Ciudad

Tarea para los chicos

Por Laura Hintze.- Una de las actividades del Foro de Desarrollo Sustentable fue una mesa de discusión “Construyendo sobre las nuevas generaciones”.


Pensar un mundo para vivir donde el eje sea la conexión y relación con la naturaleza: Esa bien podría haber sido la premisa que se discutió ayer en una de las tantas conferencias de la tercera y última jornada del “Foro Latinoamericano de Desarrollo Sustentable”. La mesa, titulada “Construyendo con las nuevas generaciones”, se llevó adelante a lo largo del mediodía en el auditorio de la Alianza Francesa Rosario (San Luis 846) y de la misma formaron parte Brenda Castrillon Legarda, presentando, desde Perú, el programa “Tierra de Niños”; Andrea Takats, contando el proyecto de la “Biblioteca Ambiental” de Gualeguaychú y Roxana Stetson, representante de la fundación “Ayni Kallpaq Qori Waman”, quien explicó su proyecto de plantación de árboles nativos.

La conferencia empezó puntual, ante un auditorio que no llegaba a completar la mitad del público contemplado. Fue llamativo que, aunque durante la hora y media que duró la charla se habló de cómo construir con las “nuevas generaciones”, no estuvo presente la voz de ninguna de esas nuevas generaciones, sino que todo se limitó a contar experiencias y hacer un repaso sobre las problemáticas medioambientales que, probablemente y a la hora de asistir como público o disertante, muchos ya habían tenido en cuenta. La primera exposición, titulada “Preparándonos para la Nueva Tierra, Saludable, Sostenible y Sustentable”, estuvo a cargo de la salteña Roxana Stetson,  representante de la Fundación “Ayni Kallpaq Qori Waman”. “Nuestro objetivo es despertar conciencia socioambiental a partir del rescate d la cultura del arte nativo y la educación ambiental no formal. Así, multiplicamos árboles, partiendo de la consideración de que son esenciales en nuestras vidas”, explicó Stetson.

Lo que la Fundación hace es plantar árboles con chicos, ya sea en sus escuelas o en diferentes espacios públicos, brindar charlas y realizar diferentes tipos de talleres; todas, actividades gratuitas: sólo piden a cambio un dibujo del árbol que plantaron. “Los jóvenes, los niños y los pobres siempre están en último lugar. Pero además, todos estamos desconectados con la naturaleza: nos falta entender que todos pertenecemos a un mismo lugar. En nuestras actividades, buscamos despertar conciencia. Los chicos preparan los pozos, plantan sus árboles y con ellos plantan sus sueños, sus esperanzas, sus emociones. En la medida que van cuidando el árbol, cuidan de su propia vida”.

Las plantaciones de árboles se realizan acompañados por el cacique de la Comunidad Diaguita-Calchaquí; ejemplificando lo que bien resaltó Stetson: el trabajo que realiza la Fundación es por la integración y la unificación. Así, también se han hecho plantaciones con chicos discapacitados; y hasta plantaron 33 ceibos – la flor nacional – en honor a los 33 salteños caídos en la Guerra de Malvinas. Cada uno de esos ceibos, lleva el nombre de un combatiente.

En segundo lugar expuso Brenda Castrillón, representante de la Asociación Para la Niñez y su Ambiente (Ania) de Perú y presentando el programa “Tierra de Niños”. Ania es una institución que trabaja con niños y ambiente y busca la unidad con el mundo natural”, explicó Castrillón. Específicamente, el programa  Tierra de Niños busca “formar niñas, niños y adolescentes como ciudadanos afectivos, emprendedores  y comprometidos con su ambiente”. De esta manera, se busca que los niños participen de manera protagónica en la mejora de su entorno natural, reconociendo el trabajo de cada niño, “que aunque sea en un metro y medio de tierra contribuya al bienestar del país y el mundo”. Así, según las explicaciones y fotografías que mostró la representante de Ania, los chicos aprenden a plantar y cuidar, no sólo en sus propias casas sino en los espacios que consigan. El proyecto puede ir cada vez más lejos, y en Perú no sólo pueden verse “Tierras de Niños” en cada hogar, sino también bosques, playas, barrios, etcétera, todos dependiendo del lugar la extensión.

“No sólo creemos que tiene que haber un compromiso, sino que eso derive en emprendimientos y afectividad, que se van desarrollando con las acciones que llevamos adelante. El ambiente está desligado de nuestras preocupaciones, cuando en realidad debería ser la razón de todo. Por eso, hay que orientarse a generar cultura de amor y unidad con el mundo natural, fomentar el contacto de los niños con la naturaleza”.

El último turno fue el de Andrea Takats, representante de la municipalidad de Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos, quien contó la interesante tarea de llevar adelante la creación de la biblioteca ambiental. Este espacio nació hace apenas un año y ya tiene más de dos mil volúmenes relacionados a temáticas medioambientales. “La idea fue juntar todo el material que se presentó ante el tribunal de La Haya tras el conflicto contra Botnia, y dejarlo disponible para todos los vecinos, escuelas y turistas que quisieran interiorizarse sobre esa lucha”. Ahora, no sólo está abierta la biblioteca, sino que se realizan actividades para toda la comunidad, visitas y charlas sobre diferentes temáticas que involucren al medio ambiente; tienen cajas viajeras hechas de papel reciclado que se van prestando a diferentes establecimientos y la idea es aumentar la accesibilidad, trabajar en espacios verdes, incluir a toda la sociedad, armar ludotecas y hasta invitar a los abuelos a contar cuentos.

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