos en un principio acerca de un teatro rosarino, algo propio, y creo que logramos contar parte de la historia de Rosario en escena; hay mucho de la historia de la ciudad contada en estos fragmentos. Es realmente un paisaje muy intenso y muy propio, también muy vivo y muy real, más allá de que considero que todo aquello que uno pone en escena, al segundo, se transforma en ficción”.
Siete historias reales
Aire de familia, proyecto que cuenta con la asistencia de Paula Fernández Besso y Federico Tomé, bajo la dirección artística de Vivi Tellas, está integrado por los biodramas “El día que murió mi madre”, con Paola Postiglione y Brunella Margutti, y dirección de Gustavo Postiglione; “Mi mamá modelo”, con Elena Caserio y dirección de Diego Ullúa; “Figurita de goleador”, con Daniel Núñez, dirección de José Pierini y asistencia de Nicolás Valentini; “Mi mamá y Cocó…¿su mejor amiga?”, con Celia Catena y Mercedes Melano, con dirección de María Celia Ferrero; “Acto relámpago”, con Domingo Scaglione, dirección de Tania Scaglione y video de Maia Ferro; “Al fin Alfino”, con Cecilia Gallino y Cristina Carozza, también directora, y “Mi papá”, con Héctor Manaker y dirección de Paula Manaker.
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